¡Hola!…¿Qué tal?…¿Cómo están? En los blogs anteriores, hemos hablado sobre la molestia, como una sensación, una emoción y un sentimiento positivos, por el rol y la función que tiene, como un estímulo, para el cambio interno, manifiesto y observado, como una vivencia y una experiencia positiva, a niveles personal, emocional y afectivo, en beneficio de nosotr@s mism@s, otr@s y, nuestros entornos, personal, familiar y social, puesto que, una vez que, procesamos la molestia, con sentimientos de valentía y felicidad, y con amor por un@ mism@, y por l@s demás, logramos restablecer, el equilibrio espiritual y mental, y logramos corregir, resolver, e, incluso, mejorar, componentes personales, emocionales y afectivos, como por ejemplo, un comportamiento y, una eventual actitud, que están funcionando mal, o, no están funcionando. En ese sentido, una vez que, restablecemos el equilibrio espiritual y mental, cuando vivenciamos y experimentamos, el agrado, el gusto y el placer, personales, emocionales y afectivos, por haber logrado restablecer el equilibrio espiritual y mental, el amor por un@ mism@, y por l@s demás, resulta ser, la energía positiva, que nos motiva y nos inspira, a cambiar los comportamientos y las actitudes, que nos afectan, y que afectan nuestras relaciones interpersonales, y nuestra calidad de vida social. En el blog actual, entonces, vamos a hablar sobre, el poder de «el amor», como el principio y el fin, que activa y actualiza, nuestras reacciones y respuestas, personales, emocionales y afectivas positivas, dirigidas y orientadas, hacia el logro de relaciones interpersonales, positivas o favorables, y, calidad de vida social, sana y saludable.
Efectivamente, cuando hablamos sobre, «el amor», como energía positiva, que nos motiva y nos inspira, a cambiar comportamientos y actitudes, que nos afectan, y que afectan nuestras relaciones interpersonales, y nuestra calidad de vida social, con la intención y la voluntad de lograr, relaciones interpersonales, positivas o favorables, y, calidad de vida social, sana y saludable, estamos hablando que, «el amor», es la energía positiva que, naturalmente, nos empodera y nos fortalece en modo positivo, para la convivencia, la comunicación y la creación positiva de relaciones interpersonales, positivas o favorables, y calidad de vida social, sana y saludable, al interior de nuestros entornos, personal, familiar y social.
Es así que, cuando hablamos sobre, el poder de «el amor», en la convivencia, la comunicación y la creación positiva de relaciones interpersonales, positivas o favorables, y calidad de vida social, sana y saludable, al interior de nuestros entornos, personal, familiar y social, todo lo cual, puede incluir, vivencias y experiencias, personales, emocionales y afectivas, dirigidas y orientadas, a corregir, resolver, e, incluso, mejorar, comportamientos y actitudes que nos afectan, y que afectan nuestras relaciones interpersonales y, nuestra calidad de vida social, estamos hablando que, el poder de «el amor», está en la sensación, la emoción y el sentimiento, que vivenciamos y experimentamos en modo positivo, cuando amamos a alguien, como puede ser, un padre, una pareja o un hijo, y, cuando amamos algo, como puede ser, una idea, un proyecto o un trabajo, y que nos empodera y nos fortalece, emocional y físicamente, para reaccionar y responder en modo positivo, haciendo lo necesario y lo importante, con valentía, felicidad y agrado, de modo que, logremos nuestros objetivos, personales, familiares y sociales, en beneficio de nosotr@s mism@s, otr@s y, nuestros entornos, personal, familiar y social.
De esta manera, hablando sobre, el poder de «el amor», como la sensación, la emoción y el sentimiento positivos, que nos empoderan y nos fortalecen, emocional y físicamente, para reaccionar y responder en modo positivo, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, comportamientos y actitudes, que están funcionando mal, o, no están funcionando, que nos afectan, y que afectan nuestras relaciones interpersonales, y nuestra calidad de vida social, por propia vivencia y experiencia personal, emocional y afectiva, puedo explicar que, el amor y su poder, es la primera y la última, condición y disposición que necesitamos, y es importante, vivenciemos y experimentemos en modo positivo, para poner en practica y ejercitar, con valentía, felicidad y agrado, lo necesario y lo importante, como es, restablecer y mantener la calma, la paciencia y la espera, reconocer e identificar la emoción, auto – controlarse, expresar y comunicar la emoción, canalizar y liberar las tensiones, auto – observarse y, empatizar con otr@s, de modo que, logremos nuestros eventuales objetivos, personales, familiares y sociales, en beneficio de nosotr@s mism@s, otr@s y, nuestros entornos, personal, familiar y social.
Así pues, cuando hablamos que, el amor y su poder, es la primera y la última, condición y disposición que necesitamos, y es importante, vivenciemos y experimentemos en modo positivo, para poner en practica y ejercitar, con valentía, felicidad y agrado, lo necesario y lo importante, de modo que, logremos nuestros eventuales objetivos, personales, familiares y sociales, en beneficio de nosotr@s mism@s, otr@s y, nuestros entornos, personal, familiar y social, estamos hablando que, solamente vivenciando y experimentando, el amor y su poder, es oportuno y posible, lograr corregir, lograr resolver, e, incluso, lograr mejorar en modo positivo, nuestros comportamientos y actitudes, que están funcionando mal, o, no están funcionando, relacionados con ese alguien que amamos, como un padre, una pareja o un hijo, o, relacionados con ese algo que amamos, como una idea, un proyecto o un trabajo, puesto que, solamente sintiendo agrado, gusto y placer, personales, emocionales y afectivos, afrontamos los retos, los cambios y los logros, como por ejemplo, el logro de los vínculos personales y sociales, consistentes y resistentes, y, el logro de las labores personales y sociales, significativas y productivas.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en el desarrollo y el progreso de los valores y los principios, que sustentan y fundamentan, su vivencia y su experiencia personal, emocional y afectiva de, el amor y su poder, como son: el escuchar, el conocer y el seguir, de modo que, niñas y niños, naturalmente, puedan reconocer, expresar y comunicar sus sensaciones, sus emociones, sus sentimientos y, sus pensamientos, relacionados con el amor y, con ese alguien que aman, o, con ese algo que aman, así como, puedan descubrir y aprender, el cómo lograr, desde el amor y su poder, y al interior de sus entornos personal, familiar y social, los vínculos personales y sociales, consistentes y resistentes, y las labores personales y sociales, significativas y productivas.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, la necesidad y la importancia que tiene, el poder de «el amor», en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en los valores y los principios de «el amor» en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues vivenciar y experimentar el poder de «el amor», puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.