¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. En el artículo anterior, hablé sobre, ¿qué otras formas de decir “te amo” solemos usar?, partiendo de dos conceptos clave, como son, el Estrés, comprendido y definido, como la reacción o la respuesta en “lo interno, lo propio y lo esencial” de nuestro cuerpo, ante un desafío o una demanda en “lo personal, lo familiar y lo social” de nuestras relaciones interpersonales, y el Amor, comprendido y definido, como energía y fuerza, buena y positiva, que se activa y se actualiza, toda vez que tomamos decisiones y actuamos armónicamente de acuerdo con aquello que naturalmente queremos, y cuando afrontamos la vida y actuamos equilibradamente de acuerdo con aquello que naturalmente necesitamos. En ese sentido, cuando hablo sobre, ¿qué otras formas de decir “te amo” solemos usar?, puedo decir que, si bien es cierto que, toda vez que tomamos decisiones con armonía y, cuando afrontamos la vida con equilibrio, de acuerdo con aquello que naturalmente queremos y necesitamos, el amor que se activa y se actualiza, es el amor propio, estoy experimentando y aprendiendo que, en la convivencia personal, familiar y social, al interior de nuestros entornos personal, familiar y social, un te amo, como aquella expresión verbal que, desde “lo interno, lo propio y lo esencial”, y en nuestras relaciones interpersonales, motiva e inspira, nuestro amor propio, y por lo mismo, motiva e inspira que, en “lo personal, lo familiar y lo social”, tomemos decisiones y afrontemos la vida, armónicamente y equilibradamente, de acuerdo con aquello que naturalmente queremos y necesitamos, se siente y se evidencia y, consecuentemente, se manifiesta y se expresa, tanto en el plano verbal, como en el plano no verbal, con otras formas de decir “te amo”, como son las manifestaciones y las expresiones no verbales, entre las cuales, podemos reconocer e identificar, los gestos y las actitudes. Y, asimismo, cuando hablo sobre, ¿qué otras formas de decir “te amo” solemos usar?, comprendo y explico que, el amor, como energía y fuerza, buena y positiva, que se activa y se actualiza, toda vez que tomamos decisiones y actuamos armónicamente de acuerdo con aquello que naturalmente queremos, y cuando afrontamos la vida y actuamos equilibradamente de acuerdo con aquello que naturalmente necesitamos, se siente y se evidencia y, consecuentemente, se manifiesta y se expresa, tanto en el plano verbal, como en el plano no verbal, con otras formas de decir “te amo”, como son las manifestaciones y las expresiones no verbales, entre las cuales, podemos reconocer e identificar, los gestos y las actitudes, con lo cual, logro comprender y explicar que, el amor, como energía y fuerza, buena y positiva, tiene manifestaciones y expresiones conscientes, como un te amo y, manifestaciones y expresiones no necesariamente conscientes, como suelen ser los gestos y las actitudes.
En el artículo actual, entonces, voy a hablar sobre, ¿cuál es el secreto de “un jardín”?, partiendo de dos conceptos claves, como son, el Jardín, comprendido y definido, como un espacio de un terreno, esencialmente destinado a el cultivo de las plantas, que pueden estar sembradas en la tierra del suelo, y el Cultivar, comprendida y definida, como la acción de dar a la tierra del suelo y a las plantas, todas y cada una de las labores de crianza necesarias y beneficiosas, para que, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, cada una de las plantas, naturalmente sembradas en la tierra del suelo, logre fructificar o madurar, florecer y crear, pues si bien es cierto que, regularmente solemos imaginar y crear, un jardín, como un espacio de un terreno, en el cual, las plantas, necesariamente están sembradas en la tierra del suelo, estoy experimentando y aprendiendo que, un jardín, como un espacio de un terreno, esencialmente destinado a el cultivo de las plantas, puede ser imaginado y creado, con las plantas, naturalmente sembradas en la tierra del suelo o en la tierra de las macetas, e, incluso, naturalmente sembradas en el agua.
De esta manera, cuando hablo sobre, ¿cuál es el secreto de “un jardín”?, partiendo de dos conceptos claves, como son, el Jardín, comprendido y definido, como un espacio de un terreno, esencialmente destinado a el cultivo de las plantas, que pueden estar sembradas en la tierra del suelo, y el Cultivar, comprendida y definida, como la acción de dar a la tierra del suelo y a las plantas, todas y cada una de las labores de crianza necesarias y beneficiosas, para que, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, cada una de las plantas, naturalmente sembradas en la tierra del suelo, logre fructificar o madurar, florecer y crear, comprendo y explico que, la esencia de un jardín es el cultivo de las plantas, naturalmente sembradas en la tierra del suelo o en la tierra de las macetas, e, incluso, naturalmente sembradas en el agua, con el propósito necesario y beneficioso de facilitar y favorecer el hecho que, cada una de las plantas, logren fructificar o madurar, florecer y crear, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, por obra de las labores de crianza, personal y naturalmente, organizadas, desempeñadas y ejercitadas, por el jardinero a cargo de su desarrollo, su crecimiento y su producción, individuales y grupales.
