¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. En el artículo anterior, hablé sobre, ¿cómo saber si es “conexión emocional y sentimental”?, partiendo de un concepto clave, como es, la Conexión Emocional, comprendida y definida, como enlace o nexo, con otra persona, manifiesto y expreso, en el compartir mutuo de emociones y sentimientos, vivenciado y experimentado, en el intercambio interpersonal de a dos, que resulta de los contactos y las interacciones, en los entornos personal, familiar y social. En ese sentido, cuando hablo sobre, ¿cómo saber si es “conexión emocional y sentimental”?, estoy experimentando y aprendiendo que, la conexión emocional y la consecuente conexión sentimental, es una correspondencia natural, espiritual y usual, que se inicia con la comunicación, la compenetración y la empatía, se crea con la comprensión, el crecimiento, la admiración, el autoconocimiento, la sinceridad, y la acogida, y, se construye con la compañía, el cuidado y la paciencia, que intervienen y participan, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, y, en “lo personal, lo familiar y lo social”, como los dones o los recursos humanos, habilitados para que iniciemos relaciones significativas, expresemos nuestros yo soy y yo puedo, y nuestra autoimagen amigablemente, construyamos y creemos vínculos o uniones emocionales cercanos y armónicos, y logremos propósitos sólidos, por el ejercicio de nuestras capacidades personales y naturales. Y, asimismo, cuando hablo sobre, ¿cómo saber si es “conexión emocional y sentimental?, comprendo y explico que, para saber si aquello que vivenciamos y experimentamos, es la conexión emocional y la consecuente conexión sentimental, que reconocemos e identificamos, como una correspondencia natural, espiritual y usual, es necesario e importante que, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, cada uno de nosotros nos preguntemos y nos respondamos: ¿qué capacidades personales y naturales estamos ejercitando…? en los contactos y las interacciones, que establecemos en “lo personal, lo familiar y social”.
En el artículo actual, entonces, voy a hablar sobre, “la conexión emocional y sentimental” nos modela como “personas corazón”, partiendo de dos conceptos clave, como son, la Conexión Emocional, comprendida y definida, como enlace o nexo, con otra persona, manifiesto y expreso, en el compartir mutuo de emociones y sentimientos, vivenciado y experimentado, en el intercambio interpersonal de a dos, que resulta de los contactos y las interacciones, en los entornos personal, familiar y social, y “las Personas Corazón”, comprendidas y definidas, como aquellos seres humanos, que según el dictado de la propia voz interior y desde el diálogo espontáneo, accionan, se controlan, solucionan y responden a sensaciones, emociones y sentimientos, vinculados y relacionados, con otro ser humano, pues si bien es cierto que, por experiencia y aprendizaje socio – culturales, se tiende y se suele, reconocer e identificar, la conexión emocional y la consecuente conexión sentimental, como un hecho sorpresivo, casual y ocasional, estoy experimentando y aprendiendo que, la conexión emocional y la consecuente conexión sentimental, como correspondencia natural, espiritual y usual, puede motivar y estimular en nosotros, dones o recursos humanos, como la comunicación, la compenetración, la empatía, la comprensión, el crecimiento, la admiración, el autoconocimiento, la sinceridad, la acogida, la compañía, el cuidado y la paciencia, que en el tiempo y el espacio logran que, cada uno de nosotros, desarrollemos, vínculos y relaciones, construidos y creados, por el intercambio interpersonal de a dos de sensaciones, emociones y sentimientos.
De esta manera, cuando hablo sobre, “la conexión emocional y sentimental” nos modela como “personas corazón”, partiendo de dos conceptos clave, como son, la Conexión Emocional, comprendida y definida, como enlace o nexo, con otra persona, manifiesto y expreso, en el compartir mutuo de emociones y sentimientos, vivenciado y experimentado, en el intercambio interpersonal de a dos, que resulta de los contactos y las interacciones, en los entornos personal, familiar y social, y “las Personas Corazón”, comprendidas y definidas, como aquellos seres humanos, que según el dictado de la propia voz interior y desde el diálogo espontáneo, accionan, se controlan, solucionan y responden a sensaciones, emociones y sentimientos, vinculados y relacionados, con otro ser humano, comprendo y explico que, para que la conexión emocional y la consecuente conexión sentimental, como correspondencia natural, espiritual y usual, nos modele como “personas corazón”, motivando y estimulando, en nosotros, dones o recursos humanos, que logran que, cada uno de nosotros, desarrollemos, vínculos y relaciones, por el intercambio interpersonal de a dos de sensaciones, emociones y sentimientos, es necesario e importante que, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, cada uno de nosotros, validemos y apreciemos, las capacidades personales y naturales que estamos ejercitando, en los contactos y las interacciones, establecidos en “lo personal, lo familiar y social”.
