¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. En los blogs anteriores, hablé sobre, “el amor” y el creer sin ver, y hablé sobre, la magia de “el creer sin ver”, comprendiendo y explicando, el creer sin ver, como el poder, interno e individual, que nos hace ser capaces de dar por hecho, entender y aceptar “lo que no vemos”, como algo concreto y real, pues si bien es cierto que, por experiencia y aprendizaje socio – culturales, se tiende y se suele, dar por hecho, entender y aceptar como algo concreto y real, solamente “lo que sí vemos”, estoy aprendiendo y comprendiendo que, todo “lo que no vemos”, como pueden ser nuestras sensaciones, nuestras emociones y nuestros sentimientos, se pueden dar por hechos, se pueden entender y se pueden aceptar, como algo concreto y real, por el creer sin ver, que como poder, interno e individual, habita en nuestro mundo interno. En ese sentido, cuando hablo sobre, “el amor” y el creer sin ver, estoy comprendiendo y explicando que, por obra de la fuerza, interna e individual, que naturalmente, resulta de el creer sin ver, motivando e inspirando, en cada uno de nosotros, y en todos nosotros, la capacidad de asimilar, como algo concreto y real, lo que vivenciamos y lo que experimentamos, a niveles espiritual y emocional, es oportuno y es posible que logremos la comprensión, la regulación y el manejo, personales y naturales, de las sensaciones, las emociones y los sentimientos, que eventualmente vivenciamos y experimentamos, como pueden ser miedo, valentía, tristeza, felicidad, molestia y agrado. Y, asimismo, cuando hablo sobre, la magia de “el creer sin ver”, estoy aprendiendo y comprendiendo que, la magia de “el creer sin ver”, que facilita, favorece y promueve, en los niños y las niñas, modos de control y respuesta, ante sus miedos, sus tristezas y sus molestias, está en la combinación de la imaginación y la creatividad, como superpoderes, internos e individuales.
En el blog actual, entonces, voy a hablar sobre, ”el amor propio” y el superpoder de la imaginación, explicando la relación entre, “el amor propio”, comprendido como la energía buena y positiva, que habita en nuestro espacio espiritual y emocional interno, y que se dirige hacia nosotros mismos, activando y actualizando, nuestros ser y poder, internos e individuales, manifiestos y expresos, en emociones, sentimientos, reflexiones, pensamientos, opiniones, ideas, planes y objetivos, personales, familiares y sociales, y el superpoder de la imaginación, como capacidad de representar mentalmente las acciones beneficiosas, “en lo interno, lo propio y lo esencial”, que hacen que los niños y las niñas visualicen, el cómo pueden controlarse, ante las vivencias y las experiencias, que producen malestar, personal, emocional y afectivo, logrando comprender, regular y manejar, de modo personal y natural, las sensaciones, las emociones y los sentimientos, que producen malestar y descontrol personales, emocionales y afectivos, como naturalmente suelen producir el miedo, la tristeza y la molestia, pues si bien es cierto que, por experiencia y aprendizaje socio – culturales, se tiende y se suele, reconocer e identificar, la participación de el ambiente, como espacio espiritual y emocional externo, que activa y actualiza, acciones y soluciones beneficiosas, en los niños y las niñas, facilitando, favoreciendo y promoviendo, controles y respuestas, buenos y positivos, dirigidos y orientados a afrontar el malestar personal, emocional y afectivo, estoy aprendiendo y comprendiendo que, niños y niñas, desarrollan y progresan naturalmente en la imaginación, como un superpoder, en correspondencia con la vivencia y la experiencia de “el amor propio”, como energía, buena y positiva, que sale de sí mismos y regresa hacia sí mismos, de modo personal y natural.
De esta manera, cuando hablo sobre, ”el amor propio” y el superpoder de la imaginación, explicando la relación entre, “el amor propio”, comprendido como la energía buena y positiva, que habita en nuestro espacio espiritual y emocional interno, y que se dirige hacia nosotros mismos, activando y actualizando, nuestros ser y poder, internos e individuales, manifiestos y expresos, en emociones, sentimientos, reflexiones, pensamientos, opiniones, ideas, planes y objetivos, personales, familiares y sociales, y el superpoder de la imaginación, como capacidad de representar mentalmente las acciones beneficiosas, “en lo interno, lo propio y lo esencial”, que hacen que los niños y las niñas visualicen, el cómo pueden controlarse, ante las vivencias y las experiencias, que producen malestar, personal, emocional y afectivo, logrando comprender, regular y manejar, de modo personal y natural, las sensaciones, las emociones y los sentimientos, que producen malestar y descontrol personales, emocionales y afectivos, como naturalmente suelen producir, en los niños y las niñas, el miedo, la tristeza y la molestia, estoy comprendiendo y explicando que, los niños y las niñas, desarrollan y progresan naturalmente en la imaginación, como un superpoder, interno e individual, cuando vivencian y experimentan “el amor propio”, como energía, buena y positiva, que sale de sí mismos y regresa hacia sí mismos, de modo personal y natural, logrando accionar, controlarse, solucionar y responder, conforme necesitan y demanda su entorno, toda vez que, sienten malestar y evidencian descontrol, personal, emocional y afectivo.
