¡Hola!…¿Qué tal?….¿Cómo se encuentran?. Hablando de sensibilidad y nobleza, estamos hablando de personas como son niños, adolescentes, jóvenes y adultos, primeramente, con un buen cerebro y un buen corazón, que, esencialmente, obran por el bien y el bienestar de otras personas. La sensibilidad y la nobleza son, esencialmente, buenas y positivas, pero como todas las cualidades o las características de una persona, necesitan ser autoconocidas y autorreguladas, por quienes las manifiestan y las expresan, sobre todo, en el momento actual, en el cual, una sensibilidad y una nobleza extremas, pueden originar, e, incluso, pueden motivar, sin justificación alguna, actitudes negativas o malas, en personas relacionadas con las personas sensibles y nobles. En el momento actual, cuando hablamos de actitudes negativas o malas, que manifiesta y expresa una persona a otra, independientemente de la edad, el sexo, el grupo social y la condición económica, podemos estar hablando de lo que hoy conocemos como maltrato, violencia o acoso, que tienen diferentes definiciones y características, entre sí, pero que tienen una semejanza, como es que son actitudes negativas o malas de unos, eventualmente, más fuertes a otros, eventualmente, más débiles. Y, circunstancialmente, en el momento actual, ante las actitudes negativas o malas, manifiestas y expresas, por unos a otros, la sensibilidad, como un valor y una virtud humana, se manifiesta y se expresa, como una capacidad receptiva en relación con el ambiente y, la nobleza, como un valor y una virtud humana, se manifiesta y se expresa, como una capacidad de perceptiva en relación con las personas, con lo cual, la sensibilidad y la nobleza son, esencialmente, fortalezas humanas, que se deben motivar e inspirar, en una medida equilibrada y saludable, de modo que, quienes se encuentren en actitudes opuestas, autocontrolen sus reacciones.
Hablando de los niños y las niñas muy sensibles, que necesitan aprender a autoconocer y autorregular su sensibilidad, según leo e investigo, podemos explicar que, los niños y las niñas, muy sensibles o altamente sensibles, son significativamente receptivos de los estímulos del ambiente, por lo cual, tienen una alta capacidad para recibir la información del ambiente. Es decir, los niños y las niñas, muy sensibles o altamente sensibles, por su alta capacidad para recibir la información del ambiente, tienen una muy propia y muy singular habilidad para descubrir todas las cualidades y las características del ambiente, que pueden pasar desapercibidas para otras personas, por lo cual, son muy sensibles a lo positivo o lo bueno del ambiente y, son muy sensibles a lo negativo o lo malo del ambiente. En ese sentido, en los niños y las niñas, muy sensibles o altamente sensibles, se pueden observar e identificar cualidades y características personales, familiares y sociales, con un sentido positivo o bueno, muy propias y muy singulares, como son, la capacidad de atención, la capacidad de perfección, la capacidad de empatía, la capacidad de solidaridad, la capacidad de intuición, la capacidad de creatividad, la capacidad de concentración, la capacidad de introspección, la capacidad de razonamiento y, la capacidad de reflexión, y, se pueden observar e identificar cualidades y características personales, familiares y sociales, con un sentido negativo o malo, muy propias y muy singulares, como son, la tendencia a la reactividad, la tendencia a la serenidad, la tendencia a la inseguridad, la tendencia a la vergüenza, la tendencia a la introversión y, la tendencia a la soledad.
Hablando de los niños y las niñas muy sensibles, que necesitan aprender a autoconocer y autorregular su sensibilidad, según leo e investigo, podemos explicar que, los niños y las niñas muy sensibles o altamente sensibles pueden aprender a formar y educar su sensibilidad en forma positiva o buena, implementando experiencias y actividades motivadoras e inspiradoras del reconocimiento, la expresión y la comunicación de la información, en relación a las percepciones del ambiente, para que se autoconozcan, con el propósito y la finalidad de facilitar, favorecer y promover el desarrollo y progreso de su autorregulación emocional, afectiva y social. Es decir, en los niños y las niñas, que evidencian y registran sensibilidad, necesitan y demandan de la participación y la intervención constructiva de los adultos a cargo, en el rol de padres o madres, abuelos o abuelas, tíos o tías y, maestros o maestras, que motiven e inspiren, con experiencias y actividades, como pueden ser: crear espacios y tiempos de escucha para la apertura de los niños y las niñas, crear espacios y tiempos de contacto e interacción con los niños y las niñas, dar un amor incondicional a los niños y las niñas, armonizar con las sensaciones y las emociones de los niños y las niñas, atender a las necesidades, los intereses y los deseos de los niños y las niñas, facilitar la expresión de las emociones y los sentimientos de los niños y las niñas, adoptar una actitud empática, comprensiva, solidaria y generosa hacia los niños y las niñas, habituar en el perdón y el perdonar a los niños y las niñas, y, favorecer el desapego positivo o bueno de los niños y las niñas.
Hablando de los niños y las niñas muy nobles, que necesitan aprender a autoconocer y autorregular su nobleza, según leo e investigo, podemos explicar que, los niños y las niñas, muy nobles o altamente nobles. son significativamente perceptivos de las sensaciones, las emociones, los sentimientos, los pensamientos y las ideas de las personas, por lo cual, tienen una alta capacidad para conectar con la tristeza y la alegría de otras personas. Es decir, los niños y las niñas, muy nobles o altamente nobles, por su alta capacidad para conectar con la tristeza y la alegría de otras personas, tienen una muy propia y muy singular habilidad para escuchar y comprender necesidades, intereses, deseos, fortalezas, debilidades y objetivos de las personas, que pueden pasar desapercibidos para otras personas, por lo cual, son muy perceptivos de lo positivo o lo bueno de las personas y, son muy perceptivos a lo negativo o lo malo de las personas. En ese sentido, en los niños y las niñas, muy nobles o altamente nobles, se pueden observar e identificar cualidades y características, personales, familiares y sociales, como son, la capacidad de empatía, definida como la capacidad de comprensión de las sensaciones, las emociones, los sentimientos, los pensamientos y las ideas de otras personas; la capacidad de bondad, definida como la capacidad de identificación con las sensaciones, las emociones, los sentimientos, los pensamientos y las ideas de otras personas; la capacidad de solidaridad, definida como la capacidad de ayudar y apoyar a otras personas; y, la capacidad de generosidad, definida como la capacidad de dar y compartir con otras personas.
