Educación Emocional,… “Todos tenemos una historia que contar a nuestros niños”…

¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. Hoy día martes 30 de Setiembre, habiendo reflexionado con ustedes sobre que los personajes protagonistas, son quienes en su búsqueda de la solución a un conflicto o un problema principal que afrontan, transitan por un proceso personal, llamado ‘arco de personaje’, que es el viaje personal de transformación y desarrollo emocional, que se interconecta con el arco narrativo, quiero reflexionar con ustedes sobre que todos tenemos una historia que contar a nuestros niños.

En el viaje personal de transformación y desarrollo emocional y alcance de nuevos estados emocionales, los adultos somos comunicadores y gestores emocionales de nuestros niños que actuamos como sus modelos a seguir, practicamos la comunicación abierta y constructiva, validamos sus emociones, facilitamos el desarrollo de su autoconocimiento, su empatía y su toma de decisiones responsables, creamos sus entornos positivos, tranquilos y seguros, y promovemos su autonomía emocional.

En ese sentido, nosotros los adultos, como papás, abuelos, tíos y maestros de nuestros niños, somos contadores naturales de historias, que tenemos la capacidad de inspirar y motivar la sensibilidad, la empatía y la conciencia sobre sucesos o eventos concretos, de explicar y reflexionar sobre experiencias vitales, así como, de difundir valores y conocimientos a través del cuentacuentos o el arte de contar historias para la transmisión de mensajes, la conexión emocional y el impacto positivo.

Es así como, como adultos que tenemos una historia que contar a nuestros niños, y estamos comprometidos con la educación y la recreación canalizadoras de la transmisión de mensajes, la conexión emocional y el impacto positivo desde nuestras historias, desempeñamos un papel fundamental como contacuentos en el hogar y la escuela para fortalecer los vínculos emocionales y sociales de nuestros niños con otros niños, adultos, e, incluso, mascotas, y promover su amor por la narración y la lectura.

Ahora, a propósito de la reflexión sobre “Todos tenemos una historia que contar a nuestros niños”, comprendo que como protagonistas o personajes principales de nuestras vidas que habitualmente practicamos el contacuentos con nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos, transmitimos mensajes, conectamos emocionalmente, e impactamos positivamente, y de modo natural generamos beneficios emocionales, cognitivos y sociales tanto para nuestros niños como para nosotros mismos.

Saludos,

Lili Marlene