¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. Hoy día viernes 08 de Noviembre, quiero reflexionar con ustedes acerca de cómo manifiestan su miedo ‘nuestros niños’, en espacios y tiempos de la vida misma que como papás, abuelos, tíos y maestros, comprometidos con su cuidado, su crianza y su educación, conversamos y jugamos con nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos, e, intercambiamos nuestros abrazos, miradas, escuchas y voces de acompañamiento, asistencia y apoyo físico ‘mutuos’.
En los niños, el miedo representa y simboliza una respuesta natural y adaptativa que estimula el aprendizaje, el desarrollo y el ejercicio de las habilidades físicas, mentales, espirituales y sociales que un niño requiere aprender, desarrollar y ejercitar para ‘por primera vez’ responder y solucionar hechos o acontecimientos ‘desconocidos’ de la vida misma que son ‘significativos’ para sí mismos por su impacto emocional en la supervivencia y el bienestar integral de sí mismos y sus seres amados.
En ese sentido, si bien el miedo como emoción ‘cotidiana’ es común a todos los niños, sucede que el miedo como respuesta natural y adaptativa es personal y propio de cada uno de los niños, quienes según sus diferencias o cualidades individuales, sociales y culturales y sus experiencias personales responden y solucionan cada hecho o acontecimiento ‘significativo’ para sus vidas, que a manera de estímulos internos o externos inciden individualmente en sus organismos causando ‘sus miedos’.
Es así como, sabemos que ‘nuestros niños’ manifiestan ‘sus miedos’ con su lenguaje corporal interno, conformado por un conjunto de señales corporales características que revelan y reflejan ‘sus estados de nerviosismo’, como suelen ser: cara con cejas contraídas y tensas, párpados superiores elevados, y labios separados y estirados, cuerpo encorvado, disminuido e intimidado, cuello y hombros tensos, brazos cruzados en el pecho, temblor y sudoración de las manos y los pies, e inmovilización.
Ahora, a propósito de la reflexión “¿Cómo manifiestan su miedo ‘nuestros niños’?” comprendo que ‘nuestros niños’ manifiestan ‘sus miedos’ como sus respuestas naturales y adaptativas personal y propiamente asociadas con los hechos o los acontecimientos ‘significativos’ para sus vidas que causan ‘sus miedos’, como pueden ser: ‘su cama que se movió’, ‘su cama que se mojó’, ‘su osa que se cayó’, ‘su pelota que se atascó’, ‘la taza de su hermano que se rompió’, y ‘el disco de su abuelo que se rayó’.
Saludos,
Lili Marlene