¡Hola!…¿Qué tal?…¿Cómo están?. En el blog anterior, hablamos sobre el sentido y el valor de la tristeza. En ese mismo sentido, en el blog actual, vamos a hablar sobre el sentido y el valor de la felicidad, y, el uso de los cojines de color verde, para el autodescubrimiento de la felicidad, como una emoción o un estado de ánimo. La felicidad o sensación de gozo, que nos estimula y nos impulsa, por la percepción de bienestar, real o imaginario que tenemos, se alimenta y se nutre de la tranquilidad, la esperanza y la frialdad del color verde, que activa y moviliza, a nuestro organismo. Y, para lograr el reconocimiento, la expresión y la comunicación de la felicidad, niños y niñas y, adultos, podemos necesitar e interesarnos en la tranquilidad, la esperanza y la frialdad del color verde y sus tonalidades, aplicadas y utilizadas, en los objetos y los elementos de los ambientes, a nuestro alrededor. El uso, el contacto y la interacción con los cojines verdes creados para la expresión de las emociones, mediante el sentido del tacto, ubicado en las manos, por ejemplo, pueden activar y actualizar, la tranquilidad, la esperanza y la frialdad, que habitan en nuestro mundo interior, y, de esta manera, se puede facilitar, favorecer y promover, en forma positiva o favorable, el autodescubrimiento de las sensaciones, las emociones y los sentimientos, vinculados y relacionados con la felicidad, evocados mediante la memoria táctil.
Hablando de la felicidad y, el sentido y el valor de la felicidad según leo e investigo, podemos explicar que, el sentido y el valor de la felicidad, se manifiesta y se expresa, primero, en el hecho que, la felicidad, como una emoción o un estado de ánimo, producido por la percepción de bienestar personal, emocional o físico, real o imaginario, motivado o inspirado, por vivencias o experiencias, diarias o cotidianas, positivas o favorables, como pueden ser, la salud, la labor y el amor, facilita, favorece y promueve, logros y progresos personales, emocionales o físicos, en el autodescubrimiento, la socialización y la integración socio – personal. Y, el sentido y el valor de la felicidad, se manifiesta y se expresa, segundo, en el hecho que, las emociones, en general y, la felicidad, en particular, contienen mensajes personales, emocionales o físicos, que alertan a nuestros espíritu y mente, para actuar en forma positiva o favorable, ante uno mismo y el entorno, pues transmiten y evocan señales informativas, que dirigen la conducta y la actitud en las situaciones, diarias o cotidianas, facilitando, favoreciendo y promoviendo la toma de decisiones, para lograr adaptarnos a la realidad, positiva o favorable y, negativa o desfavorable.
Hablando del sentido y el valor de la felicidad y, los beneficios que, la felicidad, puede tener en el desarrollo y progreso del autoconocimiento, la autorregulación, la empatía y la motivación, según leo e investigo, podemos explicar que, la felicidad como emoción o estado de ánimo, facilita, favorece y promueve, la toma de decisiones y la adaptación a la realidad, en circunstancias y condiciones, en las cuales, se producen vivencias o experiencias, positivas o favorables, desde la búsqueda, la recuperación y el sostenimiento del equilibrio personal, emocional o físico, proyectados como logros personales, en la salud, espiritual y mental En ese sentido, la felicidad, como emoción o estado de ánimo, activa y actualiza, la sensación y la percepción de salud, en general, y, espiritual y mental, en particular, manifiesta y expresa, en hechos o aspectos socio – personales, observables y observados, como puede ser, la mejora de la actividad, el reposo, la autoestima y la inmunidad.
