¡Hola!…¡Buenas Tardes!…¿Qué tal?. En el artículo anterior, hablé sobre, «el Día Internacional del Sobrino/ Sobrina», explicando las semejanzas y las diferencias, entre el parentesco, comprendido y experimentado, como la relación legal, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, que se origina y se valida, por la existencia de lazos físicos, como es la sangre, y el vínculo, comprendido y experimentado, como la unión emocional, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, que se origina y se valida, por la experiencia de lazos afectivos, como son los sentimientos. En ese sentido, cuando hablo sobre, «el Día Internacional del Sobrino/ Sobrina», estoy experimentando y aprendiendo que, si bien es cierto que, por experiencia y aprendizaje socio – culturales, se tiende y se suele, validar los acuerdos y las responsabilidades, «en lo interno, lo propio y lo esencial» y «en lo personal, lo familiar y lo social», entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, por la existencia de lazos físicos, como es la sangre, la validación de los acuerdos y las responsabilidades, «en lo interno, lo propio y lo esencial» y «en lo personal, lo familiar y lo social», entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, es una consecuencia natural de la experiencia interpersonal de lazos afectivos, como son los sentimientos, que nacen, crecen y maduran, con el ejercicio de el amor, y por el contacto y la interacción, en el espacio y el tiempo, al interior de los entornos personales, familiares y sociales. Y, asimismo, cuando hablo sobre, «el Día Internacional del Sobrino/ Sobrina», comprendo y explico que, para que se dé la validación de los acuerdos y las responsabilidades, “en lo interno, lo propio y lo esencial” y “en lo personal, lo familiar y lo social”, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, como una consecuencia natural de la experiencia interpersonal de lazos afectivos, como son los sentimientos, que nacen, crecen y maduran, con el ejercicio de el amor, y por el contacto y la interacción, en el espacio y el tiempo, al interior de los entornos personales, familiares y sociales, es necesario e importante que, con voluntad e iniciativa mutuas, como sobrinos o sobrinas y como tíos o tías, en contacto e interacción, personales y naturales, construyamos y creemos lazos de amistad intergeneracionales, basados en un observar con atención, un escuchar con confianza, un conocer con compromiso y un seguir con convicción.
En el artículo actual, entonces, voy a hablar sobre, «el Día Internacional del Tío/Tía», explicando las semejanzas y las diferencias, entre el parentesco, comprendido y experimentado, como la relación legal, entre el tío o la tía, y el sobrino o la sobrina, que se origina y se valida, por la existencia de lazos físicos, como es la sangre, y el vínculo, comprendido y experimentado, como la unión emocional, entre el tío o la tía, y el sobrino o la sobrina, que se origina y se valida, por la experiencia de lazos afectivos, como son los sentimientos, pues si bien es cierto que, por experiencia y aprendizaje socio – culturales, se tiende y se suele, validar los acuerdos y las responsabilidades, “en lo interno, lo propio y lo esencial” y “en lo personal, lo familiar y lo social”, entre el tío o la tía, y el sobrino o la sobrina, por la existencia de lazos físicos, como es la sangre, estoy experimentando y aprendiendo que, con el ejercicio de el amor y, por el contacto y la interacción, basados en un observar, un escuchar, un conocer y un seguir con atención, confianza, compromiso y convicción, en el espacio y el tiempo, y al interior de los entornos personales, familiares y sociales, es oportuno y posible que, en la relación personal y natural de tíos o tías con nuestros sobrinos o sobrinas, experimentemos lazos afectivos y logremos vínculos o uniones emocionales, sentidos y evidenciados, como amistad, manifiestos y expresos, en el hecho mismo de poder expresar, mutuamente, nuestros puntos de vista y nuestra solidaridad.
De esta manera, cuando hablo sobre, «el Día Internacional del Tío/Tía», explicando las semejanzas y las diferencias, entre el parentesco, comprendido y experimentado, como la relación legal, entre el tío o la tía, y el sobrino o la sobrina, que se origina y se valida, por la existencia de lazos físicos, como es la sangre, y el vínculo, comprendido y experimentado, como la unión emocional, entre el tío o la tía, y el sobrino o la sobrina, que se origina y se valida, por la experiencia de lazos afectivos, como son los sentimientos, comprendo y explico que, para hacer oportuno y posible que, en el espacio y el tiempo, y al interior de los entornos personales, familiares y sociales, en la relación personal y natural de tíos o tías con nuestros sobrinos o sobrinas, experimentemos lazos afectivos y logremos vínculos o uniones emocionales, sentidos y evidenciados, como amistad, y, manifiestos y expresos, en el hecho mismo de poder expresar, mutuamente, nuestros puntos de vista y nuestra solidaridad, es necesario e importante que, mutuamente, vivenciemos y experimentemos, el manejo de las emociones, la realización personal o la autorrealización y la autoimagen positiva.