En tal sentido, experimento y aprendo que, cuando hablo sobre, ¿cuál es el secreto de “un jardín”?, comprendido y explicando que, la esencia de un jardín es el cultivo de las plantas, naturalmente sembradas en la tierra del suelo o en la tierra de las macetas, e, incluso, naturalmente sembradas en el agua, con el propósito necesario y beneficioso de facilitar y favorecer el hecho que, cada una de las plantas, logren fructificar o madurar, florecer y crear, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, por obra de las labores de crianza, personal y naturalmente, organizadas, desempeñadas y ejercitadas, por el jardinero a cargo de su desarrollo, su crecimiento y su producción, individuales y grupales, ocurre que, por propia y particular naturaleza, un jardín, tiene un secreto doble, como es que, en primer lugar, formando parte de un jardín, las plantas, tienen la oportunidad y la posibilidad de lograr fructificar o madurar, florecer y crear, de modo individual y esencialmente de modo grupal, como consecuencia natural de la coexistencia, la relación y la interacción que se da de unas plantas con otras plantas, que es propia y particular de el hecho que las plantas, que conviven en un jardín, son parte de un mismo espacio de un terreno, independientemente de la eventualidad que, las plantas, como parte de un jardín, se encuentren sembradas en la tierra del suelo o en la tierra de las macetas, e, incluso, se encuentren sembradas en el agua.
En tal sentido, también, experimento y aprendo que, cuando hablo sobre, ¿cuál es el secreto de “un jardín”?, comprendido y explicando que, la esencia de un jardín es el cultivo de las plantas, naturalmente sembradas en la tierra del suelo o en la tierra de las macetas, e, incluso, naturalmente sembradas en el agua, con el propósito necesario y beneficioso de facilitar y favorecer el hecho que, cada una de las plantas, logren fructificar o madurar, florecer y crear, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, por obra de las labores de crianza, personal y naturalmente, organizadas, desempeñadas y ejercitadas, por el jardinero a cargo de su desarrollo, su crecimiento y su producción, individuales y grupales, ocurre que, por propia y particular naturaleza, un jardín, tiene un secreto doble, como es que, en segundo lugar, formando parte de un jardín, las plantas, tienen la oportunidad y la posibilidad de lograr fructificar o madurar, florecer y crear, de modo individual y esencialmente de modo grupal, como consecuencia natural de las labores de crianza necesarias y beneficiosas, natural y personalmente, organizadas, desempeñadas y ejercitadas por un jardinero a cargo de su desarrollo, su crecimiento y su producción, que son propias y particulares de el hecho que las plantas, que conviven en un jardín, son parte de un mismo espacio de un terreno, independientemente de la eventualidad que, las plantas, como parte de un jardín, se encuentren sembradas en la tierra del suelo o en la tierra de las macetas, e, incluso, se encuentren sembradas en el agua.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en el aprendizaje y la comprensión sobre, el Jardín, comprendido y definido, como un espacio de un terreno, esencialmente destinado a el cultivo de las plantas, que pueden estar sembradas en la tierra del suelo, y el Cultivar, comprendida y definida, como la acción de dar a la tierra del suelo y a las plantas, todas y cada una de las labores de crianza necesarias y beneficiosas, para que, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, cada una de las plantas, naturalmente sembradas en la tierra del suelo, logre fructificar o madurar, florecer y crear, con la finalidad que, los niños y las niñas, con el acompañamiento adulto, comprendan y expliquen que, en su presente y a lo largo de su vida, personal, familiar y social, si bien es cierto que, regularmente suelen imaginar y crear, un jardín, como un espacio de un terreno, en el cual, las plantas, necesariamente están ubicadas en la tierra del suelo, un jardín, como un espacio de un terreno, esencialmente destinado a el cultivo de las plantas, puede ser imaginado y creado, con las plantas, naturalmente sembradas en la tierra del suelo o en la tierra de las macetas, e, incluso, naturalmente sembradas en el agua, y aprendan que, la esencia de un jardín es el cultivo de las plantas, naturalmente sembradas en la tierra del suelo o en la tierra de las macetas, e, incluso, naturalmente sembradas en el agua, con el propósito necesario y beneficioso de facilitar y favorecer el hecho que, cada una de las plantas, logren fructificar o madurar, florecer y crear, según sus propios y particulares armonías y equilibrios, por obra de las labores de crianza, personal y naturalmente, organizadas, desempeñadas y ejercitadas, por el jardinero a cargo de su desarrollo, su crecimiento y su producción, individuales y grupales.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, el significado y el sentido que tiene, un jardín, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en la imaginación y la creación de jardines, como espacios de un terreno, esencialmente, destinados a “el cultivo de plantas”, en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@scompañer@s y, los materiales de juego, pues lograr organizar, desempeñar y ejercitar labores de crianza, necesarias y beneficiosas, con plantas naturalmente sembradas en la tierra del suelo o en la tierra de las macetas, e, incluso, naturalmente sembradas en el agua, puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.