¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. En los artículos anteriores, hablé sobre, “el Día Internacional de la Mujer”, experimentando y aprendiendo que, al día de hoy, hablar de la validación de la mujer, “en lo interno, lo propio y lo esencial”, y “en lo personal, lo familiar y lo social”, es hablar de un proceso y un logro, personales y naturales, propios y particulares, de cada mujer, manifiestos y expresos, en su manejo de las emociones, su realización personal o su autorrealización y su autoimagen positiva; hablé sobre, “el Día Internacional del Sobrino/ Sobrina”, experimentando y aprendiendo que, la validación de los acuerdos y las responsabilidades, “en lo interno, lo propio y lo esencial” y “en lo personal, lo familiar y lo social”, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, es una consecuencia natural de la experiencia interpersonal de lazos afectivos, como son los sentimientos, que nacen, crecen y maduran, con el ejercicio de el amor, y por el contacto y la interacción, en el espacio y el tiempo, al interior de los entornos personales, familiares y sociales; y hablé sobre, “el Día Internacional del Tío/ Tía”, experimentando y aprendiendo que, con el ejercicio de el amor y, por el contacto y la interacción, basados en un observar, un escuchar, un conocer y un seguir con atención, confianza, compromiso y convicción, en el espacio y el tiempo, y al interior de los entornos personales, familiares y sociales, es oportuno y posible que, en la relación personal y natural de tíos o tías con nuestros sobrinos o sobrinas, experimentemos lazos afectivos y logremos vínculos o uniones emocionales, sentidos y evidenciados, como amistad, manifiestos y expresos, en el hecho mismo de poder expresar, mutuamente, nuestros puntos de vista y nuestra solidaridad. En ese sentido, cuando hablo sobre, “el Día Internacional de la Mujer”, comprendo y explico que, para hablar de la validación de la mujer, como un proceso y un logro, personales y naturales, propios y particulares, de cada mujer, manifiestos y expresos, en su manejo de las emociones, su realización personal o su autorrealización y su autoimagen positiva, es necesario e importante que, independientemente de su género y su edad, concibamos, validemos y apreciemos, a cada ser humano, de nuestro entorno personal, familiar y social, como una persona y el personaje principal de su propia y su particular historia personal, dotado con la capacidad y la habilidad de descubrir su misión y conocer su visión, personales, familiares y sociales; cuando hablo sobre, “el Día Internacional del Sobrino/ Sobrina”, comprendo y explico que, para que se dé la validación de los acuerdos y las responsabilidades, entre el sobrino o la sobrina, y el tío o la tía, como una consecuencia natural de la experiencia interpersonal de lazos afectivos, como son los sentimientos, que nacen, crecen y maduran, con el ejercicio de el amor, y por el contacto y la interacción, en el espacio y el tiempo, es necesario e importante que, con voluntad e iniciativa mutuas, como sobrinos o sobrinas y como tíos o tías, en contacto e interacción, personales y naturales, construyamos y creemos lazos de amistad intergeneracionales, basados en un observar con atención, un escuchar con confianza, un conocer con compromiso y un seguir con convicción; y cuando hablo sobre, “el Día Internacional del Tío/ Tía”, comprendo y explico que, para hacer oportuno y posible que, en la relación personal y natural de tíos o tías con nuestros sobrinos o sobrinas, experimentemos lazos afectivos y logremos vínculos o uniones emocionales, sentidos y evidenciados, como amistad, y, manifiestos y expresos, en el hecho mismo de poder expresar, mutuamente, nuestros puntos de vista y nuestra solidaridad, es necesario e importante que, mutuamente, vivenciemos y experimentemos, el manejo de las emociones, la realización personal o la autorrealización y la autoimagen positiva.
En el artículo actual, entonces, voy a hablar sobre, Reflexión I: Amor es, mucho más que sólo cuatro letras, explicando la relación entre, el significado de “el amor” o la definición de el amor como la energía, personal y natural, que estimula nuestra necesidad espiritual de encuentro y unión, personales, emocionales y afectivos, y el sentido de “el amor” o la comprensión de el amor como el talento, personal y natural, que motiva nuestro interés emocional por el bien y el bienestar, personales, familiares y sociales, pues si bien es cierto que, por experiencia y aprendizaje socio – culturales, se tiende y se suele, conceptualizar y percibir el amor, como la sensación, la emoción y el sentimiento, personales y naturales, que crece, madura y desarrolla, por la existencia de un vínculo de afecto, construido y creado, en la experiencia de validar y apreciar a otro ser, estoy experimentando y aprendiendo que, el amor, como sensación, emoción y sentimiento, personales y naturales, crece, madura y desarrolla, por sí mismo, como energía y talento, personales y naturales, toda vez que, en nuestros contactos e interacciones, personales, emocionales y afectivos, al interior de nuestros entornos, personales, familiares y sociales, sentimos y evidenciamos, su fuerza y su fortaleza, como: acción, motivación, oportunidad y respuestas.
