¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. En los blogs anteriores, cuando hablamos del uso de las palabras y el diálogo, así como cuando hablamos del uso de los silencios y la meditación, para la comprensión y la regulación de emociones, hablamos de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en el desarrollo y el progreso en los valores y los principios de: escuchar con atención e interés, pensar antes de hablar, cuidar el tono de voz cuando hablamos, generar confianza, organizar rutinas de diálogo en grupo y equipo, reservar un espacio y un tiempo personal, respirar en forma relajada, profunda y uniforme, concentrarse, conservar una postura placentera, y, adoptar una actitud abierta, por ejemplo, de modo que, las niñas y los niños, naturalmente, puedan lograr una vida social sana y saludable. En el blog actual, entonces, vamos a hablar de, diálogo y escucha activa, comprendiendo y definiendo, escucha activa, como una escucha profunda, en la cual, se observa el lenguaje corporal, la velocidad del habla, el tono de voz y el mensaje, de una persona, con una conexión atenta e interesada, que busca interpretar de manera sensible, la realidad, desde la cual, se comunica.
De esta manera, cuando hablamos de, una escucha, en sus diferentes modos o modalidades, estamos hablando que, desde su puesta en práctica y ejercicio, naturales, espontáneos e innatos, diarios y cotidianos, para el intercambio interpersonal, mediante el uso de palabras y el diálogo, y, el intercambio intrapersonal, mediante el uso de silencios y la meditación, según leo e investigo, podemos reconocer e identificar, ocho modos o modalidades de escucha, como pueden ser, escucha apreciativa, escucha selectiva, escucha discernitiva, escucha analítica, escucha sintetizada, escucha empática, escucha atenta y, escucha activa, todas diferenciadas entre sí, por las características de la comunicación y, la perspectiva de la escucha.
Es así que, cuando hablamos de beneficios, en los niños y las niñas, que resultan de, un intercambio interpersonal, mediante el uso de palabras y el diálogo, positivos y favorables, al interior de sus entornos personal, familiar y social, en los cuales, se ponga en práctica y se ejercite, una escucha activa, con una conexión atenta e interesada, estamos hablando que, una escucha activa, como una escucha profunda, por la cual, se observa lenguaje corporal, velocidad del habla, tono de voz y, mensaje, de un niño o una niña, puede facilitar, favorecer y promover, el desarrollo y el progreso del autoconcepto, la autoestima y, la inteligencia emocional, mediante el logro de una comunicación verdadera y, una escucha en confianza.
Asimismo, cuando hablamos de beneficios, en los niños y las niñas, que resultan de, un intercambio interpersonal, mediante el uso de palabras y el diálogo, positivos y favorables, al interior de sus entornos personal, familiar y social, en los cuales, se ponga en práctica y se ejercite, una escucha activa, caracterizada por una conexión atenta e interesada, estamos hablando que, en el intercambio interpersonal, con niños y niñas, un uso de palabras y un dialogo, con una escucha activa, como una escucha profunda, en la cual, se observa el lenguaje corporal, la velocidad del habla, el tono de voz y, el mensaje, de un niño o una niña, puede facilitar, favorecer y promover, en los niños y las niñas, los logros, necesarios e importantes, como pueden ser, el expresar sus emociones y, el tomar conciencia sobre, el cómo vivencian y experimentan, sus emociones de, miedo, valentía, tristeza, felicidad, molestia y, agrado, al interior de su hogar, su escuela y, su comunidad, en general.
Así pues, cuando hablamos de, una observación del lenguaje corporal, la velocidad del habla, el tono de voz y, el mensaje, de un niño o una niña, mediante el intercambio interpersonal, poniendo en practica y ejercitando, un diálogo y una escucha activa, como una escucha profunda, orientada a sus características, sus cualidades, sus fortalezas, sus debilidades, sus virtudes y sus defectos, es necesario e importante que, hablemos de la energía y la fuerza, positivas o favorables, con las cuales, niños y niñas, idealmente, logren expresar, las características, las cualidades, las fortalezas, las debilidades, las virtudes y los defectos, comunicados y transmitidos, en contacto e interacción, con los adultos responsables a cargo, de modo que, naturalmente, puedan lograr y mantener, en el tiempo y el espacio, relaciones interpersonales, positivas o favorables, y, calidad de vida social, sana y saludable, en beneficio de sí mism@s y otr@s, al interior de los grupos de juego.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde un diálogo y una escucha activa, como una escucha profunda, expresando, comunicando y transmitiendo sus características, sus cualidades, sus fortalezas, sus debilidades, sus virtudes y sus defectos, con energía y fuerza, positivas o favorables, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en el desarrollo y el progreso de la práctica y el ejercicio de: contactar visualmente con quien nos habla, sonreír con quien nos habla, asentir mientras habla nuestro interlocutor, adoptar una postura corporal receptiva, reforzar el discurso del hablante con alguna palabra o frase positiva que valide su mensaje, hacer preguntas relevantes para aclarar la información que recibimos, resumir lo que comunica el hablante y, hacer ver a nuestro interlocutor que entendemos sus sentimientos. por ejemplo, de modo que, niñas y niños, naturalmente, logren reconocer, expresar y comunicar sus sensaciones, sus emociones y sus sentimientos, así como, logren reconocer e identificar el cómo los experimentan, los manejan y los usan, en relación con sus eventuales objetivos.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, la necesidad y la importancia que tiene, una escucha activa, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en la escucha activa en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues, la escucha activa, como una escucha profunda, puede ser muy positiva y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.