Hablando del sentido y el valor de la felicidad y, las vivencias o las experiencias que motivan, la felicidad, en las personas, podemos explicar que, la felicidad como una emoción o un estado de ánimo, por lo general, se vivencia y se experimenta, como consecuencia de hechos o situaciones, positivos o favorables, vinculados o relacionados, con la salud, la labor y el amor, como pueden ser, el recuperar el bienestar emocional o físico, el lograr un objetivo personal y, el abrazar a una persona amada. En ese sentido, la intensidad de la felicidad, como una emoción o un estado de ánimo, se suele modular en función a eventuales condiciones o factores, como pueden ser, la deseabilidad, la realidad, la proximidad, la motivación y la sorpresa, pues cuanto más deseado, más real, más próximo, más motivador y más sorpresivo, es el hecho o la situación, que puede motivar la felicidad, la intensidad de la sensación, la emoción o el sentimiento de felicidad es mayor.
Hablando del sentido y el valor de la felicidad y, las formas o las maneras como las personas manifestamos y expresamos la felicidad, según leo e investigo, podemos explicar que, la felicidad o sensación de gozo, que nos estimula y nos impulsa, por la percepción de bienestar, real o imaginario que tenemos, y, se alimenta y se nutre de la tranquilidad, la esperanza y la frialdad del color verde de los cojines, como emoción o estado de ánimo, se manifiesta y se expresa, en los característicos gestos faciales, entre los cuales, reconocemos e identificamos, el contorno exterior de los ojos arrugado, los párpados inferiores hacia arriba, las mejillas hacia arriba, los labios abiertos y las comisuras de los labios hacia arriba, y, se manifiesta y se expresa, en los característicos gestos emocionales, que renuevan e innovan el cuerpo y el alma, entre los cuales, reconocemos e identificamos, las ganas de saltar, las ganas de correr, las ganas de bailar y las ganas de cantar.
De esta manera, hablando del sentido y el valor de la felicidad y, los niños y las niñas, según leo e investigo, para compartir con ustedes, podemos explicar que, en las personas, en general, y, en los niños y las niñas, en particular, la felicidad como una emoción o un estado de ánimo, es una vivencia o una experiencia, primaria o básica, manifiesta y expresa, en el semblante, el lenguaje, las decisiones y los actos, que demuestran y evidencian, un bienestar personal, emocional o físico, una energía, clara y poderosa, y, una disposición, espiritual y emocional, orientada a la acción constructiva, positiva o favorable. En ese sentido, la felicidad como una vivencia o una experiencia, primaria o básica, se puede manifestar o expresar, como una conducta o una actitud temporal, o, como una conducta o una actitud permanente, en la cual, la percepción de la vida, en forma constructiva, positiva o favorable, es una tendencia o una inclinación permanente.
Es entonces que, hablando de los niños y las niñas y, el valor y el sentido de la felicidad, podemos explicar que, mientras los niños y las niñas, aprenden y conocen el cómo expresar sus emociones, en general, y, su felicidad, en particular, es importante y necesario que, como adultos y como acompañantes motivadores e inspiradores de los niños y las niñas, en el proceso de reconocimiento, expresión y comunicación de las emociones, en general, y, la felicidad, en particular, trabajemos en nuestra, propia y particular, percepción de la vida, en forma constructiva, positiva o favorable, como una tendencia o una inclinación permanente. En ese sentido, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías y, maestros y maestras, toda vez que trabajamos en nuestra felicidad, como una conducta o una actitud permanente, tenemos la oportunidad y la posibilidad de acompañar a los niños y las niñas, en su reconocimiento de la felicidad y, en su expresión y su comunicación de la sensación y el sentimiento de felicidad. Es decir, como adultos responsables a cargo de hijos e hijas, nietos y nietas, sobrinos y sobrinas y, alumnos y alumnas, tenemos la oportunidad y la posibilidad de acompañar a los niños y las niñas, en el autoconocimiento, la autorregulación, la empatía y la motivación, como habilidades o capacidades emocionales, importantes y necesarias, para demostrar y evidenciar, un bienestar personal, emocional o físico, una energía, clara y poderosa, y, una disposición, espiritual y emocional, orientada a la acción constructiva, positiva o favorable, como manifestaciones y expresiones, propias y particulares de la felicidad.