¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. Hoy día viernes 25 de Octubre, quiero reflexionar con ustedes acerca de cómo dar una contención emocional ‘a nuestros niños’, quienes moderados y calmados por nuestros abrazos, miradas, escuchas y voces de acompañamiento, asistencia y apoyo físico, imaginan y crean sus respuestas y soluciones ‘de valentía’, ‘de felicidad’ y ‘de agrado’ para afrontar ‘lo desconocido’, ‘lo inesperado’ y ‘lo incómodo’ que causan su miedo, su tristeza y su molestia.
Según sabemos, la contención emocional ‘a nuestros niños’, como capacidad, habilidad y acción ‘misma’ de moderar, calmar y guiar sus experiencias, sus pensamientos y sus sentimientos ‘cotidianos’, es naturalmente posible y oportuna desde un contacto físico ‘con nuestros niños’, compuesto por nuestros abrazos, miradas, escuchas y voces de acompañamiento, asistencia y apoyo físico, percibidos y recibidos ‘por nuestros niños’ como moderadores y calmantes de su miedo, su tristeza y su molestia.
En ese sentido, la contención emocional que damos ‘a nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos’, revela y refleja la contención emocional que cada uno de nosotros papás, abuelos, tíos y maestros recibimos desde un contacto físico ‘con nuestros familiares y amigos’, compuesto por sus abrazos, miradas, escuchas y voces de acompañamiento, asistencia y apoyo físico, percibidos y recibidos ‘por nosotros’ como moderadores y calmantes de nuestro miedo, nuestra tristeza y nuestra molestia.
Es así como, nosotros papás, abuelos, tíos y maestros primeramente moderados y calmados por los abrazos, las miradas, las escuchas y las voces de acompañamiento, asistencia y apoyo físico ‘de nuestros familiares y amigos’, nos preparamos y disponemos para dar una contención emocional ‘a nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos’, perceptible como nuestra capacidad, habilidad y acción ‘misma’ de moderar, calmar y guiar sus experiencias, pensamientos y sentimientos ‘cotidianos’.
Ahora, a propósito de la reflexión “¿Cómo dar una contención emocional ‘a nuestros niños’?” comprendo que el cómo nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos afrontan ‘lo desconocido’, ‘lo inesperado’ y ‘lo incómodo’ se relaciona con el cómo nosotros papás, abuelos, tíos y maestros nos preparamos y disponemos para dar una contención emocional, desde un contacto físico ‘con nuestros familiares y amigos’, compuesto por sus abrazos, miradas, escuchas y voces de acompañamiento, asistencia y apoyo físico.
Saludos,
Lili Marlene