Hoy, quiero comenzar este primer blog sobre las formas, haciéndoles un par de preguntas fáciles y simples. La primera es…¿qué es lo primero que imaginas o recuerdas cuando escuchas la palabra… círculo…?. Personalmente, imagino y recuerdo, un gran círculo amarillo en el cielo que reconozco, y que identifico, naturalmente, con el sol. Y, la segunda es…¿qué experimentas o sientes cuando imaginas o recuerdas… el sol…?. Personalmente, cuando imagino y recuerdo el sol, me transporto mentalmente a la orilla del mar y a los veranos de mi niñez, en la casa de playa de mis abuelos maternos, con juegos entre los primos y los amigos, y con almuerzos entre la familia y los amigos de la familia. Yo, experimento la unidad, que representa a las experiencias de verano en la playa de mi pasado, entre los amigos y la familia. Y Yo, siento confianza y optimismo, por las próximas experiencias de verano en la playa de mi presente, entre los amigos y la familia.
El círculo, por definición, es una figura plana, formada por, la circunferencia o el contorno, y su interior. El círculo, como una cualidad o una característica, representativa y distintiva, de un objeto o un elemento, transmite, evoca, y simboliza, la unidad. La unidad del círculo, por sí solo, y combinado, con otras cualidades y características de los objetos y los elementos de los ambientes de juego, como pueden ser el color, el tamaño, y la textura, puede estimular e impulsar a la comunidad, la protección, y la innovación. Y, espiritualmente, el círculo, representa y simboliza a el Cielo, a la Fuerza Creadora y el Tiempo, y, el círculo, se relaciona con la fuerza divina universal, que mantiene todo en movimiento, y, con la fuerza interior individual, que mantiene a todos nosotros en movimiento, evolucionando y progresando, hacia la autorrealización.
En ese sentido, hablando de la representación o el simbolismo del círculo, y el significado que tiene el círculo para los niños y las niñas, podemos señalar que, el renacuajo o el primer dibujo de sí mismos, cuya forma circular o redonda, se evidencia principalmente en los primeros años de la niñez, y desde el movimiento envolvente o circundante del mismo trazado, si bien, para unos autores, representa o simboliza, la cabeza, y, para otros autores, representa o simboliza, la totalidad cabeza – tronco, para los niños y las niñas, el renacuajo o el primer dibujo de sí mismos, con forma circular o redonda significa, esencialmente, el Yo como ser diferenciado, individual y único, y el Yo mental o espiritual, inmaterial e invisible, que constituye la propia identidad o la propia unidad.
Es así como, hablando de los niños y las niñas, y el conocimiento del círculo, podemos señalar que, el aprendizaje de las formas, como la forma del círculo y sus representaciones, necesita de experiencias de aprendizaje, por contacto e interacción, individual y grupal, con objetos realistas y utilitarios, con formas circulares o redondas, como pueden ser, un gorro, un juego de vasos lógicos y un hervidor de agua, que facilitan, orientan y promueven, en los niños y las niñas, nuevas vivencias y relaciones con el medio, y nuevos descubrimientos y conocimientos de la realidad, y, necesita de experiencias de aprendizaje, por contacto e interacción, individual y grupal, con elementos de los ambientes de juego, con formas circulares o redondas, como pueden ser, las alfombras o las mesas, que transmiten, evocan y simbolizan, mensajes de unidad, y, estimulan e impulsan, la comunidad, la protección y la innovación, como principios, organizadores y ordenadores, de sus juegos y sus trabajos grupales.
Y, hablando de los niños y las niñas, y la evolución del dibujo, como puede ser el dibujo de la forma circular o redonda, podemos señalar que, el progreso de las capacidades de los niños y las niñas, propias de la representación o el dibujo, depende de su desarrollo evolutivo, su relación con el medio y su conocimiento de la realidad, con lo cual, explicamos que, cuanto más experimentan, más se relacionan, y más conocen, sobre el tema que representan o dibujan, como los objetos o los elementos, con forma circular o redonda, los niños y las niñas, pueden incluir mayor cantidad, y mejor calidad, de detalles o partes a sus dibujos, y, explicamos que, los dibujos de uno y otro niño, son diferentes, pues las diferencias individuales, entre uno y otro niño, en cuanto a nivel de desarrollo y aprendizaje, se expresan y se manifiestan, en las diferencias en los dibujos, de uno y otro niño.
En ese sentido, hablando de los niños y las niñas, y el desarrollo del dibujo, como puede ser el dibujo de la forma circular o redonda, expresado y manifiesto, en las creaciones de los niños y las niñas, podemos señalar que, el año que transcurre de los 3 a los 4 años de edad, es el momento más intenso, en el que tienen lugar, las vivencias y los descubrimientos infantiles más significativos de su desarrollo, como son los procesos de representación o simbolismo; con lo cual, observamos que, los niños y las niñas, tienen interesantes y atractivos logros motores o motrices, como un mayor control de la mano, un mejor manejo del lápiz, una mayor firmeza de los trazos y una mejor coordinación del ojo – mano, y, observamos que, los niños y las niñas, inician la etapa de el dibujo representativo o simbólico que, se expresa y se manifiesta, en el dibujo de formas simples, nombradas e identificadas, con el círculo y las líneas vertical y horizontal, que, progresivamente, agrupan y combinan entre sí, para la creación de formas complejas, con más detalles y más partes, como el dibujo de figuras, que, nombran e identifican, con personas, objetos y elementos de la realidad.
Es entonces que, desde la experiencia y el conocimiento, personal y profesional, logrado por el juego y el trabajo con los niños y las niñas, en edades pre – escolares, y por el diseño y la creación de espacios de juego infantiles, hoy, les quiero transmitir que, en medida que ofrecemos, mayor y mejor, oportunidad y posibilidad de contacto e interacción, de los niños y las niñas, con los objetos y los elementos de los ambientes de juego, los niños y las niñas tienen, mayor y mejor, oportunidad de desarrollo y aprendizaje físico, social y emocional. Y que, como adultos responsables, en el ejercicio de nuestros roles, como padres o madres, abuelos o abuelas, tíos o tías, y, maestros o maestras, tenemos la oportunidad y la posibilidad de diseñar y crear, espacios de juego infantiles formativo – educativos, que ofrezcan objetos y elementos, interesantes y atractivos, por sus colores, sus formas, sus tamaños y sus texturas, y, que por el contacto y la interacción, faciliten, orienten y promuevan, nuevas vivencias y nuevos descubrimientos, que los niños y las niñas, puedan incluir como información, interesante y atractiva, para sus representaciones y sus dibujos de la realidad, como por ejemplo, el dibujo de los objetos y los elementos, con forma circular o redonda.