Hablando de los niños y las niñas muy nobles, que necesitan aprender a autoconocer y autorregular su nobleza, según leo e investigo, podemos explicar que, los niños y las niñas muy nobles o altamente nobles pueden aprender a formar y educar su nobleza en forma positiva o buena, implementando experiencias y actividades motivadoras e inspiradoras del reconocimiento, la expresión y la comunicación de la información, en relación a las conexiones con las personas, para que se autoconozcan, con el propósito y la finalidad de facilitar, favorecer y promover el desarrollo y progreso de su autorregulación emocional, afectiva y social. Es decir, en los niños y las niñas, que evidencian y registran nobleza, necesitan y demandan de la participación y la intervención constructiva de los adultos a cargo, en el rol de padres o madres, abuelos o abuelas, tíos o tías y, maestros o maestras, que motiven e inspiren, con experiencias y actividades, como pueden ser: sembrar, cultivar y cosechar valores en los niños y las niñas, formar y educar en el hogar las emociones y los valores de los niños y las niñas, formar y educar desde el ejemplo en valores y principios a los niños y las niñas, formar y educar desde el ejemplo en límites emocionales, afectivos y sociales a los niños y las niñas, habituar en los niños y las niñas la escucha de los otros, habituar en los niños y las niñas el respeto por sí mismos y los otros, habituar en los niños y las niñas el saber ganar y el saber perder, habituar en los niños y las niñas la felicidad por lo pequeño y lo simple, habituar en los niños y las niñas la satisfacción por los propios esfuerzos, y, habituar en los niños y las niñas el optimismo por los propios logros.
Hablando de la sensibilidad y la nobleza y, hablando de la historia de José María, como un niño con cinco años de edad, a quien mamá y papá, motivan e inspiran, en experiencias y actividades expresivas, como el dibujo, en base a mi lectura y mi investigación, podemos explicar que, artes expresivas, como el dibujo, ayudan y apoyan en el desarrollo y progreso del autoconocimiento, la autorregulación, la motivación y la empatía, pues los niños y las niñas, muy sensibles y muy nobles, como José María, suelen representar cualidades y características del ambiente y las personas, que son inesperadas e inusuales en los dibujos de los niños y las niñas, con lo cual, sorprenden a mamá y papá y, la familia, en general, por la habilidad y la destreza que manifiestan y expresan para evaluar el ambiente y las personas, como si tuvieran un sexto sentido. En el dibujo, los niños y las niñas, como José María, tienen la oportunidad y la posibilidad de representar con trazos y figuras la información recibida y percibida del ambiente y las personas, con lo cual, mamá y papá y, la familia, en general, pueden observar e identificar, cuáles son los ambientes o las personas, positivos o buenos, y, pueden observar e identificar, cuáles son los ambientes o las personas, negativos o malos, para niños o niñas, como José María. El dibujo de los niños y las niñas es un medio, un material o un recurso, para reconocer emociones y sentimientos, comportamiento y personalidad, y, vivencias y experiencias, que incluyen cualidades y características, como pueden ser: motivación, autocontrol, autoestima, perseverancia, inseguridad, agresividad, ansiedad, miedo, egocentrismo, tristeza, e, indiferencia.
Hablando entonces de José María, como un niño de 5 años de edad, hijo de mamá y papá divorciados, caracterizado como un hijo mayor, en espera de una hermana por papá, como un niño muy sensible y muy noble y, como un niño que sufre de asma, podemos reconocer que, la mamá y el papá de José María, independientemente de su separación como pareja, son la familia que, José María, necesita para su bien y su bienestar personal, familiar y social, pues mamá y papá atienden a las necesidades, los intereses y los deseos de José María, y, podemos reconocer que, José María. tiene en el dibujo, el medio, el material y el recurso físico, mental, afectivo y social, para transformar su sensibilidad y su nobleza, en su tranquilidad y su seguridad emocional. El dibujo, como representación gráfica, facilita, favorece y promueve la creatividad representativa o simbólica para la expresión de sensaciones, emociones, sentimientos, pensamientos e ideas, sin planificación. En ese sentido, los tiempos y los espacios para el dibujo, son una ayuda y un apoyo para José María, porque en los trazos y las figuras, José María, reconoce, expresa y comunica, logrando desarrollar y progresar en el pensamiento, la imaginación, la personalidad y la actitud, lo cual, hace que José María se sienta tranquilo y seguro, y, tenga logros emocionales y sociales, en un momento muy especial y muy valioso de su formación y su educación emocional y social, como son los 5 años de edad, pues con la ayuda y el apoyo de Rodo y Lali, José María, logra aprender a reconocer, expresar y comunicar sus emociones, con lo cual, desarrolla y progresa socialmente como un niño independiente, quien motivado e inspirado por María José, conversa con Rodo y Lali, para aprender a reconocer, expresar y comunicar sus emociones, como son miedo, valentía, tristeza, alegría, molestia y agrado, manifestando y expresando, fortalezas, debilidades y objetivos.