¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. Hoy día viernes 03 de Mayo, quiero reflexionar con ustedes acerca de cómo inspirar y motivar el diálogo en los niños, con la finalidad que, dialogando con los adultos de los hogares y las escuelas de un modo natural y progresivamente empático y solidario, los niños descubran que ‘el aprendizaje emocional’ es el poder interior que impulsa y moviliza la voluntad y el ánimo de reconocer, expresar y comunicar sensaciones y sentimientos.
El diálogo, es el medio, el recurso y el propósito sanador y saludable, en el cual, cada niño necesita y desea participar – incluso desde su gestación – junto con los adultos, quienes como papás y mamás, abuelos y abuelas, tíos y tías y maestros y maestras, requerimos mostrar un entendimiento y una respuesta respetuosos y adaptados a las necesidades, las demandas y los deseos de interacción y comunicación de los niños, quienes natural y progresivamente aprenden y desarrollan la empatía y la solidaridad.
En ese sentido, el diálogo entre adulto y niño, dirigido y orientado hacia el intercambio ‘mutuo’ de sensaciones y sentimientos, y el compartir ‘mutuamente’ los mundos interiores, requiere que los adultos, como dadores de ‘el apoyo emocional’, atendamos a condiciones como edad, personalidad y carácter de ‘cada niño’, gestionados, revelados y reflejados en el lugar y el momento que elige y decide con libertad cómo, cuándo y qué compartir sobre sus experiencias emocionales ‘cotidianas’.
Es así como, los diálogos entre los adultos y los niños son natural y progresivamente empáticos y solidarios cuando los adultos logramos percibir y explicar ‘qué emoción experimentan’ y ‘cómo se sienten’ cada uno de los niños en relación a una experiencia emocional ‘cotidiana’, de modo tal que logremos inspirar y motivar a los niños a que afronten ‘sus estados emocionales’ y logren responder y solucionar ‘su día a día’ con tranquilidad y seguridad, conforme necesitan, demandan y desean.
Ahora, a propósito de la reflexión “¿Cómo inspirar y motivar el diálogo en los niños?”, comprendo que los cuentos infantiles contenidos de las historias personales de personajes reales o ideales con mensajes vinculados y asociados a las experiencias emocionales ‘cotidianas’ de los niños, pueden ser materiales de narración y lectura que inspiran y motivan que los niños impulsen y movilicen la voluntad y el ánimo de reconocer, expresar y comunicar sensaciones y sentimientos.
Saludos,
Lili Marlene
