¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. En los blogs anteriores, hemos venido hablando sobre, el poder de «el amor», la magia de «el amor», y el lenguaje del corazón, todo lo cual, ha hecho que, a mis cincuenta y más años de edad, me pregunte…¿cómo puedo corregir, resolver, e, incluso, mejorar para, construir y crear, vínculos personales y sociales, consistentes y resistentes, y, construir y crear, labores personales y sociales, significativas y productivas, al interior de mis entornos personal, familiar y social, en beneficio de mi misma y, de otr@s?… En ese sentido, cuando hemos venido hablando sobre, el poder de «el amor», la magia de «el amor», y el lenguaje del corazón, hemos venido hablando de procesos personales, emocionales y afectivos, que incluyen acciones, como son, observar con atención, escuchar con confianza, conocer con comprensión y, seguir con convicción, y, que incluyen acciones, como son, perdonar, aceptar y comprender. Y, hemos venido hablando de recursos y medios de comunicación e intercambio personales, emocionales y afectivos, como son, los gestos, los movimientos y/o las posiciones de partes del cuerpo, todos los cuales, se vivencian y se experimentan, en el lenguaje del corazón. Sin embargo, como en mi caso, cuando somos personas tímidas, que por situaciones y circunstancias, diferentes a nuestra voluntad y su voluntad, hemos vivenciado y experimentado, estar alejados e incomunicados de familia o amigos, a quienes amamos y nos aman, suele suceder que, una vez recuperamos, la cercanía y la comunicación, por el temor a cometer un error involuntario, por el cual, perdamos la cercanía y la comunicación recuperadas, adoptemos modos de comunicación e intercambio personales, emocionales y afectivos, conocidos y seguros, y, eventualmente, rutinarios, pues para quienes somos personas tímidas, salir de la zona conocida y segura, suele ser, muy difícil y muy complicado.
En el blog actual, entonces, vamos a hablar sobre que, la respuesta, a la pregunta… ¿cómo puedo corregir, resolver, e, incluso, mejorar para, construir y crear, vínculos personales y sociales, consistentes y resistentes, y, construir y crear, labores personales y sociales, significativas y productivas, al interior de mis entornos personal, familiar y social, en beneficio de mi misma y, de otr@s?… es «el amor»… puesto que, es «el amor», la energía buena y positiva que, independientemente de las situaciones y las circunstancias externas, vinculadas y relacionadas, con la edad, el tiempo y el espacio, nos motiva y nos impulsa, a abrir el corazón y, a conectar la mente, para accionar con, innovadores y renovadores, modos de comunicación e intercambio personales, emocionales y afectivos, hacia la familia y los amigos, a quienes amamos y nos aman, como manifestación y expresión de estar autocontrolando la timidez y, estar manejando el temor a los errores y las pérdidas.
De esta manera, cuando hablamos sobre, la respuesta, es el «amor», como nuestra reacción, desde «el amor», para abrir el corazón y, conectar la mente, para accionar con, innovadores y renovadores, modos de comunicación e intercambio personales, emocionales y afectivos, hacia la familia y los amigos, a quienes amamos y nos aman, como manifestación y expresión de estar autocontrolando la timidez y, estar manejando el temor a los errores y las pérdidas, con el propósito y la finalidad de lograr establecer, mantener, innovar y renovar, vínculos, consistentes y resistentes y, labores, significativas y productivas, estamos hablando que, en la vivencia y la experiencia personales, emocionales y afectivas de percibir y sentir «el amor», en nosotr@s y otr@s, logramos el conocimiento y la seguridad, necesarios e importantes, para salir de nuestra zona conocida y segura, corregir, resolver, e, incluso, mejorar, en beneficio de nosotr@s mism@s y, de otr@s.
Así, cuando hablamos sobre, la respuesta, es el «amor», como nuestra reacción, desde «el amor», para abrir el corazón y, conectar la mente, con el propósito y la finalidad de lograr establecer, mantener, innovar y renovar, vínculos, consistentes y resistentes y, labores, significativas y productivas, estamos hablando que, en beneficio de nosotr@s mism@s y, de otr@s, por intervención y participación de, el poder de «el amor», y la magia de «el amor», manifiestos y expresos, en el lenguaje del corazón, con gestos, movimientos y/o posiciones de partes del cuerpo, con y sin uso de palabras, vamos a lograr autocontrolar la timidez y, vamos a lograr manejar el temor a los errores y las pérdidas, vinculados y relacionados, con la comunicación y los intercambios personales, emocionales y afectivos, hacia la familia y los amigos, a quienes amamos y nos aman, al interior de nuestros entornos personal, familiar y social.
Y, cuando hablamos sobre, la respuesta, es el «amor», como nuestra reacción, desde «el amor», para abrir el corazón y, conectar la mente, con el propósito y la finalidad de lograr establecer, mantener, innovar y renovar, vínculos, consistentes y resistentes y, labores, significativas y productivas, estamos explicando que, por procesos personales, emocionales y afectivos, que incluyen acciones, como son, observar con atención, escuchar con confianza, conocer con comprensión y, seguir con convicción, y, que incluyen acciones, como son, perdonar, aceptar y comprender, vamos a lograr transformar, reinterpretar, sanar y rehabilitar, expresiones y comunicaciones, verbales y no verbales, vivenciadas y experimentadas, en el pasado, cercano y/o lejano, de modo que, logremos construir y crear, vínculos, consistentes y resistentes, y, labores, significativas y productivas, como parte de un presente, sano y saludable, vivido y experimentado, en el servir, el amar y el dar.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en la comunicación y el intercambio, personales, emocionales y afectivos, desde «el amor», de modo que, niñas y niños, puedan lograr transformar, reinterpretar, sanar y rehabilitar, expresiones y comunicaciones, verbales y no verbales, vivenciadas y experimentadas, en el pasado, cercano y/o lejano, en beneficio suyo y de otr@s, por medio de la puesta en práctica y el ejercicio de, el lenguaje del corazón, que como medio y recurso de comunicación, se concreta y se hace realidad, en un intercambio de a dos, con gestos, movimientos y/o posiciones de partes del cuerpo, que observados en conjunto, pueden comunicar qué es lo que se siente y cómo es lo que se siente, en relación a un@ mism@ y, a otr@s.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, la necesidad y la importancia que tiene, «el amor», en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en las acciones amorosas, hacia sí mism@s y, hacia otr@s, en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues vivenciar y experimentar, «el amor», puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.