¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. Hoy día viernes 04 de Octubre, quiero reflexionar con ustedes acerca de qué transmite nuestro cuerpo ‘a nuestros niños’ mientras relatan ‘sus historias personales’, cuando en espacios y tiempos de la vida misma guiamos a nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos con nuestro cuerpo y sus manifestaciones y expresiones no verbales, como son, nuestros abrazos, miradas, escuchas y voces de papás, abuelos, tíos y maestros comprometidos y responsables.
Nuestro cuerpo y sus manifestaciones y expresiones no verbales, como son, nuestros abrazos, miradas, escuchas y voces, transmiten nuestras valoraciones personales positivas y negativas, asociadas y vinculadas, con el qué pensamos, el qué opinamos y el qué creemos, como papás, abuelos, tíos y maestros comprometidos y responsables, acerca de ‘sus historias personales’ contenidas de sus experiencias ‘habituales’, sus vivencias ‘pasadas’ y sus tareas ‘diarias’.
En ese sentido, nuestras valoraciones personales ‘positivas’, como revelaciones de nuestros pensamientos, opiniones y creencias ‘favorables’ acerca de ‘sus historias personales’, es información que cada uno de nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos necesitan y demandan aprender, explorar e incorporar de sus entornos familiares y escolares para imaginar y crear sus respuestas y soluciones ‘de valentía’ ’de felicidad’ y ‘de agrado’ con tranquilidad y seguridad ‘emocionales’.
Es así como, nuestros niños imaginan y crean sus respuestas y soluciones ‘de valentía’, ‘de felicidad’ y ‘de agrado’ ante ‘lo desconocido’, ‘lo inesperado’ y ‘lo incómodo’ que causa sus miedos, tristezas y molestias, cuando con nuestros abrazos, miradas, escuchas y voces inspirados y motivados desde ‘el Amor’, perciben y comprenden, que como papás, abuelos, tíos y maestros valoramos de un modo positivo y favorable sus emociones ‘cotidianas’ de miedo, valentía, tristeza, felicidad, molestia y agrado.
Ahora, a propósito de la reflexión “¿Qué transmite nuestro cuerpo ‘a nuestros niños’?” comprendo que nuestro cuerpo y sus manifestaciones y expresiones no verbales, como son, nuestros abrazos, miradas, escuchas y voces de papás, abuelos, tíos y maestros comprometidos y responsables, tienen el poder de inspirar y motivar desde ‘el Amor’ las respuestas y soluciones tranquilas y seguras ‘de valentía’, ‘de felicidad’ y ‘de agrado’ de nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos.
Saludos,
Lili Marlene