En tal sentido, experimento y aprendo que, cuando hablo sobre, “la conexión emocional” nos modela como “personas corazón”, comprendiendo y explicando que, para que la conexión emocional y la consecuente conexión sentimental, como correspondencia natural, espiritual y usual, nos modele como “personas corazón”, motivando y estimulando, en nosotros, dones o recursos humanos, que logran que, cada uno de nosotros, desarrollemos, vínculos y relaciones, por el intercambio interpersonal de a dos de sensaciones, emociones y sentimientos, es necesario e importante que, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, cada uno de nosotros, validemos y apreciemos, las capacidades personales y naturales que estamos ejercitando, en los contactos y las interacciones, establecidos en “lo personal, lo familiar y social”, ocurre que, para que la conexión emocional y la consecuente conexión sentimental, como correspondencia natural, espiritual y usual, nos modele como “personas corazón”, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, y, en “lo personal, lo familiar y lo social”, lo primero es validar y apreciar que, en el intercambio personal de a dos estamos siendo capaces de: imaginar, crear, vincular, emocionarnos, identificarnos, inspirarnos, sensibilizarnos, relacionarnos, armonizar, y asociarnos con lo que se siente y se evidencia en los mensajes; lo segundo es validar y apreciar que, en el intercambio interpersonal de a dos estamos siendo capaces de: situarnos, explicar, solidarizar, sentir, interiorizar, iluminar, sumarnos, respaldar, participar, y unirnos con lo que se vivencia y se experimenta; y lo tercero es validar y apreciar que, en en el intercambio interpersonal de a dos estamos siendo capaces de: responder, actuar, apoyar, abrazar, asimilar, proteger, mediar, favorecer, intimar, y enlazar con lo que se necesita y nos interesa.
En tal sentido, también, experimento y aprendo que, cuando hablo sobre, “la conexión emocional” nos modela como “personas corazón”, comprendiendo y explicando que, para que la conexión emocional y la consecuente conexión sentimental, como correspondencia natural, espiritual y usual, nos modele como “personas corazón”, motivando y estimulando, en nosotros, dones o recursos humanos, que logran que, cada uno de nosotros, desarrollemos, vínculos y relaciones, por el intercambio interpersonal de a dos de sensaciones, emociones y sentimientos, es necesario e importante que, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, cada uno de nosotros, validemos y apreciemos, las capacidades personales y naturales que estamos ejercitando, en los contactos y las interacciones, establecidos en “lo personal, lo familiar y social”, ocurre que, para que la conexión emocional y la consecuente conexión sentimental, como correspondencia natural, espiritual y usual, nos modele como “personas corazón”, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, y, en “lo personal, lo familiar y lo social”, lo necesario y lo importante es que, cada uno de nosotros, siguiendo el dictado de la propia voz interior en “lo interno, lo propio y lo esencial”, y, practicando el diálogo espontáneo en “lo personal, lo familiar y lo social”, logremos validar y apreciar el hecho que estamos siendo capaces de transitar desde la comunicación hasta la paciencia, logrando un intercambio interpersonal de a dos, en el cual, se produce una comunicación clara y completa, una compenetración efectiva y concisa, una empatía sensible y noble, una comprensión activa y constructiva, un crecimiento reflexivo y funcional, una admiración contemplativa y afectuosa, un autoconocimiento respetuoso y amistoso, una sinceridad saludable y beneficiosa, una acogida independiente e intuitiva, una compañía real y significativa, un cuidado consciente y estable, y una paciencia fortalecida y optimista.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en el aprendizaje y la comprensión sobre, la Conexión Emocional, comprendida y definida, como enlace o nexo, con otra persona, manifiesto y expreso, en el compartir mutuo de emociones y sentimientos, vivenciado y experimentado, en el intercambio interpersonal de a dos, que resulta de los contactos y las interacciones, en los entornos personal, familiar y social, y “las Personas Corazón”, comprendidas y definidas, como aquellos seres humanos, que según el dictado de la propia voz interior y desde el diálogo espontáneo, accionan, se controlan, solucionan y responden a sensaciones, emociones y sentimientos, vinculados y relacionados, con otro ser humano, con la finalidad que, los niños y las niñas, con el acompañamiento adulto, comprendan y expliquen que, en su presente y a lo largo de su vida, personal, familiar y social, la conexión emocional y la consecuente conexión sentimental, como correspondencia natural, espiritual y usual, puede motivar y estimular en ellos y ellas, dones o recursos humanos, como la comunicación, la compenetración, la empatía, la comprensión, el crecimiento, la admiración, el autoconocimiento, la sinceridad, la acogida, la compañía, el cuidado y la paciencia, que en el tiempo y el espacio logran que, cada uno de ellos y ellas, desarrollen, vínculos y relaciones, construidos y creados, por el intercambio interpersonal de a dos de sensaciones, emociones y sentimientos, y aprendan que, para que la conexión emocional y la consecuente conexión sentimental, como correspondencia natural, espiritual y usual, los modele como “personas corazón”, motivando y estimulando, en ellos y ellas, dones o recursos humanos, que logran que, cada uno de ellos y ellas, desarrollen, vínculos y relaciones, por el intercambio interpersonal de a dos de sensaciones, emociones y sentimientos, es necesario e importante que, en “lo interno, lo propio y lo esencial”, cada uno de ellos y ellas, validen y aprecien, las capacidades personales y naturales que están ejercitando, en los contactos y las interacciones, establecidos en “lo personal, lo familiar y social”.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, el significado y el sentido que tiene, “la conexión emocional y sentimental”, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en la validación y el aprecio de sus capacidades personales y naturales, en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues ser modelados como “personas corazón”, puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.