¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. En el artículo anterior, hablé sobre, ¿cuándo inicia “una historia personal”?, partiendo de dos conceptos clave, como son, Vida, comprendida y definida, como la capacidad de una persona de nacer, respirar, desarrollarse, procrear, evolucionar y morir, y Nacimiento, comprendido y definido, como la acción de salir una persona de el vientre de la madre gestante para iniciar su vida, como un individuo fisiológicamente independiente. En ese sentido, cuando hablo sobre, ¿cuándo inicia “una historia personal”?, puedo decir que, si bien es cierto que, por costumbre o norma, solemos reconocer e identificar que, la vida y la historia personal de una persona inicia en el momento de el nacimiento, estoy experimentando y aprendiendo que, la vida y la historia personal de una persona, incluido el propio y particular proceso de aprendizaje y desarrollo, inicia en el momento de la fecundación y, como tales, el aprendizaje y el desarrollo a niveles físico, mental, emocional y social, en cada persona, progresan de modo fisiológicamente dependiente en el vientre de la madre gestante, durante el periodo de la gestación, con una duración de 40 semanas, aproximadamente. Y, asimismo, cuando hablo sobre, ¿cuándo inicia “una historia personal”?, comprendo y explico que, una vez producida la fecundación, e iniciada la gestación que, esencialmente, son el inicio de la vida y la historia personal de una persona, el propio y particular proceso de aprendizaje y desarrollo a niveles físico, mental, emocional y social, en cada persona, y durante 40 semanas, aproximadamente, es el resultado personal y natural de las experiencias en “lo interno, lo propio y lo esencial”, y de las experiencias en “lo personal, lo familiar y lo social” de la madre gestante, siempre en contacto e interacción personal y natural con el padre, la familia, en particular, y los amigos, en general.
En el artículo actual, entonces, voy a hablar sobre, ¿qué significa ser “como niños”?, partiendo de dos conceptos clave, como son, Aprender, comprendido y definido, como capacidad y proceso de cultivarse, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, para modificar y adquirir habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores que queremos y necesitamos para que como personas alcancemos el desarrollo personal y natural en los entornos personal, familiar y social, y Desarrollar, comprendido y definido, como capacidad y proceso de extenderse, en “lo personal, lo familiar y lo social”, para ampliar y mejorar habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores qus queremos y necesitamos para que como personas logremos la madurez y el crecimiento que requerimos para tomar decisiones y afrontar la vida, con armonía y equilibrio, pues si bien es cierto que, por costumbre o norma, solemos reconocer e identificar que, en la vida y la historia personal de una persona, las oportunidades y las posibilidades de aprender y desarrollar son eventualmente limitadas e invariables, estoy experimentando y aprendiendo que, en la vida y la historia personal de una persona, como una sucesión o una secuencia de ensayos y errores, personales y naturales, experimentados en el propio y particular proceso de aprendizaje y desarrollo, en los entornos personal, familiar y social, y que resultan de las experiencias en “lo interno, lo propio y lo esencial”, y de las experiencias en “lo personal, lo familiar y lo social”, las oportunidades y las posibilidades de aprender y desarrollar son esencialmente ilimitadas y variables.
De esta manera, cuando sobre, ¿qué significa ser “como niños”?, partiendo de dos conceptos clave, como son, Aprender, comprendido y definido, como capacidad y proceso de cultivarse, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, para modificar y adquirir habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores que queremos y necesitamos para que como personas alcancemos el desarrollo personal y natural en los entornos personal, familiar y social, y Desarrollar, comprendido y definido, como capacidad y proceso de extenderse, en “lo personal, lo familiar y lo social”, para ampliar y mejorar habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores que queremos y necesitamos para que como personas logremos la madurez y el crecimiento que requerimos para tomar decisiones y afrontar la vida, con armonía y equilibrio, comprendo y explico que, independientemente de la edad, en cada una de las etapas de la vida y la historia personal que como personas construimos, niños y adultos, tenemos las oportunidades y las posibilidades personales y naturales de aprender o cultivarnos de modo ilimitado y variable, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, para modificar y adquirir habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores que queremos y necesitamos para alcanzar el desarrollo personal y natural en los entornos personal, familiar y social, y, niños y adultos, tenemos las oportunidades y las posibilidades personales y naturales de desarrollar o extendernos de modo ilimitado y variable, en “lo personal, lo familiar y lo social”, para ampliar y mejorar habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores que queremos y necesitamos para lograr la madurez y el crecimiento que requerimos para tomar decisiones y afrontar la vida, con armonía y equilibrio.
