¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. Hoy día martes 08 de Octubre, quiero reflexionar con ustedes acerca de qué esperan nuestros niños de ‘nuestros abrazos’, en lugares y momentos de ‘sus día a días’ que nuestros niños, como son, nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos experimentan y sienten que sus capacidades y habilidades, sus sueños y planes y sus hábitos y costumbres son puestos a prueba por hechos o acontecimientos de la vida misma.
Manifestaciones y expresiones ‘no verbales’ de nuestro cuerpo, como son nuestros abrazos, significan, canalizan y transmiten el encuentro, la recepción y la protección ‘emocionales’ que cada uno de nosotros, como papás, abuelos, tíos y maestros comprometidos y responsables, experimentamos, sentimos y demostramos a nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos, mientras relatan ‘sus historias personales’ contenidas de sus experiencias ‘habituales’, sus vivencias ‘pasadas’ y sus tareas ‘diarias’.
En ese sentido, el encuentro, la recepción y la protección ‘emocionales’, canalizados por nuestros abrazos, son comportamientos y actitudes ‘positivos’ que nuestros niños esperan aprender, explorar e incorporar desde sus entornos familiar y escolar, para imaginar y crear sus respuestas y soluciones ‘de valentía’, ‘de felicidad’ y ‘de agrado’ ante ‘lo desconocido’, ‘lo inesperado’ y ‘lo incómodo’ de la vida misma que causan sus sensaciones y sentimientos ‘de miedo’, ‘de tristeza’ y ‘de molestia’.
Es así como, el encuentro, la recepción y la protección ‘emocionales’, transmitidos por nuestros abrazos de papás, abuelos, tíos y maestros comprometidos y responsables, una vez aprendidos, explorados e incorporados en el cerebro y el corazón de nuestros niños, se transforman en valoraciones personales ‘positivas’ de sus familias y escuelas, asimiladas por nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos a manera de estímulos e incentivos de sus respuestas y soluciones ‘de valentía’, ‘de felicidad’ y ‘de agrado’.
Ahora, a propósito de la reflexión “¿Qué esperan nuestros niños de ‘nuestros abrazos’?” comprendo que el encuentro, la recepción y la protección ‘emocionales’ canalizados y transmitidos por nuestros abrazos, como papás, abuelos, tíos y maestros de nuestros niños, como son, nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos, estimulan e incentivan la imaginación y la creación de sus respuestas y soluciones ‘de valentía’, ‘de felicidad’ y ‘de agrado’ con tranquilidad y seguridad ‘emocionales’.
Saludos,
Lili Marlene