¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. En el artículo anterior, hablé sobre, “el Día Internacional de la Mujer”, explicando la relación entre, el manejo de las emociones, manifiesto y expreso, en la capacidad y la habilidad de controlar y responder a emociones, personales y naturales, como el miedo, la valentía, la tristeza, la felicidad, la molestia y el agrado, con conductas y actitudes, personales, emocionales y afectivas, naturalmente, buenas y positivas, “en lo interno, lo propio y lo esencial”, la realización personal o la autorrealización, manifiesta y expresa, como la vivencia y la experiencia, personal, emocional y afectiva de poder alcanzar y lograr las motivaciones, las creencias y los deseos, personales, familiares y sociales, a través de el crecimiento y la maduración integral, que se concreta, se hace realidad, se siente y se evidencia, a niveles físico, mental y espiritual, como la construcción y la creación de una vida esencialmente feliz, y la autoimagen positiva, como el estado de conexión con “yo soy” interno, producto de el aprender a aceptarse y quererse, como manifestación y expresión de valoración y fe en las habilidades, personales, familiares y sociales, incluidas las fortalezas y las debilidades. En ese sentido, estoy experimentando y aprendiendo que, si bien es cierto que, por experiencia y aprendizaje socio – culturales, se tiende y se suele, validar los derechos y los deberes de la mujer y su empoderamiento, en referencia y ante, la validación de los derechos y los deberes de el hombre y su empoderamiento, estoy experimentando y aprendiendo que, al día de hoy, hablar de la validación de la mujer, “en lo interno, lo propio y lo esencial”, y “en lo personal, lo familiar y lo social”, es hablar de un proceso y un logro, personales y naturales, propios y particulares, de cada mujer, manifiestos y expresos, en su manejo de las emociones, su realización personal o su autorrealización y su autoimagen positiva. Y, asimismo, comprendo y explico que, para hablar de la validación de la mujer, “en lo interno, lo propio y lo esencial”, y “en lo personal, lo familiar y lo social”, como un proceso y un logro, personales y naturales, propios y particulares, de cada mujer, manifiestos y expresos, en su manejo de las emociones, su realización personal o su autorrealización y su autoimagen positiva, comprendo y explico que, independientemente de su género y su edad, es necesario e importante que, concibamos, validemos y apreciemos, a cada ser humano, de nuestro entorno personal, familiar y social, como una persona y el personaje principal de su propia y su particular historia personal, dotado con la capacidad y la habilidad de descubrir su misión y conocer su visión, personales, familiares y sociales, al interior de sus entornos de contacto e interacción personales, emocionales y afectivos.
En el artículo actual, entonces, voy a hablar sobre, “el Día Internacional del Sobrino/ Sobrina”, explicando las semejanzas y las diferencias, entre el parentesco, comprendido y experimentado, como la relación legal, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, que se origina y se valida, por la existencia de lazos físicos, como es la sangre, y el vínculo, comprendido y experimentado, como la unión emocional, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, que se origina y se valida, por la experiencia de lazos afectivos, como son los sentimientos, pues si bien es cierto que, por experiencia y aprendizaje socio – culturales, se tiende y se suele, validar los acuerdos y las responsabilidades, “en lo interno, lo propio y lo esencial” y “en lo personal, lo familiar y lo social”, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, por la existencia de lazos físicos, como es la sangre, estoy experimentando y aprendiendo que, la validación de los acuerdos y las responsabilidades, “en lo interno, lo propio y lo esencial” y “en lo personal, lo familiar y lo social”, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, es una consecuencia natural de la experiencia interpersonal de lazos afectivos, como son los sentimientos, que nacen, crecen y maduran, con el ejercicio de el amor, y por el contacto y la interacción, en el espacio y el tiempo, al interior de los entornos personales, familiares y sociales.
De esta manera, cuando hablo sobre, “el Día Internacional del Sobrino/ Sobrina”, explicando las semejanzas y las diferencias, entre el parentesco, comprendido y experimentado, como la relación legal, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, que se origina y se valida, por la existencia de lazos físicos, como es la sangre, y el vínculo, comprendido y experimentado, como la unión emocional, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, que se origina y se valida, por la experiencia de lazos afectivos, como son los sentimientos, comprendo y explico que, para que se dé la validación de los acuerdos y las responsabilidades, “en lo interno, lo propio y lo esencial” y “en lo personal, lo familiar y lo social”, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, como una consecuencia natural de la experiencia interpersonal de lazos afectivos, como son los sentimientos, que nacen, crecen y maduran, con el ejercicio de el amor, y por el contacto y la interacción, en el espacio y el tiempo, al interior de los entornos personales, familiares y sociales, es necesario e importante que, con voluntad e iniciativa mutuas, como sobrinos o sobrinas y como tíos o tías, en contacto e interacción, personales y naturales, construyamos y creemos lazos de amistad intergeneracionales, basados en un observar con atención, un escuchar con confianza, un conocer con compromiso y un seguir con convicción.
