Educación Emocional, …l@s hij@s, l@s mejores amig@s…

¡Hola!…¡Buenas Tardes!…¿Qué tal?. En el blog anterior, hablamos sobre, «el amor» y la amistad en la familia, comprendiendo y explicando que, con el contacto y la interacción, personales, emocionales y afectivos, desde el amor y su poder, y el juego, al interior de los entornos, personal, familiar y social, a nivel emocionalse fortalecen, los lazos, con sus consecuentes vínculos y relaciones, personales, emocionales y afectivos, logrando desarrollar, crecer y madurar, como lazos, vínculos y relaciones, personales, emocionales y afectivos, con fondo y forma de amistad, construidos y creados, independientemente, de la edad y el género, con un valor y una perdurabilidad, en el tiempo y el espacio. En ese sentido, cuando hablamos sobre, «el amor» y la amistad en la familia, explicamos que, siendo la familia, un medio y un recurso, idealmente, bueno y positivo, para la puesta en práctica y el ejercicio de el amor, con sus necesarios e importantes, observar con atención, escuchar con confianza, conocer con compromiso, y, seguir con convicción, corresponde reconocer e identificar, el entorno familiar, como un ambiente físico y emocional, de tranquilidad y seguridad, personales, emocionales y afectivas mutuas, que puede facilitar, favorecer y promover, de modo natural, espontáneo e innato, la amistad, entre sus miembros, primarios y básicos, como pueden ser, los papás, las mamás, los hijos y las hijas, haciendo oportunos y posibles, el logro de los valores y los principios de, sinceridad, lealtad, delicadeza, respeto, amabilidad, afecto, reciprocidad, aportación, aceptación, tolerancia, credulidad, asesoramiento, interés, cuidado, integridad, y generosidad, así como, el compartircon las personas significativas, los mundos interiores, contenidos de: preguntas, respuestas, sensaciones, sentimientos, ideas, pensamientos, deseos, opiniones, planes, proyectos, entre otros, que habitan en sí mismos.

En el blog actual, entonces, vamos a hablar sobre, l@s hij@s, l@s mejores amig@s, explicando la correspondencia entre, los lazos, los vínculos y las relaciones personales, emocionales y afectivos, que existen, por naturaleza, entre los papás o las mamás, y, los hijos o las hijas, tanto a nivel físico como a nivel emocional, y la amistad, que puede darse entre los papás o las mamás, y, los hijos o las hijas, comprendida desde su función, primaria y básica, como es el ofrecer la oportunidad y la posibilidad de compartir, con una persona significativa, de un modo natural, espontáneo e innato, y en un ambiente físico y emocional, de tranquilidad y seguridad, personales, emocionales y afectivas mutuas, el mundo interior, pues si bien es cierto que, por «la distancia generacional», podemos reconocer e identificar diferencias, en cuanto a, contenido de: preguntas, respuestas, sensaciones, sentimientos, ideas, pensamientos, deseos, opiniones, planes, proyectos, entre otros, que habitan en nosotros, sucede que, por mi experiencia personal, como tía, siento y pienso que, es oportuno y posible, hablar de amistad, entre dos generaciones de una familia, pues si se da, voluntad e iniciativa mutuas, para observar con atención, escuchar con confianza, conocer con compromiso y, seguir con convicción, entonces, se da, voluntad e iniciativa mutuas, para compartir el mundo interior, con una persona significativa, independientemente, de la edad y el género.

De esta manera, cuando hablamos sobre, l@s hij@s, l@s mejores amig@s, explicando la correspondencia entre, los lazos, los vínculos y las relaciones personales, emocionales y afectivos, que existen, por naturaleza, entre los papás o las mamás, y, los hijos o las hijas, tanto a nivel físico como a nivel emocional, y la amistad, que puede darse entre los papás o las mamás, y, los hijos o las hijas, comprendida desde su función, primaria y básica, como es el ofrecer la oportunidad y la posibilidad de compartir, con una persona significativa, de un modo natural, espontáneo e innato, y en un ambiente físico y emocional, de tranquilidad y seguridad, personales, emocionales y afectivas mutuas, el mundo interior, explicamos que, hablar de amistad, entre dos generaciones de una familia, es hablar de dos condiciones y disposiciones, primarias y básicas, que facilitan, favorecen y promueven la voluntad y la iniciativa mutuas de, vivenciar y experimentar, el observar con atención, el escuchar con confianza, el conocer con compromiso y, el seguir con convicción, para compartir el mundo interior, con una persona significativa, independientemente, de la edad y el género, como son: ser modelos para otros y hacer partícipes a otros.