En tal sentido, experimento y aprendo que, cuando hablo sobre, «el Día Internacional del Tío/Tía», celebrado cada primer domingo de Setiembre, comprendiendo y explicando que, para hacer oportuno y posible que, en el espacio y el tiempo, y al interior de los entornos personales, familiares y sociales, en la relación personal y natural de tíos o tías con nuestros sobrinos o sobrinas, experimentemos lazos afectivos y logremos vínculos o uniones emocionales, sentidos y evidenciados, como amistad, y, manifiestos y expresos, en el hecho mismo de poder expresar, mutuamente, nuestros puntos de vista y nuestra solidaridad, es necesario e importante que, mutuamente, vivenciemos y experimentemos, el manejo de las emociones, la realización personal o la autorrealización y la autoimagen positiva, es significativo y valioso que, tomemos conciencia sobre el hecho que, independientemente, de la diferencia generacional, cada uno, en la ubicación de tíos o tías y sobrinos o sobrinas, al interior de nuestros entornos personal, familiar y social, nos concibamos, validemos y apreciemos, como personas y personajes principales de nuestras propias y particulares historias personales, dotados con la capacidad y la habilidad de descubrir nuestra misión, personal, familiar y social, relacionada y vinculada, con nuestras habilidades, naturalmente, ejercitadas desde el amor, al interior de nuestros entornos de contacto e interacción personales, emocionales y afectivos.
En tal sentido, también, cuando hablo sobre, «el Día Internacional del Tío/Tía», celebrado cada primer domingo de Setiembre, comprendiendo y explicando que, para hacer oportuno y posible que, en el espacio y el tiempo, y al interior de los entornos personales, familiares y sociales, en la relación personal y natural de tíos o tías con nuestros sobrinos o sobrinas, experimentemos lazos afectivos y logremos vínculos o uniones emocionales, sentidos y evidenciados, como amistad, y, manifiestos y expresos, en el hecho mismo de poder expresar, mutuamente, nuestros puntos de vista y nuestra solidaridad, es necesario e importante que, mutuamente, vivenciemos y experimentemos, el manejo de las emociones, la realización personal o la autorrealización y la autoimagen positiva, es significativo y valioso que, tomemos conciencia sobre el hecho que, independientemente, de la diferencia generacional, cada uno, en la ubicación de tíos o tías y sobrinos o sobrinas, al interior de nuestros entornos personal, familiar y social, nos concibamos, validemos y apreciemos, como personas y personajes principales de nuestras propias y particulares historias personales, dotados con la capacidad y la habilidad de conocer nuestra visión, personal, familiar y social, relacionada y vinculada, con nuestras fortalezas y debilidades, naturalmente, ejercitadas desde el amor, al interior de nuestros entornos de contacto e interacción personales, emocionales y afectivos.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en el aprendizaje y la comprensión sobre, explicando las semejanzas y las diferencias, entre el parentesco, comprendido y experimentado, como la relación legal, entre el tío o la tía, y el sobrino o la sobrina, que se origina y se valida, por la existencia de lazos físicos, como es la sangre, y el vínculo, comprendido y experimentado, como la unión emocional, entre el tío o la tía, y el sobrino o la sobrina, que se origina y se valida, por la experiencia de lazos afectivos, como son los sentimientos, con la finalidad que, los niños y las niñas, con el acompañamiento adulto, comprendan y expliquen que, en su presente y a lo largo de su vida, personal, familiar y social, con el ejercicio de el amor y, por el contacto y la interacción, basados en un observar, un escuchar, un conocer y un seguir con atención, confianza, compromiso y convicción, en el espacio y el tiempo, y al interior de los entornos personales, familiares y sociales, es oportuno y posible que, ellos y ellas, en la relación personal y natural de sobrinos o sobrinas, con sus tíos o sus tías, experimenten lazos afectivos y logren vínculos o uniones emocionales, sentidos y evidenciados, como amistad, manifiestos y expresos, en el hecho mismo de poder expresar, mutuamente, sus puntos de vista y su solidaridad, y, aprendan que, para hacer oportuno y posible que, en el espacio y el tiempo, y al interior de los entornos personales, familiares y sociales, en la relación personal y natural de sobrinos o sobrinas, con sus tíos o tías, experimenten lazos afectivos y logren vínculos o uniones emocionales, sentidos y evidenciados, como amistad, y, manifiestos y expresos, en el hecho mismo de poder expresar, mutuamente, sus puntos de vista y su solidaridad, es necesario e importante que, mutuamente, vivencien y experimenten, el manejo de las emociones, la realización personal o la autorrealización y la autoimagen positiva.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, el significado y el sentido que tiene, «la familia», en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en los vínculos o las uniones emocionales con sus tíos y tías, en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues trabajar en sus puntos de vista y su solidaridad, puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.