¡Hola!…¡Buenas Tardes!…¿Qué tal?. En el artículo anterior, hablé sobre, ¿cuál es el secreto de un jardín?, partiendo de dos conceptos clave, como son, el Jardín, comprendido y definido, como un espacio de un terreno, esencialmente destinado a el cultivo de las plantas, que pueden estar sembradas en la tierra del suelo, y el Cultivar, comprendida y definida, como la acción de dar a la tierra del suelo y a las plantas, todas y cada una de las labores de crianza necesarias y beneficiosas, para que, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, cada una de las plantas, naturalmente sembradas en la tierra del suelo, logre fructificar o madurar, florecer y crear. En ese sentido, cuando hablo sobre, ¿cuál es el secreto de “un jardín”?, puedo decir que, si bien es cierto que, regularmente solemos imaginar y crear, un jardín, como un espacio de un terreno, en el cual, las plantas, necesariamente están sembradas en la tierra del suelo, estoy experimentando y aprendiendo que, un jardín, como un espacio de un terreno, esencialmente destinado a el cultivo de las plantas, puede ser imaginado y creado, con las plantas, naturalmente sembradas en la tierra del suelo o en la tierra de las macetas, e, incluso, naturalmente sembradas en el agua. Y, asimismo, cuando hablo sobre, ¿cuál es el secreto de “un jardín”?, comprendo y explico que, la esencia de un jardín es el cultivo de las plantas, naturalmente sembradas en la tierra del suelo o en la tierra de las macetas, e, incluso, naturalmente sembradas en el agua, con el propósito necesario y beneficioso de facilitar y favorecer el hecho que, cada una de las plantas, logren fructificar o madurar, florecer y crear, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, por obra de las labores de crianza, personal y naturalmente, organizadas, desempeñadas y ejercitadas, por el jardinero a cargo de su desarrollo, su crecimiento y su producción, individuales y grupales.
En el artículo actual, entonces, voy a hablar sobre, ¿cuál es la magia de “un jardín de niños”?, partiendo de dos conceptos claves, como son, el Jardín, comprendido y definido, como un espacio de un terreno, esencialmente destinado a el cultivo de las plantas, que pueden estar sembradas en la tierra del suelo, y el Cultivar, comprendida y definida, como la acción de dar a la tierra del suelo y a las plantas, todas y cada una de las labores de crianza necesarias y beneficiosas, para que, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, cada una de las plantas, naturalmente sembradas en la tierra del suelo, logre fructificar o madurar, florecer y crear, pues si bien es cierto que, solemos imaginar y crear un espacio de niños como un jardín de niños, a cargo de las maestras jardineras, como mujeres profesionales, con la formación y el trabajo de implementar y desempeñar las labores de crianza necesarias y beneficiosas, para que, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, cada uno de los niños, naturalmente ubicados en los ambientes de juego, logre desarrollar o madurar, progresar y crear, estoy experimentando y aprendiendo que, al igual que un jardín tiene un doble secreto, un jardín de niños tiene una doble magia, que es propia y particular de el hecho que, los niños que conviven en un jardín de niños, con el acompañamiento personal y natural de las maestras jardineras, son parte de un mismo tiempo de niños y un mismo espacio para niños, idealmente imaginados con los ambientes de juego, y oportunamente creados para facilitar el contacto y la interacción de los niños entre sí y, entre los niños y las maestras jardineras, y para favorecer las labores de crianza necesarias y beneficiosas de las maestras jardineras dirigidas y orientadas a los niños.
De esta manera, cuando hablo sobre, ¿cuál es la magia de “un jardín de niños”?, partiendo de dos conceptos claves, como son, el Jardín, comprendido y definido, como un espacio de un terreno, esencialmente destinado a el cultivo de las plantas, que pueden estar sembradas en la tierra del suelo, y el Cultivar, comprendida y definida, como la acción de dar a la tierra del suelo y a las plantas, todas y cada una de las labores de crianza necesarias y beneficiosas, para que, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, cada una de las plantas, naturalmente sembradas en la tierra del suelo, logre fructificar o madurar, florecer y crear, comprendo y explico que, en los ambientes de juego para los niños y las maestras jardineras, la doble magia, es consecuencia personal y natural de los contactos y las interacciones de los niños entre sí y, entre los niños y las maestras jardineras, sentidos y evidenciados, en y durante, las labores de crianza necesarias y beneficiosas, diariamente implementadas y desarrolladas, por las maestras jardineras, dirigidas y orientadas a cada uno de los niños, en individual, y a todos los niños, en grupal, con el propósito de facilitar y favorecer el hecho que, los niños, de modo personal y natural, en sus desempeños individual y grupal, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, logren desarrollar o madurar, progresar y crear en lo físico, lo mental, lo emocional y lo social.
