¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. Hoy día viernes 29 de Setiembre, quiero contarles y compartirles que, la valentía, como una emoción y un sentimiento cotidiano manifiesto en nuestras experiencias, personales y naturales, es una respuesta emocional, una vez que, resolvemos el miedo y los consecuentes temores a ‘ese algo desconocido’ o ‘ese algo que experimentamos por primera vez’, que naturalmente se transforma en ‘ese algo conocido’, que nos inspira y nos motiva, a tomar decisiones, afrontar la vida y, consecuentemente actuar, con libertad y confianza, en el momento y el lugar, que en nuestro organismo, percibimos como si “el corazón camina”.
La valentía, que como una emoción y un sentimiento cotidiano, que habita dentro de nuestro Corazón, junto con el miedo, la tristeza, la felicidad, la molestia y el agrado, y con el Amor y la Magia, nos recarga interiormente de libertad y confianza, para tomar decisiones, afrontar la vida y, consecuentemente actuar, y que como una energía positiva, nos impulsa y nos moviliza a decidir, por el bienestar nuestro y de los nuestros, involucra el Amor Propio hacia nosotros y, hacia nuestras acciones y soluciones.
En el camino espiritual de emociones, experimentado como un camino de crecimiento y maduración espiritual, la valentía, es naturalmente consecuente con entornos personales, familiares y sociales, en los cuales, las acciones y las soluciones de la vida misma, se activan y se actualizan, por el Amor Propio, como energía, poder y fuerza internos, que nos impulsan y nos movilizan a reconocer, expresar y comunicar nuestras emociones y, a conocer y aceptar nuestros sentimientos, y que hacen oportuno y posible que tomemos decisiones, afrontemos la vida, y consecuentemente actuemos, en búsqueda de nuestros propósitos de vida, con lo cual, una vez que, resolvemos el miedo y los consecuentes temores, actuamos por el Amor Propio, y decidimos seguir por el camino de la valentía, con dirección a ‘ese algo desconocido’ o ‘ese algo que experimentamos por primera vez’, que se transforma en ‘ese algo conocido’, que nos inspira y nos motiva, a tomar decisiones, afrontar la vida y, consecuentemente actuar, con libertad y confianza, y que naturalmente queremos y necesitamos lograr, por el bienestar nuestro y de los nuestros.
Entonces, en respuesta a: ‘¿qué hacer con “la valentía”?’, personalmente, puedo decir que, darle el paso, y resolver una emoción y un sentimiento cotidiano, como es el miedo y los consecuentes temores, y actuar, inspirados y motivados, por el Amor Propio, nos capacita y nos habilita, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, como para desarrollar y aprender, con armonía y equilibrio, una actitud de apertura hacia la valentía, evidenciada y sentida, en un: ¡Bienvenida valentía!.
Ahora, bien, quiero comentarles que, escribiendo los Cuentos Infantiles deLili, encuentro que, en el camino espiritual de emociones experimentado por María José y sus amig@s José María, Josefa, Antonio, Celina y Julio, guiados por Rodo – el caballo y Lali – la yegua, en El Establo Mágico, dirigido y orientado, hacia ‘ese algo desconocido’ o ‘ese algo que experimentan por primera vez’, que se transforma en aquello que naturalmente quieren y necesitan lograr, por el bienestar suyo y de los suyos, lo primero que, de modo personal y natural, reconocen, expresan y comunican los niños, es ‘el sentir miedo”, y por lo mismo, lo primero que, los niños, necesitan conocer, aceptar y, eventualmente, resolver, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, y desde el Amor Propio, hacia ellos y, hacia sus acciones y soluciones, son el miedo y los consecuentes temores; por lo cual, quiero invitarles a trabajar en el ‘¿qué hacer con “la valentía”?’ de los niños, facilitando y favoreciendo, aquellas experiencias inspiradoras y motivadoras de la valentía, como ocurre en las historias personales de María José con ‘el saltar a la piscina’, que naturalmente involucran la intervención, la participación y el acompañamiento amoroso de los adultos a su cargo, con el propósito espiritual que los niños logren “tomar decisiones, afrontar la vida y, consecuentemente actuar”.
Saludos,
Lili Marlene