En tal sentido, experimento y aprendo que, cuando hablo sobre, “el amor propio” y el superpoder de la imaginación, comprendiendo y explicando que, los niños y las niñas, desarrollan y progresan naturalmente en la imaginación, como un superpoder, interno e individual, cuando vivencian y experimentan “el amor propio”, como energía, buena y positiva, que sale de sí mismos y regresa hacia sí mismos, de modo personal y natural, logrando accionar, controlarse, solucionar y responder, conforme necesitan y demanda su entorno, toda vez que, sienten malestar y evidencian descontrol, personal, emocional y afectivo, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos que, la imaginación, como capacidad de representar mentalmente las acciones beneficiosas, “en lo interno, lo propio y lo esencial”, que hacen que los niños y las niñas visualicen, cómo pueden controlarse, ante vivencias y experiencias, que producen malestar, personal, emocional y afectivo, sólo es oportuna y posible, cuando reconocen, expresan y comunican, “el amor”, que sale de sí mismos y regresa hacia sí mismos, como acciones, personales, emocionales y afectivas, que facilitan la comprensión y la regulación de el bienestar, luego de afrontar naturalmente sus miedos, sus tristezas y sus molestias, sintiendo y evidenciando, sus “yo soy” y “yo puedo”.
En tal sentido, también, experimento y aprendo que, cuando hablo sobre, “el amor propio” y el superpoder de la imaginación, comprendiendo y explicando que, los niños y las niñas, desarrollan y progresan naturalmente en la imaginación, como un superpoder, interno e individual, cuando vivencian y experimentan “el amor propio”, como energía, buena y positiva, que sale de sí mismos y regresa hacia sí mismos, de modo personal y natural, logrando accionar, controlarse, solucionar y responder, conforme necesitan y demanda su entorno, toda que vez, sienten malestar y evidencian descontrol, personal, emocional y afectivo, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos que, la imaginación, como capacidad de representar mentalmente las acciones beneficiosas, “en lo interno, lo propio y lo esencial”, que hacen que los niños y las niñas visualicen, cómo pueden controlarse, ante vivencias y experiencias, que producen malestar, personal, emocional y afectivo, sólo es oportuna y posible, cuando reconocen, expresan y comunican, “el amor”, que sale de sí mismos y regresa hacia sí mismos, como controles, personales, emocionales y afectivos, que facilitan el manejo y el mantenimiento de el bienestar, luego de afrontar naturalmente sus miedos, sus tristezas y sus molestias, sintiendo y evidenciando, sus “yo soy” y “yo puedo”.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en el aprendizaje y la comprensión sobre, “el amor propio”, como la energía buena y positiva, que habita en su espacio espiritual y emocional interno, y se dirige hacia sí mismos, activando y actualizando, sus ser y poder, internos e individuales, manifiestos y expresos, en emociones, sentimientos, reflexiones, pensamientos, opiniones, ideas, planes y objetivos, personales, familiares y sociales, y el creer sin ver, como el poder, interno e individual, que los hacer ser capaces de dar por hecho, entender y aceptar, “lo que no ven”, como algo concreto y real, con la finalidad que, los niños y las niñas, comprendan y expliquen que, la imaginación, como capacidad de representar mentalmente las acciones beneficiosas, “en lo interno, lo propio y lo esencial”, que hacen que los niños y las niñas visualicen, cómo pueden controlarse, ante vivencias y experiencias, que producen malestar, personal, emocional y afectivo, sólo es oportuna y posible, cuando reconocen, expresan y comunican, “el amor”, que sale de sí mismos y regresa hacia sí mismos, como acciones y controles, personales, emocionales y afectivos, que facilitan la comprensión, la regulación, el manejo y el mantenimiento de el bienestar, luego de afrontar naturalmente sus miedos, sus tristezas y sus molestias, sintiendo y evidenciando, sus “yo soy” y “yo puedo”.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, el significado y el sentido que tiene, ”el amor propio”, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en la imaginación, en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues lograr accionar y controlar su malestar, personal, emocional y afectivo, puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.