En tal sentido, experimento y aprendo que, cuando hablo sobre, ¿qué significa ser “como niños”?, comprendiendo y explicando que, independientemente de la edad, en cada una de las etapas de la vida y la historia personal que como personas construimos, niños y adultos, tenemos las oportunidades y las posibilidades personales y naturales de aprender o cultivarnos de modo ilimitado y variable, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, para modificar y adquirir habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores que queremos y necesitamos para alcanzar el desarrollo personal y natural en los entornos personal, familiar y social, y, niños y adultos, tenemos las oportunidades y las posibilidades personales y naturales de desarrollar o extendernos de modo ilimitado y variable, en “lo personal, lo familiar y lo social”, para ampliar y mejorar habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores que queremos y necesitamos para lograr la madurez y el crecimiento que requerimos para tomar decisiones y afrontar la vida, con armonía y equilibrio, ocurre que, para nosotros los adultos, ser “como niños”, significa y tiene el sentido personal y natural de estar vivos, pues por su propio y particular proceso activo – participativo de aprendizaje y desarrollo en lo físico, lo mental, lo emocional y lo social, los niños, se valen de sus ilimitadas y variables oportunidades y posibilidades de aprendizaje y desarrollo integral, y siempre están modificando su mundo interno presente, y por lo mismo, siempre están adquiriendo las habilidades, las destrezas, los conocimientos, las conductas y los valores, que quieren y necesitan, para alcanzar el desarrollo personal y natural en los entornos personal, familiar y social.
En tal sentido, también, experimento y aprendo que, cuando hablo sobre, ¿qué significa ser “como niños”?, comprendiendo y explicando que, independientemente de la edad, en cada una de las etapas de la vida y la historia personal que como personas construimos, niños y adultos, tenemos las oportunidades y las posibilidades personales y naturales de aprender o cultivarnos de modo ilimitado y variable, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, para modificar y adquirir habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores que queremos y necesitamos para alcanzar el desarrollo personal y natural en los entornos personal, familiar y social, y, niños y adultos, tenemos las oportunidades y las posibilidades personales y naturales de desarrollar o extendernos de modo ilimitado y variable, en “lo personal, lo familiar y lo social”, para ampliar y mejorar habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores que queremos y necesitamos para lograr la madurez y el crecimiento que requerimos para tomar decisiones y afrontar la vida, con armonía y equilibrio, ocurre que, para nosotros los adultos, ser “como niños”, significa y tiene el sentido personal y natural de estar vivos, pues por su propio y particular proceso activo – participativo de aprendizaje y desarrollo en lo físico, lo mental, lo emocional y lo social, los niños, se valen de sus ilimitadas y variables oportunidades y posibilidades de aprendizaje y desarrollo integral, y siempre están ampliando su mundo externo presente, y por lo mismo, siempre están mejorando las habilidades, las destrezas, los conocimientos, las conductas y los valores, que quieren y necesitan, para lograr la madurez y el crecimiento que requieren, para tomar decisiones y afrontar la vida, con armonía y equilibrio.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en el aprendizaje y la comprensión sobre, Aprender, comprendido y definido, como capacidad y proceso de cultivarse, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, para modificar y adquirir habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores que queremos y necesitamos para que como personas alcancemos el desarrollo personal y natural en los entornos personal, familiar y social, y Desarrollar, comprendido y definido, como capacidad y proceso de extenderse, en “lo personal, lo familiar y lo social”, para ampliar y mejorar habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores que queremos y necesitamos para que como personas logremos la madurez y el crecimiento que requerimos para tomar decisiones y afrontar la vida, con armonía y equilibrio, con la finalidad que, los niños y las niñas, con el acompañamiento adulto, comprendan y expliquen que, en su presente y a lo largo de su vida, personal, familiar y social, si bien es cierto que, por costumbre o norma, suelen reconocer e identificar que, en la vida y la historia personal de una persona, las oportunidades y las posibilidades de aprender y desarrollar son eventualmente limitadas e invariables, en la vida y la historia personal de una persona, como una sucesión o una secuencia de ensayos y errores, personales y naturales, experimentados en el propio y particular proceso de aprendizaje y desarrollo, en los entornos personal, familiar y social, y que resultan de las experiencias en “lo interno, lo propio y lo esencial”, y de las experiencias en “lo personal, lo familiar y lo social”, las oportunidades y las posibilidades de aprender y desarrollar son esencialmente ilimitadas y variables, y aprendan que, independientemente de la edad, en cada una de las etapas de la vida y la historia personal que como personas construyen, ellos y ellas, tienen las oportunidades y las posibilidades personales y naturales de aprender o cultivarse de modo ilimitado y variable, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, para modificar y adquirir habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores que quieren y necesitan para alcanzar el desarrollo personal y natural en los entornos personal, familiar y social, y, ellos y ellas, tienen las oportunidades y las posibilidades personales y naturales de desarrollar o extenderse de modo ilimitado y variable, en “lo personal, lo familiar y lo social”, para ampliar y mejorar habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores, que quieren y necesitan, para lograr la madurez y el crecimiento que requieren, para tomar decisiones y afrontar la vida, con armonía y equilibrio.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, el significado y el sentido que tiene, ser “como niños”, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en el aprender y el desarrollar con armonía y equilibrio, al interior de “el hogar, el jardín de niños y la comunidad”, en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@scompañer@s y, los materiales de juego, pues lograr cultivarse en “lo interno, lo propio y lo esencial”, y lograr extenderse en “lo personal, lo familiar y social”, según lo que quieren y lo que necesitan, puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.