Educación Emocional, …Yo te ayudo, Tú me ayudas…

¡Hola!…¡Buenas Tardes!…¿Qué tal?. En el blog anterior hablamos sobre, «el amor» y la dinámica social, comprendiendo y explicando que, entre el amor y la dinámica social, existe una correspondencia, natural, espontánea e innata, que hace oportunos y posibles, el reconocimiento, la expresión y la comunicación de sensaciones, sentimientos, ideas, pensamientos, deseos, opiniones, entre otros, entre todos y cada uno de nosotros, los seres humanos, como seres sociales, en contacto e interacción, al interior de nuestros entornos, personal, familiar y social. En ese sentido, cuando hablamos sobre, el amor, como la energía buena y positiva que habita en nuestro interior, explicamos que, es el estímulo que, tiene la capacidad de materializaruna acción, personal, emocional y afectiva, y producir, los cambios y la interactividad, necesarios e importantes, en nosotr@s mism@s y, en otr@s, con lo cual, motiva e impulsa, el logro de la comunicación y el intercambio interpersonales de mensajes, con temas y contenidos, atractivos e interesantes, al interior de nuestros entornos, personal, familiar y social. Y, cuando hablamos sobre, la dinámica social, como el movimiento, el desarrollo y la evolución, de nosotros y otros, como seres sociales, en contacto e interacción, natural, espontánea e innata, explicamos que, es la fuente de factores, históricos, sociológicos, económicos, lingüísticos, antropológicos y políticos que, tienen la función de materializaruna acción, personal, emocional y afectiva, y producir, los cambios y la interactividad, necesarios e importantes, en nosotr@s mism@s y, en otr@s, con lo cual, activa y actualiza, la transformación, la reinterpretación, la sanación y la rehabilitación, de aquello que, a todos y cada uno de nosotros, como seres sociales, nos limita y nos inhibe, en el logro de la comunicación y el intercambio interpersonales, sanos y saludables.

En el blog actual, entonces, vamos a hablar sobre, yo te ayudo, tú me ayudas, explicando la correspondencia entre la voluntad y la iniciativa de nosotros, y la voluntad y la iniciativa de otros, como manifestación y expresión de, la toma de conciencia de nosotros, los otros y, los entornos, personal, familiar y social, la inteligencia emocional, y la superación de las limitaciones y las inhibiciones, personales, emocionales y afectivas, que nos condicionan, haciendo difíciles y complicados el reconocimiento, la expresión y la comunicación de sensaciones, sentimientos, ideas, pensamientos, deseos, opiniones, entre otros, pues si bien es cierto que, los seres humanos, como seres sociales, estamos en contacto e interacción, personales, emocionales y afectivos, continuos y permanentes, poniendo en práctica y ejercitando, la comunicación y el intercambio interpersonales, sucede que, para motivar e impulsar, la voluntad y la iniciativa de accionar, en favor de nosotros y, de otros, con el consecuente, contacto e interacción, personales, emocionales y afectivos, es necesario e importante, trabajar en, la empatía, la solidaridad y, la responsabilidad mutuos, conceptualizados en la proposición: yo te ayudo, tú me ayudas.

De esta manera, cuando hablamos sobre, yo te ayudo, tú me ayudas, explicando que, para motivar e impulsar, la voluntad y la iniciativa de accionar, en favor de nosotros y, de otros, con el consecuente, contacto e interacción, personales, emocionales y afectivos, es necesario e importante, trabajar en, la empatía, la solidaridad y la responsabilidad mutuos, estamos hablando que, nuestra voluntad e iniciativa de accionar, en favor de nosotros y, de otros, nace, crece y madura, en el amor, como energía buena y positiva, que estimula y capacita para accionar, y, en la empatía, comprendiendo empatía, como un estado personal, emocional y afectivo, en el cual, aprehendemos la emoción que imaginamos en el otro, sin necesariamente, vivenciar y experimentar, la emoción, reconocida e identificada en el otro, y, de esta manera, manifestamos y expresamos, preocupación por el otro, en eventuales situaciones y circunstancias de problema.

Asimismo, cuando hablamos sobre, yo te ayudo, tú me ayudas, explicando que, para motivar e impulsar, la voluntad y la iniciativa de accionar, en favor de nosotros y, de otros, con el consecuente, contacto e interacción, personales, emocionales y afectivos, es necesario e importante, trabajar en, la empatía, la solidaridad y la responsabilidad mutuos, estamos hablando que, nuestra voluntad e iniciativa de accionar, en favor de nosotros y, de otros, nace, crece y madura, en el amor, como energía buena y positiva, que estimula y capacita para accionar, y, en la solidaridad, comprendiendo solidaridad, como la capacidad imaginativa, que construimos y creamos, por la puesta en práctica y el ejercicio de cualidades, como el misterio, la modestia, la sensibilidad, la amabilidad, la reflexión, la escucha y la lealtad, que hacen que, logremos mirar a otro, como compañero, en eventuales situaciones y circunstancias de problema.

Y, cuando hablamos sobre, yo te ayudo, tú me ayudas, explicando que, para motivar e impulsar, la voluntad y la iniciativa de accionar, en favor de nosotros y, de otros, con el consecuente, contacto e interacción, personales, emocionales y afectivos, es necesario e importante, trabajar en, la empatía, la solidaridad y la responsabilidad mutuos, estamos hablando que, nuestra voluntad e iniciativa de accionar, en favor de nosotros y, de otros, nace, crece y madura, en el amor, como energía buena y positiva, que estimula y capacita para accionar, y, en la responsabilidad, comprendiendo responsabilidad, como el valor, que desarrollamos, exteriorizamos y, observamos, conforme con el cual, cada uno de nosotros, como seres sociales, asumimos nuestras tareas, somos consecuentes con nuestros compromisos, tomamos nuestras decisiones y, consecuentemente, cumplimos con nuestras tareas y nuestros compromisos, de acuerdo con nuestras decisiones.

Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en la empatía, como un estado personal, emocional y afectivo, en la solidaridad, como la capacidad imaginativa, que construyen y crean, y, en la responsabilidad, como el valor, que desarrollan, exteriorizan y observan, de modo que, los niños y las niñas, se preocupen por el otro, en eventuales situaciones y circunstancias de problema, miren a otro, como compañero, en eventuales situaciones y circunstancias de problema, y, como seres sociales, asuman sus tareas, sean consecuentes con sus compromisos, tomen sus decisiones y, consecuentemente, cumplan con sus tareas y sus compromisos, de acuerdo con sus decisiones, al interior de sus entornos, personal, familiar y social.

Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, el significado y el sentido que tiene, yo te ayudo, tú me ayudas, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en yo te ayudo, tú me ayudas, en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues trabajar en la empatía, la solidaridad y la responsabilidad mutuos, puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.