¡Hola!…¿Qué tal?…¿Cómo están?. En esta oportunidad, estoy meditando y reflexionando, sobre el lenguaje verbal y, nosotros, los seres humanos, como una fuente inagotable de emociones, naturalmente, hechas palabras, por la participación del cerebro y, nuestra habilidad de verbalizar o comunicar, con palabras orales y/o escritas. Los seres humanos, esencialmente, somos seres vivos verbales, con lo cual, nos diferenciamos de otros seres vivos, como pueden ser los animales, pues emitimos sonidos, con significado y sentido, acompañados de gestos y, movimientos corporales, que reconocemos e identificamos, como el lenguaje corporal. En cada uno de nosotros, como seres humanos, el lenguaje verbal, acompañado del lenguaje corporal, requiere de, nuestros personales desarrollos, mental, corporal, afectivo y social, al interior de los grupos socio – personales, como pueden ser el hogar, la escuela y la comunidad, en general. para evolucionar y transformarse, en un medio de comunicación e intercambio interpersonal, con significado y sentido, Es al interior de los grupos socio – personales, mediante el proceso de desarrollos mental, corporal, afectivo y afectivo, que el lenguaje verbal, acompañado del lenguaje corporal, adquiere la forma y el fondo, necesarios e importantes, para el logro de la comunicación y el intercambio interpersonal, de sensaciones, emociones y sentimientos, personales y socio – personales.
Hablando del lenguaje verbal, como el medio sonoro, con significado y sentido, para la comunicación y el intercambio interpersonal de sensaciones, emociones y sentimientos, personales y socio – personales, acompañado del lenguaje corporal, manifiesto y expreso, como gestos, posturas y movimientos, desde mi experiencia personal, natural y habitualmente, se vincula y se relaciona, con nuestra capacidad y habilidad, de representar y simbolizar, en palabras, orales y/o escritas, todo aquello que habita, en nuestro interior, que por motivación e inspiración, espiritual y emocional, necesita y es importante, contemos y compartamos, exteriormente, en contacto e interacción, con nuestro entorno socio – personal.
Cuando hablo del lenguaje verbal, como medio, instrumento o herramienta, de comunicación e intercambio interpersonal, de afectos, sentimientos, ideas y/o pensamientos, que tiene el propósito y la finalidad, de contactar nuestro mundo interior, con nuestro mundo exterior, o, con nuestro entorno, estoy hablando que, si bien es cierto como seres humanos, somos creados con la capacidad de expresarnos y comunicarnos verbalmente, usando palabras, orales y/o escritas, el uso del lenguaje verbal, en la comunicación y el intercambio interpersonal de sensaciones, emociones y sentimientos, es una habilidad, e, incluso es un don, que requiere de un desarrollo y una evolución, espiritual y emocional, de mayor nivel.
En ese sentido, cuando hablo de nuestro lenguaje verbal, en relación, personal, emocional y afectiva, con nuestro mundo interior y, con nuestro mundo exterior, o, con nuestro entorno, hablo del lenguaje verbal, como un medio, un instrumento, o, una herramienta, liberadores, e, incluso, canalizadores y sanadores, de nuestras energías y, nuestras vibras internas, eventualmente, condicionadas y limitadas, dentro de nosotros, que son verbalizadas, por la necesidad y, en la búsqueda, de concretarse y proyectarse, externamente, para de esta manera, ser contadas y ser compartidas, en confianza, con alguien, siempre motivados e inspirados, por la voz de nuestro corazón, y/o, por la guía de nuestra intuición.
De esta manera, cuando hablamos de verbalizar nuestras energías y, nuestras vibras internas, eventualmente, condicionadas y limitadas, dentro de nosotros, de una manera consciente o de una manera no consciente, por nuestros miedos, nuestras tristezas y/o nuestras molestias, como sensaciones, emociones o sentimientos, con una carga negativa o desfavorable, estamos hablando de, una natural y una habitual, forma o manera, de ser, hacer o actuar, sin miedos, sin tristezas y, sin molestias, según somos, según hacemos y según actuamos, por propia y particular, motivación e inspiración, alcanzada y lograda, en forma natural y habitual, con quienes tenemos confianza, mutua y recíproca, nos aceptan y, nos respetan.
Así pues, sobre el concepto inicial… el lenguaje verbal… la representación o la simbolización, de un conjunto ordenado de lápices de, carbón o carboncillo, tiene el propósito y la finalidad de, explicar que, al igual que, un lápiz de carbón o carboncillo, tiene infinitas oportunidades de expresión y comunicación, y, tiene infinitas posibilidades de expresión y comunicación, nosotros los seres humanos, tenemos las mismas infinitas, oportunidades y posibilidades, de expresión y comunicación, siempre y cuando, activemos y actualicemos, nuestras energías y, nuestras vibras internas, en forma positiva o favorable, liberando, canalizando y sanando, miedos, tristezas y molestias, naturales y habituales.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, la necesidad y la importancia que tiene, el lenguaje verbal, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en el lenguaje verbal, como un medio, un instrumento, o, una herramienta, liberadores, e, incluso, canalizadores y sanadores, de sus energías y, sus vibras internas, eventualmente, condicionadas y limitadas, dentro de sí, para lo cual, es necesario e importante, niños y niñas, tomen conciencia de, las infinitas oportunidades y posibilidades, de expresión y comunicación, que tienen en su vida, como seres humanos, en desarrollo y evolución, continua y permanente, en contacto e interacción, con su exterior o su entorno.