¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. Hoy día martes 21 de Enero, habiendo reflexionado con ustedes acerca de los trabajos en equipo familiares y escolares, y de qué trabajos en equipo podemos organizar en la familia y la escuela para el grupo de nuestros niños, quiero reflexionar con ustedes acerca de los alcances y logros que el Aprendizaje Cooperativo, basado en los trabajos en equipo y guiado por el saber ‘convivir’, tiene en el desarrollo emocional de nuestros niños.
‘El Aprendizaje Cooperativo’, como la metodología representativa del aprendizaje basado en ‘los trabajos en equipo’, organizados a partir de las ‘pequeñas’ tareas y de los juegos grupales, o, las actividades recreativas y educativas que en nuestros niños inspiran y motivan interdependencia positiva, responsabilidad individual y grupal, interacción estimuladora, habilidades interpersonales y grupales y evaluación grupal, promueve la socialización como medio y recurso para el aprendizaje.
En ese sentido, una práctica de aprendizaje cooperativo, basada en los trabajos en equipo ‘cotidianos’, guiada por el saber ‘convivir’ que capacita a nuestros niños en el estar junto con otros ‘en paz’, y promotora de la socialización como proceso, por el cual, nuestros niños establecen sus vínculos y relaciones socio – emocionales con ‘los otros’, y construyen sus aprendizajes de ‘un modo interactivo e integrado’, causa y canaliza, la gestión y la aceptación de emociones.
Es así como, en una práctica de aprendizaje cooperativo, el hecho de trabajar en equipo y de ser capaces de estar junto con otros ‘en paz’, hacen posibles y oportunos alcances y logros, como son, la escucha ‘activa’, el respeto ‘mutuo’, la comunicación ‘interpersonal’ y el compromiso ‘social’, que en conjunto, inspiran y motivan, el interés y la curiosidad de cada uno de nuestros niños por participar, contando y compartiendo, sus experiencias y sentimientos ‘cotidianos’.
Ahora, a propósito de la reflexión “Los alcances y logros del Aprendizaje Cooperativo en el desarrollo emocional de nuestros niños” comprendo que formar parte de una práctica de aprendizaje cooperativo, desde un trabajo en equipo y desde un convivir ‘en paz’, es el estímulo socio – emocional que cada uno de nuestros niños necesitan y desean experimentar ‘cotidianamente’ para elegir y decidir ‘salir de sí mismos’ con la voluntad y el ánimo de aprender, socializar y comprometerse socialmente.
Saludos,
Lili Marlene