De esta manera, cuando hablo sobre, Reflexión I: Amor es, mucho más que sólo cuatro letras, explicando la relación entre, el significado de “el amor” o la definición de el amor como la energía, personal y natural, que estimula nuestra necesidad espiritual de encuentro y unión, personales, emocionales y afectivos, y el sentido de “el amor” o la comprensión de el amor como el talento, personal y natural, que motiva nuestro interés emocional por el bien y el bienestar, personales, familiares y sociales, comprendo y explico que, para que el amor, como sensación, emoción y sentimiento, personales y naturales, crezca, madure y desarrolle, por sí mismo, como energía y talento, personales y naturales, toda vez que, en nuestros contactos e interacciones, personales, emocionales y afectivos, al interior de nuestros entornos, personales, familiares y sociales, sentimos y evidenciamos, su fuerza y su fortaleza, como: acción, motivación, oportunidad y respuestas, es necesario e importante que, su acción, su motivación, su oportunidad y sus respuestas, se dirijan y se orienten, naturalmente, a estimular nuestra necesidad emocional de encuentro y unión, con nosotros mismos y con otros, y, a motivar nuestro interés emocional por el bien y el bienestar, de nosotros mismos y de otros.
En tal sentido, experimento y aprendo que, cuando hablo sobre, Reflexión I: Amor es, mucho más que sólo cuatro letras, comprendiendo y explicando que, para que el amor, como sensación, emoción y sentimiento, personales y naturales, crezca, madure y desarrolle, por sí mismo, como energía y talento, personales y naturales, toda vez que, en nuestros contactos e interacciones, personales, emocionales y afectivos, al interior de nuestros entornos, personales, familiares y sociales, sentimos y evidenciamos, su fuerza y su fortaleza, como: acción, motivación, oportunidad y respuestas, es necesario e importante que, su acción, su motivación, su oportunidad y sus respuestas, se dirijan y se orienten, naturalmente, a estimular nuestra necesidad emocional de encuentro y unión, con nosotros mismos y con otros, y, a motivar nuestro interés emocional por el bien y el bienestar, de nosotros mismos y de otros, es significativo y valioso que, tomemos conciencia, sobre el hecho que, la acción y la motivación, como vivencias y experiencias, personales y naturales, que desde el contacto y la interacción, dan origen a vínculos de encuentro y unión, son los componentes primarios de el amor, que van a estimular nuestra primaria y básica necesidad espiritual de amar.
En tal sentido, también, experimento y aprendo que, cuando hablo sobre, Reflexión I: Amor es, mucho más que sólo cuatro letras, comprendiendo y explicando que, para que el amor, como sensación, emoción y sentimiento, personales y naturales, crezca, madure y desarrolle, por sí mismo, como energía y talento, personales y naturales, toda vez que, en nuestros contactos e interacciones, personales, emocionales y afectivos, al interior de nuestros entornos, personales, familiares y sociales, sentimos y evidenciamos, su fuerza y su fortaleza, como: acción, motivación, oportunidad y respuestas, es necesario e importante que, su acción, su motivación, su oportunidad y sus respuestas, se dirijan y se orienten, naturalmente, a estimular nuestra necesidad emocional de encuentro y unión, con nosotros mismos y con otros, y, a motivar nuestro interés emocional por el bien y el bienestar, de nosotros mismos y de otros, es significativo y valioso que, tomemos conciencia, sobre el hecho que, la oportunidad y las respuestas, como vivencias y experiencias, personales y naturales, que desde el contacto y la interacción, dan origen a valoraciones sobre el bien y el bienestar, son los componentes primarios de el amor, que van a motivar nuestro primario y básico interés emocional de amar.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en el aprendizaje y la comprensión sobre, la relación entre, el significado de “el amor” o la definición de el amor como la energía, personal y natural, que estimula nuestra necesidad espiritual de encuentro y unión personales, emocionales y afectivos, y el sentido de “el amor” o la comprensión de el amor como el talento, personal y natural, que motiva nuestro interés emocional por el bien y el bienestar personales, familiares y sociales, con la finalidad que, los niños y las niñas, con el acompañamiento adulto, comprendan y expliquen que, en su presente y a lo largo de su vida, personal, familiar y social, el amor, como sensación, emoción y sentimiento, personales y naturales, crece, madura y desarrolla, por sí mismo, como energía y talento, personales y naturales, toda vez que, en sus contactos e interacciones, personales, emocionales y afectivos, al interior de sus entornos, personales, familiares y sociales, sienten y evidencian, su fuerza y su fortaleza, como: acción, motivación, oportunidad y respuestas, y, aprendan que, para que el amor, como sensación, emoción y sentimiento, personales y naturales, crezca, madure y desarrolle, por sí mismo, como energía y talento, personales y naturales, toda vez que, en sus contactos e interacciones, personales, emocionales y afectivos, al interior de sus entornos, personales, familiares y sociales, sientan y evidencien, su fuerza y su fortaleza, como: acción, motivación, oportunidad y respuestas, es necesario e importante que, su acción, su motivación, su oportunidad y sus respuestas, se dirijan y se orienten, naturalmente, a estimular su necesidad emocional de encuentro y unión, consigo mismos y con otros, y, a motivar su interés emocional por el bien y el bienestar, de sí mismos y de otros.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, el significado y el sentido que tiene, “el amor”, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en los cuatro componentes primarios de “el amor”: acción, motivación, oportunidad y respuestas, en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues estimular la necesidad espiritual de amar y motivar el interés emocional de amar de los niños y las niñas, puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.