En tal sentido, experimento y aprendo que, cuando hablo sobre, ¿cuál es la magia de “un jardín de niños”?, comprendiendo y explicando que, en los ambientes de juego para los niños y las maestras jardineras, la doble magia, es consecuencia personal y natural de los contactos y las interacciones de los niños entre sí y, entre los niños y las maestras jardineras, sentidos y evidenciados, en y durante, las labores de crianza necesarias y beneficiosas, diariamente implementadas y desarrolladas, por las maestras jardineras, dirigidas y orientadas a cada uno de los niños, en individual, y a todos los niños, en grupal, con el propósito de facilitar y favorecer el hecho que, los niños, de modo personal y natural, en sus desempeños individual y grupal, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, logren desarrollar o madurar, progresar y crear en lo físico, lo mental, lo emocional y lo social, ocurre que, la magia se da, en primer lugar, por el hecho que, formando parte de un jardín de niños, los niños, de modo personal y natural, con el acompañamiento personal y natural de las maestras jardineras, vivencian y experimentan, la coexistencia o la existencia en el mismo momento y el mismo lugar, con lo cual, tienen la oportunidad y la posibilidad de ser desde “lo interno, lo propio y lo esencial”, y de hacer en “lo personal, lo familiar y lo social”, y de esta manera, tienen la oportunidad y la posibilidad de tomar decisiones y actuar armónicamente según aquello que naturalmente quieren en lo físico, lo mental, lo emocional y lo social.
En tal sentido, también, experimento y aprendo que, cuando hablo sobre, ¿cuál es la magia de “un jardín de niños”?, comprendiendo y explicando que, en los ambientes de juego para los niños y las maestras jardineras, la doble magia, es consecuencia personal y natural de los contactos y las interacciones de los niños entre sí y, entre los niños y las maestras jardineras, sentidos y evidenciados, en y durante, las labores de crianza necesarias y beneficiosas, diariamente implementadas y desarrolladas, por las maestras jardineras, dirigidas y orientadas a cada uno de los niños, en individual, y a todos los niños, en grupal, con el propósito de facilitar y favorecer el hecho que, los niños, de modo personal y natural, en sus desempeños individual y grupal, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, logren desarrollar o madurar, progresar y crear en lo físico, lo mental, lo emocional y lo social, ocurre que, la magia se da, en segundo lugar, por el hecho que, formando parte de un jardín de niños, los niños, de modo personal y natural, con el acompañamiento personal y natural de las maestras jardineras, vivencian y experimentan, la coexistencia o la existencia en el mismo momento y el mismo lugar, con lo cual, tienen la oportunidad y la posibilidad de ser desde “lo interno, lo propio y lo esencial”, y de hacer en “lo personal, lo familiar y lo social”, y de esta manera, tienen la oportunidad y la posibilidad de afrontar la vida y actuar equilibradamente según aquello que naturalmente necesitan en lo físico, lo mental, lo emocional y lo social.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en el aprendizaje y la comprensión sobre, el Jardín, comprendido y definido, como un espacio de un terreno, esencialmente destinado a el cultivo de las plantas, que pueden estar sembradas en la tierra del suelo, y el Cultivar, comprendida y definida, como la acción de dar a la tierra del suelo y a las plantas, todas y cada una de las labores de crianza necesarias y beneficiosas, para que, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, cada una de las plantas, naturalmente sembradas en la tierra del suelo, logre fructificar o madurar, florecer y crear, con la finalidad que, los niños y las niñas, con el acompañamiento adulto, comprendan y expliquen que, en su presente y a lo largo de su vida, personal, familiar y social, la magia se da, en primer lugar, por el hecho que, formando parte de un jardín de niños, ellos y ellas, de modo personal y natural, con el acompañamiento personal y natural de las maestras jardineras, vivencian y experimentan, la coexistencia o la existencia en el mismo momento y el mismo lugar, con lo cual, tienen la oportunidad y la posibilidad de ser desde “lo interno, lo propio y lo esencial”, y de hacer en “lo personal, lo familiar y lo social”, y de esta manera, tienen la oportunidad y la posibilidad de tomar decisiones y actuar armónicamente según aquello que naturalmente quieren en lo físico, lo mental, lo emocional y lo social, y aprendan que, la magia se da, en segundo lugar, por el hecho que, formando parte de un jardín de niños, ellos y ellas, de modo personal y natural, con el acompañamiento personal y natural de las maestras jardineras, vivencian y experimentan, la coexistencia o la existencia en el mismo momento y el mismo lugar, con lo cual, tienen la oportunidad y la posibilidad de ser desde “lo interno, lo propio y lo esencial”, y de hacer en “lo personal, lo familiar y lo social”, y de esta manera, tienen la oportunidad y la posibilidad de afrontar la vida y actuar equilibradamente según aquello que naturalmente necesitan en lo físico, lo mental, lo emocional y lo social.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, el significado y el sentido que tiene, “un jardín de niños”, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en la convivencia mágica, vivenciada y experimentada, al interior de “un jardín de niños”, en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@scompañer@s y, los materiales de juego, pues lograr desarrollar o madurar, progresar y crear, con armonía y equilibrio, siempre tomando decisiones y afrontando la vida, y en consecuencia, siempre actuando según aquello que naturalmente quieren y necesitan, puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.