¡Hola!…¿Qué tal?…¿Cómo se encuentran?. En los blogs anteriores, leímos e investigamos y, compartimos con ustedes, sobre las memorias de los momentos vividos, como escenas de vida y, las frases hechas propias, como frases expresadas por las personas especiales y valiosas. Siguiendo en el mismo contenido de lectura e investigación, en el blog actual, vamos a leer e investigar, para compartir con ustedes, sobre los olores y los recuerdos. En el blog que presentamos los cojines de acompañamiento, como un elemento para que, los niños y las niñas, se sientan tranquilos y seguros, por ejemplo, cuando duermen en su habitación, hicimos referencia a los olores que recordamos y, reconocemos e identificamos, como el olor de papá o como el olor de mamá, con los cuales, rociamos cada uno de los cojines, que representan a papá o a mamá. En mi caso, los olores y los recuerdos, asociados con el olor de papá, es la loción Old Spices, y, los olores y los recuerdos, asociados con el olor de mamá, es el perfume Amarige de Givenchy. En la actualidad, en la ausencia física o material de mi papá y de mi mamá, la sola imagen de los envases de la loción y el perfume, activan y actualizan, los olores y los recuerdos.
Hablando de los olores y los recuerdos y, el olor de las personas muy especiales y muy valiosas en nuestra vida, como pueden ser, el papá o la mamá, según leo e investigo, podemos explicar que, las sustancias segregadas por el propio cuerpo de cada persona, producen y desprenden, el particular olor corporal de cada persona, que actúa como vínculo o lazo con las otras personas. El particular olor corporal de cada persona, individualiza a cada persona, al igual que, las huellas digitales, por lo cual, el particular olor corporal de cada persona, revela y expone, las propias y las particulares, intimidad e identidad. Las esencias de lociones o perfumes, se mezclan con el particular olor corporal de cada persona, generando una particular intimidad e identidad personal. Es la mezcla de ambos estímulos olorosos, lo cual, recordamos, reconocemos como el olor atractivo, e, identificamos como el olor de la persona amada, como pueden ser, el papá o la mamá.
Hablando del recuerdo del olor de la persona amada, como pueden ser, el papá o la mamá, por ejemplo, podemos explicar que, la célula olfativa, ubicada en la nariz, reconoce los olores y, los estímulos olorosos se conducen directamente hasta el cerebro, en el cual, los olores se graban en la memoria, asociados con objetos, personas, situaciones, momentos o lugares, por lo cual, los olores, grabados en la memoria, sentidos y percibidos, en otra oportunidad, evocan sensaciones a manera de recuerdos olfativos de gran carga personal, emocional o afectiva. En el organismo de cada persona, como pueden ser, los niños y las niñas, por ejemplo, el olfato, mediante los sensores nerviosos, ubicados en el epitelio olfativo, siente y percibe, las moléculas esparcidas en el aire y, los estímulos olorosos son conducidos hasta el cerebro, entonces, mediante el uso de la memoria olfativa, los niños y las niñas, recuerdan el olor de la persona amada, como pueden ser, el papá o la mamá.
Hablando de los olores grabados de una manera, única y profunda, en la memoria de las personas, como pueden ser los niños y las niñas, podemos explicar que, la memoria olfativa, es el recuerdo natural de los olores, por la capacidad que tenemos de grabar en el cerebro los olores o los estímulos olorosos y, por la posibilidad que tenemos de transportarnos emocionalmente a los objetos, las personas, las situaciones, los momentos o los lugares, vinculados y relacionados con la primera vivencia o experiencia con el olor, grabado en el cerebro, una vez, vivenciado o experimentado nuevamente y, recordado. La memoria olfativa, mediante un proceso cerebral, que involucra el cerebro, el olor y el recuerdo, permite la asociación natural, entre el olor o el estímulo oloroso y, la información propia y particular del entorno, vinculada y relacionada, con el olor o el estímulo oloroso, como pueden ser, objetos, personas, situaciones, momentos o lugares.
Hablando de la memoria olfativa, como el recuerdo natural de los olores, por la capacidad que tenemos de grabar olores o estímulos olorosos en el cerebro y, por la posibilidad que tenemos de recordar olores o estímulos olorosos y transportarnos emocionalmente a la primera, vivencia o experiencia, con el olor, podemos explicar que, la memoria olfativa y el recuerdo, tienen efectos personales, emocionales y afectivos, vinculados o relacionados, con la transmisión y la evocación de sensaciones, emociones y sentimientos, que activan y actualizan respuestas o reacciones efectivas, esenciales para vincularnos y relacionarnos de forma, positiva o favorable, con el entorno. Es decir, por la intervención y la participación de la memoria olfativa y el recuerdo, los olores, cumplen una función de alerta para el organismo, mediante la cual, es oportuno y posible adoptar conductas y actitudes de acercamiento o huida, según cada vivencia o experiencia.
De esta manera, hablando de los olores y los recuerdos y, la memoria olfativa, comprendida como el recuerdo natural de los olores grabados de una manera, única y profunda, en la memoria de las personas, en general, y, los niños y las niñas, en particular, podemos explicar que, mediante el sentido del olfato, según leo e investigo, ubicado en el cerebro y, puntualmente, ubicado en el área de la motivación, se vivencian, se experimentan y se crean, las sensaciones, las emociones y los sentimientos, primarios o básicos. El sentido del olfato, en el caso propio y particular de los niños y las niñas, es el sentido primordial para el logro de la supervivencia, a niveles físico, mental, afectivo y social, pues el sentido del olfato está directamente conectado con el sentido del gusto, mediante el cual, los niños y las niñas, desarrollan y progresan en la capacidad de asociación. El sentido del olfato, es primordialmente importante para los niños y las niñas, porque durante la niñez todos los olores que, los niños y las niñas, sienten y perciben, sobre todo, desde el nacimiento en adelante, se transformarán en los recuerdos olfativos, procesados en el cerebro, y, reconocidos e identificados, como olores de la niñez.
Es entonces que, desde mi experiencia y mi conocimiento, como tía y maestra de niños y niñas, que reconozco e identifico, la asociación natural, entre olor o estímulo oloroso y, la información propia y particular del entorno, vinculada y relacionada con olor o estímulo oloroso, como pueden ser, objetos, personas, situaciones, momentos o lugares, hoy quiero transmitir que, medios, materiales o recursos, para el acompañamiento, cómodo, tranquilo y seguro de los niños y las niñas, como pueden ser, los cojines con el olor de papá o con el olor de mamá, se pueden transformar en elementos formativo – educativos, interesantes y atractivos, para la creación y el recuerdo de sensaciones, emociones y sentimientos, primarios o básicos, en los niños y las niñas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías y, maestros y maestras, necesitamos tomar conciencia sobre la importancia de motivar el contacto y la interacción de los niños y las niñas con los olores, vinculados o relacionados con las actividades, primarias o básicas, como la alimentación, el juego, el descanso, el baño y el sueño, en entornos personales, emocionales o afectivos, positivos o favorables, de modo que, niños y niñas, vivencien, experimenten y creen, recuerdos, positivos o favorables, vinculados y relacionados, con actividades, primarias o básicas.