En tal sentido, experimento y aprendo que, cuando hablo sobre, “el Día Internacional del Sobrino/ Sobrina”, celebrado cada 8 de Agosto, comprendiendo y explicando que, para que se dé la validación de los acuerdos y las responsabilidades, “en lo interno, lo propio y lo esencial” y “en lo personal, lo familiar y lo social”, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, como una consecuencia natural de la experiencia interpersonal de lazos afectivos, como son los sentimientos, que nacen, crecen y maduran, con el ejercicio de el amor, y por el contacto y la interacción, en el espacio y el tiempo, al interior de los entornos personales, familiares y sociales, es necesario e importante que, con voluntad e iniciativa mutuas, como sobrinos o sobrinas y como tíos o tías, en contacto e interacción, personales y naturales, construyamos y creemos, lazos de amistad intergeneracionales, basados en un observar con atención, un escuchar con confianza, un conocer con compromiso y un seguir con convicción, cada uno de nosotros y todos nosotros, en el espacio y el tiempo de sobrinos o sobrinas, y en el espacio y el tiempo de tíos o tías, los lazos de amistad intergeneracionales, con nosotros, como tíos o tías, tienen un significativo y un sentido espiritual, personal y natural, para nuestros sobrinos o nuestras sobrinas, que se siente y se evidencia, cuando desde el amor: observando con atención, escuchando con confianza, conociendo con compromiso y siguiendo con convicción, nos transformamos en los guías espirituales que, en los espacios y los tiempos de la vida misma, podemos expresar, a nuestros sobrinos o sobrinas, nuestros puntos de vista.
En tal sentido, también, experimento y aprendo que, cuando hablo sobre, “el Día Internacional del Sobrino/ Sobrina”, celebrado cada 8 de Agosto, comprendiendo y explicando que, para que se dé la validación de los acuerdos y las responsabilidades, “en lo interno, lo propio y lo esencial” y “en lo personal, lo familiar y lo social”, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, como una consecuencia natural de la experiencia interpersonal de lazos afectivos, como son los sentimientos, que nacen, crecen y maduran, con el ejercicio de el amor, y por el contacto y la interacción, en el espacio y el tiempo, al interior de los entornos personales, familiares y sociales, es necesario e importante que, con voluntad e iniciativa mutuas, como sobrinos o sobrinas y como tíos o tías, en contacto e interacción, personales y naturales, construyamos y creemos, lazos de amistad intergeneracionales, basados en un observar con atención, un escuchar con confianza, un conocer con compromiso y un seguir con convicción, cada uno de nosotros y todos nosotros, en el espacio y el tiempo de sobrinos o sobrinas, y en el espacio y el tiempo de tíos o tías, los lazos de amistad intergeneracionales, con nosotros, como tíos o tías, tienen un significado y un sentido emocional, para nuestros sobrinos o nuestras sobrinas, que se siente y se evidencia, cuando desde el amor: observando con atención, escuchando con confianza, conociendo con compromiso y siguiendo con convicción, nos transformamos en guías emocionales que, en los espacios y los tiempos de la vida misma, podemos expresar, a nuestros sobrinos o sobrinas, nuestra solidaridad.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en el aprendizaje y la comprensión sobre, las semejanzas y las diferencias, entre el parentesco, comprendido y experimentado, como la relación legal, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, que se origina y se valida, por la existencia de lazos físicos, como es la sangre, y el vínculo, comprendido y experimentado, como la unión emocional, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, que se origina y se valida, por la experiencia de lazos afectivos, como son los sentimientos, con la finalidad que, los niños y las niñas, con el acompañamiento adulto, comprendan y expliquen que, en su presente y a lo largo de su vida, personal, familiar y social, la validación de los acuerdos y las responsabilidades, “en lo interno, lo propio y lo esencial” y “en lo personal, lo familiar y lo social”, entre ellos y ellas, y, sus tíos o sus tías, es una consecuencia natural de la experiencia interpersonal de lazos afectivos, como son los sentimientos, que nacen, crecen y maduran, con el ejercicio de el amor, y por el contacto y la interacción, en el espacio y el tiempo, al interior de sus entornos personales, familiares y sociales, y, aprendan que, para que se dé la validación de los acuerdos y las responsabilidades, “en lo interno, lo propio y lo esencial” y “en lo personal, lo familiar y lo social”, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, como una consecuencia natural de la experiencia interpersonal de lazos afectivos, como son los sentimientos, que nacen, crecen y maduran, con el ejercicio de el amor, y por el contacto y la interacción, en el espacio y el tiempo, al interior de los entornos personales, familiares y sociales, es necesario e importante que, con voluntad e iniciativa mutuas, como sobrinos o sobrinas y como tíos o tías, en contacto e interacción, personales y naturales, construyan y creen lazos de amistad intergeneracionales, basados en un observar con atención, un escuchar con confianza, un conocer con compromiso y un seguir con convicción.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, el significado y el sentido que tiene, “la familia”, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en los lazos afectivos, como son sus sentimientos, en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues trabajar en los vínculos o las uniones emocionales con sus tíos y sus tías, puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.