Educación Emocional, …las texturas y los recuerdos…

¡Hola!…¿Qué tal?…¿Cómo se encuentran?. Hablar de texturas, por lo general, se vincula y se relaciona, con los textiles o las telas, que percibimos y sentimos con las manos, pero…¿qué podemos explicar, sobre la textura de la arena de la playa, entre los dedos de los pies?… Efectivamente, la sensibilidad y la percepción del tacto, se ubica en la piel de la totalidad del cuerpo, en contacto e interacción con diversos y variados elementos del entorno, que pueden ser, no naturales, como los textiles o las telas y, que pueden ser, naturales, como la arena de la playa. En mi niñez, cuando veraneaba en la casa de playa de mi abuelo y mi abuela maternos, solía ser criticada, e, incluso, solía ser burlada, por familia y amigos, porque solía expresar con desesperación: «¡límpiame, límpiame, límpiame, por favor!», refiriéndome a los pies, cuando caminando por la playa con sandalias, la arena que entraba en mis sandalias, se quedaba entre los dedos de mis pies, lo cual, me provocaba demasiada incomodidad. En la actualidad, la arena entre los dedos de mis pies, es una experiencia que, personalmente, logro controlar, pero que recuerdo, cuando, por ejemplo, la crema de manos y pies, se queda entre los dedos de mis manos y mis pies.

Hablando de las texturas y los recuerdos y, la sensibilidad y la percepción del tacto, según leo e investigo, podemos explicar que, el tacto permite sentir y percibir las cualidades de los estímulos del entorno, como pueden ser, el relieve, la presión, la temperatura y la dureza. El tacto, es esencial para desarrollar las habilidades y las destrezas, diarias o cotidianas. El tacto, es esencial para experimentar comodidad, tranquilidad y seguridad en las actividades, diarias o cotidianas. El tacto, es el principal medio o recurso del organismo para contactar e interactuar con el entorno. En los niños y las niñas, el tacto, es el primer medio o recurso de aprendizaje y conocimiento. En ese sentido, podemos explicar que, en el caso de los niños y las niñas, cuando exploran el entorno, manipulan los objetos, ponen los objetos en su boca y, mediante el tacto, ubicado en la boca, aprenden y conocen, las características de los objetos concretos, como pueden ser, la textura, el tamaño y la forma.

Hablando de las texturas y los recuerdos y, las habilidades y las destrezas, en los niños y las niñas, podemos explicar que, el contacto y la interacción, mediante el tacto y la piel es natural, pues incluso desde cuando nacen, los niños y las niñas, sienten y perciben, los estímulos del entorno o los objetos concretos, mediante el tacto y la piel. En las primeras etapas de aprendizaje y conocimiento, mediante el tacto y la piel, los niños y las niñas, requieren del contacto y la interacción, directa y concreta, con los objetos concretos. Sin embargo, conforme van creciendo y, el sentido del tacto y el órgano de la piel, van madurando, los niños y las niñas, usando la memoria táctil y los recuerdos de los estímulos del entorno, grabados en la memoria táctil, comienzan a asociar naturalmente los objetos concretos y sus características, propias y particulares, como pueden ser, la textura, el tamaño y la forma, con las ideas abstractas, construidas mentalmente en el cerebro.

Hablando de las texturas y los recuerdos y, la comodidad, la tranquilidad y la seguridad, en los niños y las niñas, podemos explicar que, el sentido del tacto y el órgano de la piel, son los medios o los recursos, directos y concretos, por medio de los cuales, se logra la toma de conciencia de las sensaciones, las emociones y los sentimientos, manifiestos y expresos, por uno mismo y por otros. El sentido del tacto y el órgano de la piel, son los medios o los recursos, mediante los cuales, los niños y las niñas, intervienen y participan en el entorno, compuesto por espacios naturales y no naturales, personas, animales, plantas y objetos, principalmente. En ese sentido, el sentido del tacto y el órgano de la piel, cumplen una doble función, como son la protección del organismo y la discriminación de los estímulos, pues como los medios o los recursos de contacto e interacción, directa y concreta, proporcionan la información acerca del ambiente y acerca del propio cuerpo.

Hablando de la protección del organismo y la discriminación de los estímulos, como la doble función del sentido del olfato y el órgano de la piel, podemos explicar que, el sentido del tacto y el órgano de la piel, como los medios o los recursos de contacto e interacción, directa y concreta, con el ambiente y el propio cuerpo, favorecen la construcción mental de un esquema corporal o una representación neuronal del cuerpo y sus partes. El esquema corporal, como representación neuronal del cuerpo y sus partes, se construye mentalmente, a partir de la toma de conciencia del cuerpo, sus partes y su evolución, mediante el contacto y la interacción, directa y concreta, con el ambiente, cuando el cuerpo se encuentra en reposo o en movimiento. La toma de conciencia del cuerpo, sus partes y su evolución, se logra desde las sensaciones táctiles, sentidas y percibidas, mediante la relación y la comunicación, directa y concreta, con el entorno y sus componentes.

De esta manera, hablando de las texturas y los recuerdos y, el esquema corporal, comprendido como representación neuronal del cuerpo y sus partes, construido mentalmente a partir de la toma de conciencia del cuerpo, sus partes y su evolución, y, logrado desde las sensaciones, sentidas y percibidas, mediante el sentido del tacto, y, los niños y las niñas, podemos explicar que, mediante el sentido del tacto, los niños y las niñas, aprenden a diferenciar las partes del cuerpo, e, identificar las funciones de cada parte del cuerpo. El sentido del tacto y el esquema corporal, construido mediante el sentido del tacto, facilitan, favorecen y promueven, en los niños y las niñas, el autocontrol del cuerpo, la independencia de los movimientos y, la disponibilidad del cuerpo para la acción. En la construcción mental del esquema corporal, mediante del sentido del tacto, todas las sensaciones táctiles, sentidas y percibidas, por los niños y las niñas, desde el interior o desde el exterior, son unificadas en una sola representación, son registradas, son evocadas y, a manera de recuerdos, son utilizadas, por los niños y las niñas, para contrastar y afirmar, progresivamente, la idea de cómo es el propio cuerpo.

Es entonces que, desde mi experiencia y mi conocimiento, como tía y maestra de niños y niñas, que reconozco e identifico, en el sentido del tacto y el órgano de la piel los medios o los recursos, directos y concretos, por medio de los cuales, se logra la toma de conciencia de las sensaciones, las emociones y los sentimientos, manifiestos y expresos, por uno mismo y por otros, hoy quiero transmitir que, en el uso de los medios, los materiales o los recursos formativo – educativos, como el mobiliario infantil y los espacios de juego infantiles, tenemos la oportunidad y la posibilidad de facilitar, favorecer y promover, en los niños y las niñas, el aprendizaje y el conocimiento del propio cuerpo, sus partes y su evolución, en el tiempo y el espacio. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías y, maestros y maestras, necesitamos tomar conciencia sobre la importancia de motivar el contacto y la interacción de los niños y las niñas con las texturas, vinculadas o relacionadas con las actividades, primarias o básicas, como la alimentación, el juego, el descanso, el baño y el sueño, en entornos personales, emocionales o afectivos, positivos o favorables, de modo que, niños y niñas, vivencien, experimenten y creen, recuerdos, positivos o favorables, vinculados y relacionados, con actividades, primarias o básicas.