¡Hola!…¿Qué tal?…¿Cómo están?. En el blog anterior, hablamos sobre la construcción o la creación del amor propio, comprendiendo, por el amor propio, como la energía de amor, que se transmite y se evoca, de uno mismo hacia uno mismo. En el blog actual, vamos a hablar de las conversaciones y la paz interior, comprendiendo, por la paz interior, como la energía de amor, que sale y se canaliza, desde nuestro mundo interior, hacia el mundo exterior, alrededor nuestro, toda vez que, se alcanza y se logra el equilibrio personal, espiritual y emocional. La paz interior, como tal, se alcanza y se logra, como beneficio natural de un proceso personal, espiritual y emocional de búsqueda y encuentro espacio – temporal, con el significado y el sentido de la vida. En el proceso de alcance y logro de la paz interior, las personas, requerimos aprender y descubrir, el cómo sanar y sostener la salud, espiritual y corporal, ejercitando y practicando, conversaciones y diálogos intrapersonales, que motivan e inspiran, conversaciones y diálogos interpersonales, con el entorno, sus colores y sus energías de amor. En las conversaciones y los diálogos interpersonales, con el entorno, sus colores y sus energías de amor, alcanzamos y logramos la paz interior, en la acción espiritual y corporal de colorear nuestra vida con las energías de amor, extendiendo nuestros brazos, para unirnos con el entorno en un solo equilibrio universal.
Hablando de las conversaciones, la paz interior y, la conversación o el diálogo intrapersonal, según leo e investigo, porsupuesto para compartir con ustedes, podemos explicar que, siendo la conversación o el diálogo intrapersonal, el proceso personal, emocional y afectivo, mediante el cual, las personas, nos comunicamos con nosotros mismos, y, siendo el amor propio, la energía de amor, que se transmite y se evoca, de uno mismo hacia uno mismo; la paz interior, como la energía que sale y se canaliza, desde nuestro mundo interior, hacia el mundo exterior, alrededor nuestro, y, la paz interior, como una vivencia y una experiencia personal, espiritual y emocional, se alcanza y se logra, como resultado de un ejercicio y una practica de la inteligencia intrapersonal, al interior de una comunicación interna, en la cual, nosotros, ejercitamos y practicamos, el reconocimiento, la expresión y la comunicación, de nuestras sensaciones, emociones y sentimientos.
Hablando de las conversaciones, la paz interior y, la conversación o el diálogo intrapersonal, podemos explicar que, como la inteligencia intrapersonal, facilita el conocimiento de nuestro propio y particular mundo interior, y, favorece el reconocimiento de nuestra propia y particular capacidad de discriminar entre sensaciones, emociones y sentimientos, como medio y recurso, para interpretar y orientar la propia conducta, la inteligencia intrapersonal, facilita y favorece, la paz interior; pues conociendo nuestro mundo interior y, reconociendo nuestra capacidad de discriminar entre sensaciones, emociones y sentimientos, como un medio y un recurso, para interpretar y orientar la propia conducta, la paz interior, como un estado de equilibrio interno personal, espiritual y emocional, que requiere de, un autodescubrimiento y, una autocomprensión, resulta del ejercicio y la práctica de la inteligencia intrapersonal, en una comunicación interna
Es así como, cuando hablamos de la inteligencia intrapersonal y, la paz interior, estamos hablando que, en el proceso de alcance y logro de la paz interior, como un estado de equilibrio interno personal, espiritual y emocional, el ejercicio y la práctica de la inteligencia intrapersonal, en una comunicación interna, como una conversación o un diálogo intrapersonal, motiva e inspira, la búsqueda y el encuentro espacio – temporal, con el significado y el sentido de la vida. La paz interior, facilita, favorece y promueve, la salida y la canalización de la energía de amor de nuestro mundo interior, hacia las vivencias y las experiencias, que dan el significado y el sentido espacio – temporal, a nuestra vida diaria y cotidiana, que reconocemos e identificamos, como nuestras, propias y particulares, vivencias y experiencias, personales, espirituales y emocionales felices, conectadas con nuestros objetivos de vida, como pueden ser, el amor, la salud y, la misión, entre otros.
Así pues, hablando de la paz interior, como la manifestación y la expresión de un estado de equilibrio interno personal, espiritual y emocional, podemos explicar que, nuestra paz interior, su alcance y su logro, se vincula y se relaciona, con la felicidad, que deseamos, esperamos y confiamos, poder alcanzar y lograr, en nuestra vida diaria o cotidiana, mediante el ejercicio, la práctica, el alcance y el logro de nuestros objetivos de vida, como pueden ser, el amor, la salud y la misión, en contacto e interacción con el entorno, sus colores y sus energías de amor. La paz interior, su alcance y su logro, es sinónimo de equilibrio interno y felicidad, conectada con el amor, la salud y la misión, en sintonía y en armonía, con el entorno, sus colores y sus energías de amor. La paz interior, como estado de equilibrio interno personal, espiritual y emocional, resulta del contacto y la interacción, entre nuestras energías de amor internas y, las energías de amor externas.
De esta manera, cuando hablamos de, los niños y las niñas, sus energías de amor interno y las energías de amor de su entorno, y, el amor propio, como la manifestación y la expresión de un estado de equilibrio interno personal, espiritual y emocional, estamos hablando que, en el caso, propio y particular, de los niños y las niñas, sus energías de amor internas, que componen sus sensaciones, sus emociones y sus pensamientos, son como incontables pequeñas Perlas de Tecnopor que, una vez, salidas de su mundo interno, se expanden libremente, por el mundo externo a su alrededor, en el encuentro con el equilibrio interno y la felicidad, vinculados y relacionados, con el alcance y el logro del amor, la salud y la misión, personales, espirituales y emocionales. En ese sentido, el juego expresivo, como una oportunidad y una posibilidad, para reconocer, expresar y comunicar, libremente, su mundo interno, puede ser, una vivencia o una experiencia, para el contacto y la interacción con el entorno, sus colores y sus energías de amor, mediante materiales, medios y recursos, como los cojines de colores, que facilitan, favorecen y promueven, el autodescubrimiento y, la autocomprensión, de sí mismos y otros.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, tomemos consciencia, sobre el interior naturalmente expresable y comunicable de cada niño o niña de nuestro entorno, como hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, y, alumnos y alumnas. Y, en ese mismo sentido, hablando de la paz interior, desde la perspectiva de la vivencia y la experiencia personal, espiritual y emocional de reconocer, expresar y comunicar sensaciones, emociones y sentimientos, entre niños y niñas, entre niñ@s y adultos, y, entre adultos, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, tomemos conciencia sobre el hecho que, las sensaciones, las emociones y los sentimientos, que habitan en su mundo interno personal, emocional y afectivo, necesitan y demandan, ser manifiestos y ser expresados, por medio de palabras que conectan y brazos que unen, lo cual, significa y tiene el sentido de, llamar nuestra atención y alertarnos, sobre la necesidad y la importancia de nuestro rol, en el logro de la crianza, sana y saludable.