¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. Hoy día martes 17 de Setiembre, quiero reflexionar con ustedes acerca de cómo canalizamos las emociones ‘en los niños’, particularmente, en espacios y tiempos que nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos en contacto e interacción con otros niños, adultos o mascotas de la familia o la escuela, necesitan y demandan respuestas y soluciones de valentía, felicidad y agrado ante hechos o acontecimientos ‘cotidianos’ que les causan sentimientos de miedo, tristeza y molestia
La canalización de las emociones ‘en los niños’, como una dirección y una orientación sanas y saludables de los pensamientos, los comportamientos y las actitudes de nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos, particularmente, en situaciones y circunstancias ‘cotidianas’ que necesitan y demandan afrontar el miedo, la tristeza y la molestia provocados por ‘lo desconocido’, ‘lo inesperado’ y ‘lo incómodo’, requiere de elementos de la vida misma, como son, los dibujos, los recuerdos y las rutinas.
En ese sentido, los dibujos, los recuerdos y las rutinas son elementos ‘claves’ al alcance de nosotros los adultos y al servicio de nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos, como medios y recursos primarios y básicos que ponen la atención, valoran y validan, y por lo mismo, aportan y aprovechan, lo que está presente en cada niño y puede ser usado para imaginar y crear las respuestas y soluciones de valentía, felicidad y agrado, como son, sus experiencias ‘habituales’, sus vivencias ‘pasadas’ y sus tareas ‘diarias’.
Es así como, dibujar experiencias ‘habituales’ en momentos ‘previos’ a hechos o acontecimientos ‘desconocidos’, evocar vivencias ‘pasadas’ en momentos ‘presentes’ de hechos o acontecimientos ‘inesperados’, y organizar tareas ‘diarias’ en momentos ‘previos’ a hechos o acontecimientos ‘incomodos’, se transforman en las actividades de la vida misma que hacen posible y oportuna la tranquila y segura imaginación y creación de las respuestas y soluciones de valentía, felicidad y agrado ‘de los niños’.
Ahora, a propósito de la reflexión “¿Cómo canalizamos las emociones ‘en los niños’?” comprendo que los dibujos, los recuerdos y las rutinas son elementos ‘clave’ para el apoyo emocional a nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos, pues estimulan la imaginación y la creación de las respuestas y soluciones de valentía, felicidad y agrado que nuestros niños necesitan y demandan cuando reconocen, expresan y comunican el miedo, la tristeza y la molestia que experimentan y sienten ‘en el presente’.
Saludos,
Lili Marlene