¡Hola!…¿Qué tal?…¿Cómo están?. En el blog anterior, cuando hablamos sobre, «María José, aprende a ser valiente», hablamos que, como resultado de las conversaciones con Rodo y Lali, en El Establo Mágico, María José, logra transitar de la timidez y el nerviosismo, a la tranquilidad y la seguridad, que como sentimientos, positivos o favorables, naturalmente, facilitan, favorecen y promueven, en María José, la capacidad de racionalizar sus temores, con lo cual, María José, va logrando comprender y regular su miedo a lo desconocido, como es, el movimiento de la cama, a causa de un temblor, en relación con sus eventuales objetivos, como puede ser, salir a jugar con sus amig@s en el jardín. En ese sentido, cuando hablamos del tránsito de la timidez y el nerviosismo, a la tranquilidad y la seguridad, como resultado de las conversaciones, estamos hablando que, María José, vivencia y experimenta, un proceso de desarrollo y progreso de, el autoconocimiento, la autorregulación, la empatía y la motivación, como capacidades y habilidades emocionales, que alientan su salida de la zona segura o la zona conocida, de camino a reaccionar y responder, con valentía, ante lo desconocido. En el blog actual, entonces, vamos a hablar sobre, la relación entre, auto – concepto y valentía, comprendiendo auto – concepto, como la idea o la imagen que construimos de nosotr@s mism@s, en el proceso de desarrollo y progreso de, nuestras capacidades y habilidades emocionales de, autoconocimiento, autorregulación, empatía y motivación, en contacto e interacción con el entorno, primaria y básicamente, compuesto por, ambientes, personas, objetos, animales y plantas.
De esta manera, cuando hablamos de, auto – concepto y valentía, estamos hablando que, para vivenciar y experimentar, la valentía, manifestada y expresada en la tranquilidad y la seguridad, con la cual, logramos salir de nuestra zona segura o nuestra zona conocida, para poder afrontar lo desconocido, como una vivencia o una experiencia que, por su naturaleza, puede activar y actualizar, la sensación, la emoción y el sentimiento de miedo, es necesario e importante que, construyamos nuestro auto – concepto, comprendido como, la idea y la imagen de nosotr@s mism@s que, en forma natural, espontánea e innata, personifican nuestr@s características, cualidades, fortalezas, debilidades, virtudes y defectos.
Es así que, cuando hablamos de beneficios, en los niños y las niñas, que resultan de, un auto – concepto, o, una idea y una imagen de sí mism@s, desde el desarrollo y el progreso de las capacidades y las habilidades emocionales de, autoconocimiento, autorregulación, empatía y motivación, al interior de sus entornos personal, familiar y social, en los cuales, con el trabajo sobre sus características, sus cualidades, sus fortalezas, sus debilidades, sus virtudes y sus defectos, se da el tránsito de la timidez y el nerviosismo, a la tranquilidad y la seguridad, como manifestación y expresión de valentía, estamos hablando que, un auto – concepto positivo, o, una idea y una imagen positivas, vivenciadas y experimentadas, como una propia y una particular apreciación de sí mism@s y, de sus entornos personal, familiar y social, que conduce a la creación de una especie de Yo – interno, con su propia y su particular voz, idealmente, pueden facilitar, favorecer y promover, en las niñas y los niños, una percepción y una valoración positivas, de sus sentimientos, sus pensamientos y sus actitudes, y de sus entornos, primaria y básicamente, compuestos por, ambientes, personas, objetos, animales y plantas.
Asimismo, cuando hablamos de beneficios, en los niños y las niñas, que resultan de, una construcción de un auto – concepto, como una idea y una imagen, de sí mism@s y sus entornos, a partir del desarrollo y el progreso de las capacidades y las habilidades emocionales de autoconocimiento, autorregulación, empatía y motivación, positivos y favorables, al interior de sus entornos personal, familiar y social, en los cuales, se vivencie y se experimente valentía, proyectada en un estado de ánimo de tranquilidad y seguridad, natural, espontáneo e innato, estamos hablando que, en un intercambio personal, con niños y niñas, un uso de la conversación, incluidos el diálogo y la meditación, en los cuales, se pone atención, interés y concentración en los mensajes de miedo a lo desconocido, de un niño o una niña, puede facilitar, favorecer y promover, en los niños y las niñas, logros, necesarios e importantes, como pueden ser, reconocer e identificar, características, cualidades, fortalezas, debilidades, virtudes y defectos, que activen y actualicen su disponibilidad, para afrontar su miedo, de modo que, cada niña o niño, pueda lograr, sus eventuales objetivos, personales, familiares y sociales.
Así pues, cuando hablamos de, una atención, un interés y una concentración en los mensajes de miedo, de un niño o una niña, mediante el intercambio personal, poniendo en práctica y ejercitando una conversación, incluidos el diálogo y la meditación, naturales, espontáneos e innatos, es necesario e importante que, hablemos de la energía y la fuerza, positivas o favorables, con las cuales, niños y niñas, idealmente, logren expresar, las sensaciones, las emociones y los sentimientos, vinculados con su miedo, a lo desconocido, comunicados y transmitidos, en contacto e interacción, con los adultos responsables a cargo, como en el caso de María José, Rodo y Lali, conversando en El Establo Mágico, de modo que, naturalmente, puedan lograr y mantener, en el tiempo y el espacio, relaciones interpersonales, positivas o favorables, y, calidad de vida social, sana y saludable, en beneficio de sí mism@s y otr@s, al interior de los grupos de juego.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una construcción de un auto – concepto, como una idea y una imagen, positivas y favorables, de sí mism@s y sus entornos, personal, familiar y social, contenidos de sus características, sus cualidades, sus fortalezas, sus debilidades, sus virtudes y sus defectos, que conduce a la creación de una especie de Yo – interno, con su propia y su particular voz, con energía y fuerza, positivas o favorables, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en el desarrollo y el progreso de la práctica y el ejercicio de: contactar visualmente con quien nos habla, sonreír con quien nos habla, asentir mientras habla nuestro interlocutor, elegir un lugar tranquilo y seguro, adoptar una postura corporal receptiva, centrar la percepción en la respiración, auto – controlarse y auto – observarse, aceptar y respetar los mensajes internos, reforzar el discurso del hablante con alguna palabra o frase positiva que valide su mensaje, hacer preguntas relevantes para aclarar la información que recibimos, resumir lo que comunica el hablante y, hacer ver a nuestro interlocutor que entendemos sus sentimientos, por ejemplo, de modo que, niñas y niños, naturalmente, logren reconocer, expresar y comunicar sus sensaciones, sus emociones, sus sentimientos y, sus pensamientos, vinculados con su miedo, a lo desconocido, así como, logren reconocer e identificar el cómo experimentan, manejan y usan, su valentía, como un estado de ánimo de tranquilidad y seguridad, ante lo desconocido, en relación con sus eventuales objetivos, personales, familiares y sociales.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, la necesidad y la importancia que tiene, un auto – concepto positivo, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en el auto – concepto positivo en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues, el auto – concepto, como una idea y una imagen positiva, puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.