¡Hola!…¿Cómo están?…¿Qué tal?…En esta oportunidad, para presentar y explicar el tema de la exploración de los sentimientos, quiero comenzar recordando el último párrafo de blog anterior, en el que presentamos y explicamos el tema de la expresión de las emociones, en el cual, señalamos que, María José, como protagonista de la historia: «Maria José dice: ¡Mi cama se movió!», representa y simboliza, el reconocimiento, la expresión y la comunicación de las emociones, como es la emoción de miedo o la sensación de angustia ante el peligro que, representa y simboliza, el movimiento de su cama a causa de un temblor en la noche, mientras duerme.Y, Rodo y Lali, en su rol de guías espirituales y emocionales, representan y simbolizan, la labor de la Educación Emocional, y la práctica y el ejercicio de la Inteligencia Emocional, ayudando, apoyando y aconsejando a María José, sobre cómo expresar y comunicar su vivencia, su experiencia y su emoción, y sobre cómo resolver sus conflictos, relacionados con el movimiento de la cama y el temblor, experimentados en la noche, mientras duerme.
Es así como, hablando del reconocimiento, la expresión y la comunicación de las emociones, podemos explicar que, en la narración de María José, se pueden reconocer e identificar dos momentos, un primer momento, en el cual, María José expresa el miedo que experimenta, porque su cama se mueve, y porque no se puede parar de la cama para ir al cuarto de mamá y papá, y un segundo momento, en el cual, María José expresa la seguridad y la protección que experimenta, cuando escucha la voz de mamá, cuando mamá la abraza, cuando mamá la carga, cuando papá viene a su cuarto con una linterna encendida diciendo que «todo está bien», y cuando duermen los tres juntos en la «cama de mamá y papá». Y, podemos explicar que, en la conversación y los diálogos, se puede reconocer e identificar el modo muy propio y muy particular, con el cual, María José, con la ayuda, el apoyo y el consejo de Rodo y Lali, expresa sus emociones y explora sus sentimientos, recordando y narrando sus experiencias de miedo, seguridad y protección, producidas por los estímulos percibidos antes y después del temblor, como son el movimiento de su cama, la voz de mamá, los brazos de mamá, la luz de la linterna, el mensaje de papá, y la cama de mamá y papá.
Asimismo, hablando de la Educación Emocional, y la práctica y el ejercicio de la Inteligencia Emocional, con la ayuda, el apoyo y el consejo de Rodo y Lali, podemos explicar que, en la conversación y los diálogos, entre María José, Rodo y Lali, se puede reconocer e identificar, el ejercicio y la práctica de las competencias emocionales, ejercitadas y practicadas en la Educación Emocional, como son: el percibir, evaluar y expresar las emociones, el dirigir las emociones para formar el pensamiento, el comprender las causas y las consecuencias de las emociones, el adaptar las emociones en uno mismo y en los otros, el reconocer los sentimientos en uno mismo y en los otros, el discriminar los diferentes sentimientos en uno mismo y en los otros, el nombrar los diferentes sentimientos en uno mismo y en los otros, el utilizar la información de las emociones y los sentimientos para orientar el pensamiento y la conducta, y el administrar las emociones y los sentimientos para lograr la adaptación y la supervivencia en el medio exterior.
En ese sentido, hablando de las emociones y los sentimientos, y la Educación Emocional, podemos señalar que, la Educación Emocional, como experiencia formativo – educativa, continua y permanente, orientada hacia la expresión de las emociones y la exploración de los sentimientos, por un lado, favorece y promueve el desarrollo de las competencias emocionales como elementos esenciales en el desarrollo afectivo, social, físico y mental de los niños y las niñas, con el objetivo de formar para la vida afectiva y social, y con la finalidad de educar en el logro del bienestar físico y mental. Y, por otro lado, favorece y promueve el conocimiento y el descubrimiento de los sentimientos de uno mismo y de los demás, con el objetivo de motivar el desarrollo de la identidad, la autoestima y el amor propio, y con la finalidad de estimular la comprensión, la aceptación y el respeto de los demás.
Y, hablando de las emociones y los sentimientos, y la Inteligencia Emocional, podemos señalar que, la Inteligencia Emocional, como capacidad personal – social, motivada y estimulada, en el proceso formativo – educativo, continuo y permanente, de la Educación Emocional, involucra el trabajo integral de cinco habilidades emocionales, básicas y fundamentales, para el desarrollo afectivo y social, y el bienestar físico y mental, de los niños y las niñas, como son: la autoconciencia o la habilidad necesaria para lograr el conocimiento y el descubrimiento de uno mismo y de los demás, el autoncontrol o la habilidad necesaria para lograr la toma de decisiones personales y sociales, la motivación o la habilidad necesaria para lograr los objetivos personales y sociales, la empatía o la habilidad necesaria para lograr buenas relaciones sociales, y la sociabilización o la habilidad necesaria para lograr interacciones sociales positivas.
Es así como, una vez que, María José, logra expresar sus emociones y explorar sus sentimientos, recordando y narrando su experiencia de miedo, y su experiencia de seguridad y protección, con la ayuda, el apoyo y el consejo de Rodo y Lali, en el rol de guías espirituales y emocionales, podemos señalar que, María José, manifiesta y expresa, significativos y sentidos logros a nivel afectivo y social, por un lado, María José, reconoce, discrimina y nombra su sentimiento «negativo o malo» de miedo, en relación con su cama, y reconoce, discrimina y nombra sus sentimientos «positivos o buenos» de seguridad y protección, en relación con su mamá, su papá, la linterna de su papá, y la cama de su mamá y papá, y, por otro lado, María José, conoce y descubre que, el temblor es la causa del movimiento de su cama, y conoce y descubre que, para poder pararse, para ir al cuarto de su mamá y su papá, necesita aprender a controlarse y esperar a que, pase el temblor y su cama deje de moverse. Y, podemos señalar que, como consecuencia de sus significativos y sentidos logros a nivel afectivo y social, María José, manifiesta y expresa, un significativo y sentido conflicto a nivel afectivo y social, como es el hecho de querer quedarse en su casa jugando, con sus juegos y sus juguetes y, su mamá y su papá, porque como reconoce, expresa y comunica, se sintió y se siente, segura y protegida, cuando está en medio de su mamá y su papá.
Es entonces que, como explicaremos en el siguiente blog, cuando presentemos y expliquemos el tema de la construcción del pensamiento mágico, María José, con la ayuda, el apoyo y el consejo de Rodo y Lali, percibe, evalúa y expresa sus emociones, dirige sus emociones formando su pensamiento, comprende las causas y las consecuencias de sus emociones, adapta las emociones en sí misma y en otros y, reconoce los sentimientos «positivos o buenos», y los sentimientos «negativos o malos», en sí misma y en otros. Y, como logro de la conversación y los diálogos con Rodo y Lali, María José, discrimina y nombra los diferentes sentimientos en sí misma y en otros, para utilizar la información de sus emociones y sus sentimientos, con el propósito de orientar su pensamiento y su conducta, en forma «positiva o buena» y, para administrar sus emociones y sus sentimientos, de un modo muy propio y muy particular, logrando comprender, aceptar y respetar el hecho que, al igual que todos los niños y las niñas, Ella, necesita salir de su casa, para jugar con sus amigos, y Ella, necesita salir de su casa, sintiendo igual seguridad y protección, como cuando, Ella, está jugando en su casa, en medio de su mamá y su papá, y con sus juegos y sus juguetes.