¡Hola!…¿Qué tal?…¿Cómo están? En los blogs anteriores, hablamos sobre, el poder de «el amor», y los tres valores y principios, en los cuales, se sustenta y se fundamenta, el amor y su poder, como son, escuchar, conocer y seguir, que desde la vivencia y la experiencia de, el amor a Dios, como un modelo y un ejemplo de vida, puesto en práctica y ejercitado, en las vivencias y las experiencias personales, emocionales y afectivas de, el diálogo y la meditación, se concretan y se hacen realidad en, el escuchar con confianza, el conocer con comprensión, y el seguir con convicción. En ese sentido, cuando hablamos de, el poder de «el amor», hablamos que, el amor y su poder, como energía positiva, que nos empodera y nos fortalece, para corregir, resolver, e, incluso, mejorar, algo que está funcionando mal, o, algo que no está funcionando, está en la sensación, la emoción y el sentimiento, vivido y experimentado, en modo positivo, para afrontar, retos, cambios y, logros. Asimismo, hablamos que, escuchar con confianza, conocer con comprensión y, seguir con convicción, facilitan, favorecen y promueven, el logro de, la empatía y la creencia en la otra persona, sus experiencias, sus emociones, sus puntos de vista y, sus estados de ánimo, como manifestación y expresión de, el amor y su poder. En el blog actual, entonces, vamos a hablar sobre, la magia de «el amor», que hace oportuno y posible, el logro de vínculos personales y sociales, consistentes y resistentes, y labores personales y sociales, significativas y productivas, toda vez que, logramos transformar, las vivencias y las experiencias de, nuestro pasado, en los motivos y los impulsos, para crecer y madurar, en el servir, el amar y el dar.
Efectivamente, cuando hablamos sobre, la magia de «el amor», que hace oportuno y posible, el logro de vínculos personales y sociales, consistentes y resistentes, y labores personales y sociales, significativas y productivas, toda vez que, logramos transformar, las vivencias y las experiencias de, nuestro pasado, en los motivos y los impulsos, para crecer y madurar, en el servir, el amar y el dar, estamos partiendo de la reflexión del sacerdote sobre el mensaje de Pentecostés, en referencia a la puesta en práctica y el ejercicio de la purificación de la memoria, como la vivencia y la experiencia, personal, emocional y afectiva, de reconocer y recordar los hechos de nuestro pasado, siendo capaces de darles un significado y un sentido diferentes, mediante su transformación, su reinterpretación, su sanación y su rehabilitación en modo positivo, por obra de el amor y su poder, y desde un proceso de perdón, aceptación y comprensión.
De esta manera, cuando hablamos sobre, la magia de «el amor», y la purificación de la memoria, como la vivencia y la experiencia, personal, emocional y afectiva, de reconocer y recordar los hechos de nuestro pasado, siendo capaces de darles un significado y un sentido diferentes, mediante su transformación, su reinterpretación, su sanación y su rehabilitación en modo positivo, por obra de el amor y su poder, estamos hablando que, la transformación, la reinterpretación, la sanación y la rehabilitación en modo positivo, de las vivencias, las experiencias y los hechos dañinos de «el pasado», son naturalmente oportunas y posibles, por la puesta en práctica y el ejercicio de, el diálogo y la meditación, como vivencias y experiencias, personales, emocionales y afectivas, en las cuales, se concretan y se hacen realidad, el escuchar con confianza, el conocer con comprensión y el seguir con convicción, que como los tres valores y principios de, el amor y su poder, nos empoderan y nos fortalecen, en beneficio de nosotr@s, otr@s y, nuestros entornos, personal, familiar y social, para corregir, resolver, e, incluso, mejorar, algo que está funcionando mal, o, algo que no está funcionando.
Asimismo, cuando hablamos sobre, la magia de «el amor», y la purificación de la memoria, que hace oportuno y posible, reconocer y recordar los hechos de nuestro pasado, siendo capaces de darles un significado y un sentido diferentes, mediante su transformación, su reinterpretación, su sanación y su rehabilitación en modo positivo, desde un proceso de perdón, aceptación y comprensión, siempre activado y actualizado, en los contactos y las interacciones, al interior de nuestros entornos personal, familiar y social, estamos hablando que, la transformación, la reinterpretación, la sanación y la rehabilitación en modo positivo, de las vivencias, las experiencias y los hechos dañinos de «el pasado», en beneficio de nosotr@s, otr@s y, nuestros entornos, personal, familiar y social, es la consecuencia natural, espontánea e innata, de nuestro crecimiento, nuestra maduración y, nuestro aprendizaje, personales, emocionales y afectivos.
Y así, cuando hablamos sobre, la magia de «el amor», y la purificación de la memoria, que hace oportuno y posible, reconocer y recordar los hechos de nuestro pasado, siendo capaces de darles un significado y un sentido diferentes, mediante su transformación, su reinterpretación, su sanación y su rehabilitación en modo positivo, desde un proceso de perdón, aceptación y comprensión, siempre activado y actualizado, en los contactos y las interacciones, al interior de nuestros entornos personal, familiar y social, estamos hablando de, el perdón, como un proceso de cambio interno, en el cual, voluntariamente, desarrollamos comportamientos y actitudes constructivas, en relación a las vivencias, las experiencias, y los hechos dañinos de «el pasado», la aceptación, como un proceso interno de conformidad, en el cual, reconocemos y admitimos que, nuestro control de las situaciones de la realidad, es limitado, y, la comprensión, como un proceso individual de creación mental, en el cual, damos un significado y un sentido, personal, emocional y afectivo, a las situaciones de la realidad, y elaboramos una idea, sobre la cual, transmitimos un mensaje, idealmente, positivo y favorable.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños en, la magia de «el amor», que conforme crecen y maduran, hace oportuno y posible que, los niños y las niñas, vayan logrando vínculos personales y sociales, consistentes y resistentes, y labores personales y sociales, significativas y productivas, toda vez que, logran transformar, las vivencias y las experiencias de, su pasado, en los motivos y los impulsos, para crecer y madurar, en el servir, el amar y el dar, así como, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños en, el perdón, la aceptación y la comprensión, que facilitan, favorecen y promueven, el desarrollo voluntario de comportamientos y actitudes constructivas, en relación a las vivencias, las experiencias, y los hechos dañinos de «el pasado», toda vez que, reconocen y admiten que, el control de las situaciones de la realidad, es limitado, dan significado y sentido a las situaciones de la realidad, elaboran una idea de la realidad, y transmiten un mensaje de la realidad, idealmente, positivo y favorable.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, la necesidad y la importancia que tiene, la magia de «el amor», en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en la purificación de la memoria en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues vivenciar y experimentar, el perdonar, el aceptar y el comprender, puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.