¡Hola!…¿Cómo se sienten?…¿Qué tal?. En el blog actual, meditaré y reflexionaré, sobre mi vivencia y mi experiencia, personal, emocional y afectiva como maestra, como consecuencia natural de mi vivencia y mi experiencia como tía, desde los 6 o los 7 primeros años de edad, como les contaba y les compartía, en el blog anterior. Naturalmente, el hecho de haber sido tía, desde muy temprana edad, motivó e inspiró, y, porsupuesto, activó y actualizó, mi vocación de juego y cuidado de los niños y las niñas, como la vivencia y la experiencia que, como hermana menor, de mi hermano y mi hermana, me faltaba vivenciar y experimentar y, que, lograba, vivenciar y experimentar, estudiando la carrera de educadora infantil, de niños y niñas, de 0 a 6 años de edad, aproximadamente. El hecho de ser tía, desde muy temprana edad, de mis sobrinos y mis sobrinos, hijos e hijas, de mis primos hermanos y mis primas hermanas mayores, me daba la oportunidad y la posibilidad de desarrollar, crecer y madurar, en las nociones y los conceptos, primarios o básicos, sobre el juego y el cuidado de los niños y las niñas, y, de construir el cimiento, sobre el cual, una vez egresada de la carrera de educadora infantil y, una vez transformada en la tía y la madrina del primero de mis cuatro sobrin@s, he ido desarrollando, el rol y la función personal, emocional y afectiva, como tía, maestra y, esencialmente, mamá de corazón, de mis sobrin@s y mis alumn@s.
Entonces, cuando hablamos de los maestros y las maestras y, la crianza de los niños o las niñas, estamos hablando de la crianza del maestro o la crianza de la maestra, o, ambas crianzas a la vez, pudiendo ser, el maestro y/o la maestra, la labor de crianza que complementa, el rol o la función del padre y/o la madre, con el acompañamiento personal, emocional y afectivo, en el proceso de desarrollo, crecimiento y maduración física, mental, emocional y social, de los niños y las niñas, en condición de los alumnos o las alumnas, dando el amor, la atención y el cuidado, necesarios e importantes, para que, los niños y las niñas, logren, construir o crear, una imagen personal, emocional y afectiva de sí mismos, positiva o favorable.
Hablando así, de los maestros y las maestras, la crianza de los niños y las niñas, y, los estilos de crianza, según leo e investigo, porsupuesto, para compartir con ustedes, de acuerdo con, el modo o la forma, de contacto e interacción, entre el maestro y/o la maestra, y, los niños y/o las niñas, en condición de los alumnos y/o las alumnas, podemos explicar que, hablando de los tiempos y los espacios, vividos y experimentados, en la escuela, los maestros y/o las maestras, tienen más oportunidades y más posibilidades, de contacto e interacción, potencialmente, positivos o favorables, para la formación y la educación, de los niños y/o las niñas, por lo cual, en todas las sociedades, los maestros y/o las maestras, tienen un rol o una función, necesaria e importante, en la crianza, pues junto con el conocimiento y el saber, comparten su forma de ser, querer y hacer, el mundo, transmitiendo y evocando, sus valores, sus aspiraciones y sus inspiraciones, socio – personales.
Es así como, hablando de, los maestros y las maestras en la crianza, de los alumnos y las alumnas, y, la transmisión y la evocación de valores, aspiraciones e inspiraciones, socio – personales hacia los niños y/o las niñas, podemos explicar que, el tiempo y el espacio, de vínculo y relación, entre l@s maestr@s y l@s alumn@s, en la escuela, facilita, favorece y promueve, el hecho que, se logre y se cumpla, la intervención y la participación, de los maestros y/o las maestras, en la construcción y la creación, de ambientes, positivos o favorables, para que, los niños y/o las niñas, en condición de alumnos o alumnas, desarrollen y progresen, en el aprendizaje, el descubrimiento y el conocimiento de valores, aspiraciones e inspiraciones socio – personales, mediante sus vivencias y sus experiencias, pues los valores, las aspiraciones y las inspiraciones socio – personales, se aprenden, se descubren y se conocen, naturalmente, mientras se viven y se experimentan.
De esta manera, cuando hablamos de, los niños y las niñas, su amor, su atención y su cuidado, los tíos y las tías, y, la crianza, sana y saludable, estamos hablando que, en el caso, propio y particular, de los niños y las niñas, y, el vínculo y la relación, con los maestros y las maestras, sus necesidades y sus demandas, de desarrollo y progreso físico, mental, emocional y social, sanos y saludables, se manifiestan y se expresan, exteriorizadas, naturalmente, en sus sensaciones, sus emociones y sus sentimientos, propios y particulares, contenidos en sus palabras que conectan y, en sus brazos que unen. En ese sentido, el simple juego, personal, emocional y afectivo, con los niños y las niñas, acompañado de expresiones verbales y expresiones corporales, básicas o primarias, como una oportunidad y una posibilidad, para reconocer, expresar y comunicar, libremente, su mundo interno, puede ser, una vivencia o una experiencia, para el contacto y la interacción, sanos y saludables, en los cuales, trabajar en la autoestima y el amor propio, positivos o favorables, y, en los lazos interpersonales de comprensión, empatía y solidaridad, con los niños y las niñas, en condición de los alumnos y las alumnas.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, tomemos conciencia, sobre el poder del amor en el desarrollo y el progreso de cada niño o niña de nuestro entorno, como hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, y, alumnos y alumnas. Y, en ese mismo sentido, hablando de los maestros y las maestras, o, los adultos a cargo, en el rol y la función de maestros o maestras, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, tomemos conciencia sobre el hecho que, al igual que, una caja de lápices de cera de colores, puede motivar o inspirar, la expresión de un arcoíris de colores sobre una hoja de papel de color blanco y en blanco, y, la figura de un maestro y la figura de una maestra, pueden motivar o inspirar, la expresión de un arcoíris de sensaciones, emociones y sentimientos, en cada uno de los ambientes de la escuela, logrando la construcción y la creación de los lazos interpersonales, con una crianza, contenida de palabras que conectan y, de brazos que unen.