¡Hola!…¡Buenos Días!..¿Qué tal?. En el blog anterior, hablé sobre, «el amor», mis manos y yo, explicando la relación entre el vínculo espiritual y emocional con mi papá y con mi mamá, y, el vínculo espiritual y emocional con mi máma, mi experiencia y aprendizaje como hija de mi papá e hija de mi mamá, y, mi experiencia y aprendizaje como hija de «el Corazón» de mi máma, y, el vínculo espiritual y emocional con mis sobrinos y mis sobrinas, y con mis alumnos y mis alumnas, nacido, desarrollado y cultivado, en la personal y la natural, relación interpersonal, como tía y maestra. En ese sentido, cuando hablo sobre, «el amor», mi aroma y yo, descubro y comprendo que, ahora que, mi mamá, su amor y el recuerdo de sus manos, habitan dentro de mí y se encuentran registrados en mi memoria visual, por siempre y para siempre, y, ahora que, experimento y aprendo de mi máma, su amor y el trabajo de sus manos, en el día a día, activando y actualizando, sensaciones, emociones y sentimientos, enlazados con su inteligencia emocional, es tiempo de crear y construir los vínculos espirituales y emocionales con «el amor» de mi misma, relacionados de forma personal y natural, con mi elección de trabajo. Y, asimismo, cuando hablo sobre, «el amor», mi aroma y yo, comprendo y explico que, la actualización y la activación de las sensaciones, las emociones y los sentimientos vivenciados y experimentados, enlazados con la inteligencia emocional de mi mamá, vinculados en lo espiritual y lo emocional, con su amor, y con el recuerdo de sus manos, que habitan dentro de mí, y se encuentran registrados en mi memoria visual, por siempre y para siempre, y, enlazados con la inteligencia emocional de mi máma, vinculados en lo espiritual y lo emocional, con su amor, y con el trabajo de sus manos, que conviven conmigo, y se registran en mi memoria visual, en el día a día, motivan e inspiran, mi personal y mi natural, elección de trabajo, esencialmente, relacionado con, «el amor» de mi misma, desarrollado y cultivado, por mi papá, por mi mamá, y por mi máma, por siempre y para siempre.
En el blog actual, entonces, voy a hablar sobre, el miedo, nos debilita y nos enferma, explicando la relación entre el miedo, como sensación, emoción y sentimiento, personal y natural, que suele originar y causar, sensaciones, emociones y sentimientos, personales y naturales, vinculados y conectados con el miedo, como pueden ser la tristeza y la molestia, la debilidad, comprendida como debilidad espiritual, que se manifiesta y se expresa, de manera personal, emocional y afectiva, en la baja o en la falta de energía, fuerza y poder, personales, emocionales y afectivos, y, la enfermedad, comprendida como enfermedad emocional y enfermedad física, pues si bien es cierto que, por experiencia y aprendizaje socio – culturales, el origen de la enfermedad, como tal, se suele vincular y relacionar con causas orgánicas, propias de la estructura del cuerpo, y, con causas fisiológicas, propias del funcionamiento del cuerpo, experimento y aprendo que, el origen de la enfermedad emocional y la enfermedad física, como tales, directamente, se vincula y relaciona con la activación y la actualización de sensaciones, emociones y sentimientos, personales y naturales, como el miedo, la tristeza y la molestia, y, con la debilidad, comprendida como debilidad espiritual, que se manifiesta y se expresa, de manera personal, emocional y afectiva, en la baja o en la falta de energía, fuerza y poder, personales, emocionales y afectivos.
De esta manera, cuando hablo sobre, el miedo, nos debilita y nos enferma, explicando la relación entre el miedo, como sensación, emoción y sentimiento, personal y natural, que suele originar y causar, sensaciones, emociones y sentimientos, personales y naturales, vinculados y conectados con el miedo, como pueden ser la tristeza y la molestia, la debilidad, comprendida como debilidad espiritual, que se manifiesta y se expresa, de manera personal, emocional y afectiva, en la baja o en la falta de energía, fuerza y poder, personales, emocionales y afectivos, y, la enfermedad, comprendida como enfermedad emocional y enfermedad física, experimento y aprendo que, las causas orgánicas, propias de la estructura del cuerpo, y, las causas fisiológicas, propias del funcionamiento del cuerpo, que en si mismas producen la enfermedad, como tal, son la personal y la natural manifestación y expresión corporal de las consecuencias de la activación y la actualización de sensaciones, emociones y sentimientos, personales y naturales, vinculados y conectados con el miedo, la tristeza y la molestia, y, son la personal y la natural manifestación y expresión corporal de los efectos de la debilidad, comprendida como debilidad espiritual, que se manifiesta y se expresa, de manera personal, emocional y afectiva, en la baja o en la falta de energía, fuerza y poder, personales, emocionales y afectivos.
