¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. Hoy día martes de 03 de Diciembre quiero reflexionar con ustedes acerca de cómo es que la tolerancia a la frustración de nuestros niños se desarrolla en los espacios y tiempos de juegos y conversaciones ‘cotidianos’ con otros niños, nosotros, e, incluso, sus mascotas de la familia y la escuela, y de cómo es que nosotros los adultos como sus papás, abuelos, tíos y maestros tenemos la posibilidad de guiar el desarrollo de la tolerancia a la frustración de nuestros niños.
La tolerancia a la frustración es la aptitud para afrontar ‘los problemas’, incluidos los obstáculos y las dificultades, y las incomodidades y las molestias experimentados, desarrollada desde la adaptación al cambio ‘como una oportunidad de aprendizaje’, y la valoración de sus percepciones y expectativas sobre sí mismos, que favorecen que expliquen quiénes son, visualicen qué pueden alcanzar a ser, y comprendan por qué son importantes para sí mismos y para sus seres amados de la familia y la escuela.
En ese sentido, el desarrollo de su tolerancia a la frustración, durante el contacto y la interacción en sus entornos familiares y escolares, involucra a nuestros niños en ‘la cultura del esfuerzo’ o modo de cuidar, criar y educar que con la idea que cada uno de nuestros niños logra sus objetivos y metas de aprendizaje como producto de su quehacer y su voluntad personales y naturales, canaliza el desarrollo de sus valores, como son, la responsabilidad, la perseverancia, la determinación y la constancia.
Es así como, el ejercicio saludable de identificar y manifestar sus emociones ‘cotidianas’ de miedo, valentía, tristeza, felicidad, molestia y agrado en sus entornos familiares y escolares, estimula el desarrollo de la tolerancia a la frustración de nuestros niños, naturalmente asociada con la definición clara y alcanzable de sus objetivos y metas de aprendizaje, pensados, ideados y formulados en función a su desarrollo integral, a sus habilidades físicas y mentales, y a su formación espiritual y social.
Ahora, a propósito de la reflexión “Nuestros niños, sus emociones y su tolerancia a la frustración” comprendo que siendo sus guías en el desarrollo de su tolerancia a la frustración, es significativo que como sus papás, abuelos, tíos y maestros apoyemos emocionalmente a nuestros niños incentivando su quehacer y su voluntad personales y naturales, con el propósito que cada uno de nuestros niños logre sus objetivos y metas de aprendizaje con tranquilidad y seguridad ‘emocionales’.
Saludos,
Lili Marlene