¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. Hoy día martes de 28 de Mayo, quiero reflexionar con ustedes acerca de por qué inspirar a los niños a confrontar el miedo, manifiesto como una experiencia emocional y una sensación, una emoción y un sentimiento ‘cotidianos’, naturalmente observables ante hechos o acontecimientos conocidos o desconocidos que producen inestabilidad y nerviosismo en los niños, por lo mismo que despiertan sensaciones y sentimientos de miedo.
En los juegos y conversaciones con niños, adultos y mascotas, los niños que aman contar y compartir sus experiencias emocionales y sus emociones ‘cotidianas’, como pueden ser miedo, tristeza y molestia, se animan a explicar qué experimentaron y cómo se sintieron ante un hecho o un acontecimiento que afrontaron, porque los niños necesitan escuchar ‘de los otros’ las respuestas y soluciones mágicas que les ayuden a gestionar con tranquilidad y seguridad sus sensaciones y sentimientos.
En ese sentido, solemos observar que el miedo, como una experiencia emocional y una sensación, una emoción y un sentimiento ‘cotidianos’ es más frecuente, pues si bien los niños afrontan hechos o acontecimientos que causan tristeza y molestia, sucede que la niñez es una etapa de aprendizajes y desarrollos físicos, mentales, espirituales y sociales, particularmente logrados afrontando con valentía hechos o acontecimientos conocidos o desconocidos que despiertan sensaciones y sentimientos de miedo.
Es así como, los adultos a cargo, como papás y mamás, abuelos y abuelas, tíos y tías y maestros y maestras, somos los primeros responsables de responder a la interacción y la comunicación de los niños, promover el interés de los niños por jugar y conversar, y estimular el amor de los niños por contar y compartir sus experiencias emocionales y sus emociones ‘cotidianas’, a fin que los niños encuentren en el apoyo emocional la inspiración que necesitan y desean para confrontar el miedo.
Ahora, a propósito de la reflexión “¿Por qué inspirar a los niños a confrontar el miedo?”, comprendo que, los juegos y conversaciones con niños, adultos o mascotas, son ‘los espacios de apoyo emocional’ o los ambientes de diálogo, reales e ideales, en los cuales, los niños tienen la oportunidad y la posibilidad de contar y compartir sus experiencias emocionales y sus emociones ‘cotidianas’, en búsqueda de la inspiración que necesitan y desean para confrontar el miedo.
Saludos,
Lili Marlene