En tal sentido, cuando hablo sobre, el miedo, nos debilita y nos enferma, experimentando y aprendiendo que, las causas orgánicas, propias de la estructura del cuerpo, y, las causas fisiológicas, propias del funcionamiento del cuerpo, que en si mismas producen la enfermedad, como tal, son la personal y la natural manifestación y expresión corporal de las consecuencias de la activación y la actualización de sensaciones, emociones y sentimientos, personales y naturales, vinculados y conectados con el miedo, la tristeza y la molestia, y, son la personal y la natural manifestación y expresión corporal de los efectos de la debilidad, comprendida como debilidad espiritual, que se manifiesta y se expresa, de manera personal, emocional y afectiva, en la baja o en la falta de energía, fuerza y poder, personales, emocionales y afectivos, descubro y explico que, los síntomas orgánicos y los síntomas fisiológicos, propios y particulares, de cada enfermedad, de modo personal y natural, en cada persona enferma, manifiestan y expresan, la activación y la actualización de sensaciones, emociones y sentimientos, personales y naturales, vinculados y conectados con el miedo, como por ejemplo, ansiedad, pánico, estrés, fobia y depresión, con la tristeza, como por ejemplo, desamor, desánimo, desesperanza, desmotivación y desinterés, y, con la molestia, como por ejemplo, ira, irritabilidad, hormigueo, temblores y palpitaciones.
En tal sentido, también, cuando hablo sobre, el miedo, nos debilita y nos enferma, experimentando y aprendiendo que, las causas orgánicas, propias de la estructura del cuerpo, y, las causas fisiológicas, propias del funcionamiento del cuerpo, que en si mismas producen la enfermedad, como tal, son la personal y la natural manifestación y expresión corporal de las consecuencias de la activación y la actualización de sensaciones, emociones y sentimientos, personales y naturales, vinculados y conectados con el miedo, la tristeza y la molestia, y, son la personal y la natural manifestación y expresión corporal de los efectos de la debilidad, comprendida como debilidad espiritual, que se manifiesta y se expresa, de manera personal, emocional y afectiva, en la baja o en la falta de energía, fuerza y poder, personales, emocionales y afectivos, descubro y explico que, los síntomas orgánicos y los síntomas fisiológicos, propios y particulares, de cada enfermedad, de modo personal y natural, en cada persona enferma, manifiestan y expresan, debilidad espiritual, por una baja o una falta de energía, fuerza y poder, personales, emocionales y afectivos, asociadas con, una falta o una baja de las defensas de «el sistema inmunitario», que protege el cuerpo de enfermedades, compuesto por células, órganos y tejidos, que incluyen, la sangre, la médula ósea, el bazo, el timo, las amígdalas, las membranas mucosas, la piel, los vasos linfáticos y los ganglios.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en el descubrimiento y la comprensión, sobre el hecho que, cuando ellos y ellas enferman, su espíritu y su cuerpo, reconocen, expresan y comunican que, algo pasa con sus emociones, como el miedo, la tristeza y la molestia, y, reconocen, expresan y comunican que, algo pasa con su energía, su fuerza y su poder, de modo que, ellos y ellas, con la ayuda, el apoyo y el consejo de los adultos responsables, a cargo de los niños y las niñas, en los entornos personal, familiar y social, puedan experimentar y aprender, el cómo comprender y regular sus sensaciones, sus emociones y sus sentimientos de miedo, tristeza y molestia, y, el cómo equilibrar y mantener su energía, su fuerza y su poder, para lograr estar sanos y saludables.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, el significado y el sentido que tienen, emociones, espíritu y cuerpo, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en la comprensión y la regulación de «las emociones», en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues el ejercicio de «el espíritu» y «el cuerpo», puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.