En tal sentido, cuando hablamos sobre, l@s hij@s, l@s mejores amig@s, comprendiendo y explicando que, la función, primaria y básica, de la amistad, es el ofrecer la oportunidad y la posibilidad de compartir, con una persona significativa, de un modo natural, espontáneo e innato, y en un ambiente físico y emocional, de tranquilidad y seguridad, personales, emocionales y afectivas mutuas, el mundo interior, contenido de: preguntas, respuestas, sensaciones, sentimientos, ideas, pensamientos, deseos, opiniones, planes, proyectos, entre otros, que habitan en nosotros, explicamos la condición y la disposición, primaria y básica, de ser modelos para otros, como el hecho de desarrollar, crecer, madurar y lograr vivir, poniendo en práctica y ejercitando, en forma natural, espontánea e innata, los valores y los principios, primarios y básicos, de un lazo, un vínculo y una relación, personales, emocionales y afectivos, sustentados y fundamentados, en el amor y su poder, como son: la sinceridad, la lealtad, la delicadeza, el respeto, la amabilidad, el afecto, la reciprocidad, la aportación, la aceptación, la tolerancia, la credulidad, el asesoramiento, el interés, el cuidado, la integridad, y la generosidad, que puestos en práctica y ejercitados, en la comunicación y el intercambio, personales, emocionales y afectivos, de a dos, hacen oportuna y posible, una amistad, en la familia y el entorno familiar, independientemente, de la edad y el género.

Asimismo, cuando hablamos sobre, l@s hij@s, l@s mejores amig@s, comprendiendo y explicando que, reconocemos e identificamos, como características primarias y básicas de la amistadlos valores y los principios, primarios y básicos, de un lazoun vínculo y una relación, personales, emocionales y afectivos, sustentados y fundamentados, en el amor y su poder, como son: la sinceridad, la lealtad, la delicadeza, el respeto, la amabilidad, el afecto, la reciprocidad, la aportación, la aceptación, la tolerancia, la credulidad, el asesoramiento, el interés, el cuidado, la integridad, y la generosidad, explicamos la condición y la disposición, primaria y básica, de hacer participes a otros, como el hecho de desarrollar, crecer, madurar y lograr vivir, poniendo en práctica y ejercitando, en forma natural, espontánea e innata, la oportunidad y la posibilidad de compartir, con una persona significativa, de un modo natural, espontáneo e innato, y en un ambiente físico y emocional, de tranquilidad y seguridad, personales, emocionales y afectivas mutuas, el mundo interiorcontenido de: preguntas, respuestas, sensaciones, sentimientos, ideas, pensamientos, deseos, opiniones, planes, proyectos, entre otros, que habitan en nosotros, que compartido en la comunicación y el intercambio, personales, emocionales y afectivos, de a dos, hacen oportuna y posible, una amistaden la familia y el entorno familiar, independientemente, de la edad y el género.

Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en los valores y los principios, primarios y básicos, de un lazo, un vínculo y una relación, personales, emocionales y afectivos, sustentados y fundamentados, en el amor y su poder, como son: la sinceridad, la lealtad, la delicadeza, el respeto, la amabilidad, el afecto, la reciprocidad, la aportación, la aceptación, la tolerancia, la credulidad, el asesoramiento, el interés, el cuidado, la integridad, y la generosidad, y, en la oportunidad y la posibilidad de compartir, con una persona significativa, de un modo natural, espontáneo e innato, y en un ambiente físico y emocional, de tranquilidad y seguridad, personales, emocionales y afectivas mutuasel mundo interiorcontenido de: preguntas, respuestas, sensaciones, sentimientos, ideas, pensamientos, deseos, opiniones, planes, proyectos, entre otros, que habitan en sí mismos, que hacen oportuna y posible, una amistaden la familia y el entorno familiar, independientemente, de la edad y el género.

Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, el significado y el sentido que tiene, la amistad, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en el compartir el mundo interior, en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues compartir siendo modelos para otros y haciendo participes a otros, puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.