¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. En los blogs anteriores, hablé sobre, ¡Todos somos originales y autónomos!!!, explicando la relación entre, el Corazón y la mochila emocional, comprendida y definida, como el bolso, personal y natural, equipado con correas, contenido de nuestras experiencias, nuestros aprendizajes y nuestras emociones, que responsablemente carga nuestro corazón, en el día a día. Y, hablé sobre, ¡Todos somos amados!!!, explicando la relación entre, el Corazón y el hilo rojo, comprendido y definido, como el hilo conductor, emocionalmente, vinculado y relacionado, con «el destino y el amor» y, físicamente, vinculado y relacionado, con «la arteria ulnar y la sangre», que conecta el Corazón con el dedo meñique de una persona, y se extiende, hasta enlazar con el dedo meñique, que conecta con el Corazón de otra persona, con quien comparte un mismo destino, de modo que, el Corazón de una persona, y el Corazón de otra persona, queden, espiritualmente, enlazados y conectados, por ambos dedos meñiques. En ese sentido, cuando hablo sobre, ¡Todos somos originales y autónomos!!!, comprendo y explico que, si bien es cierto que, por experiencia y aprendizaje socio – culturales, se tiende y se suele, vincular y relacionar, determinado grupo de características y cualidades, emocionales y físicas, como propias y particulares, de un género o de una edad, experimento y aprendo que, aunque es oportuno y es posible compartir, características y cualidades, con otras personas, de nuestro género o de nuestra edad, como personas individuales que somos, cada uno de nosotros, tenemos y mantenemos, la originalidad y la autonomía, como resultado de nuestras historias personales, emocionales y afectivas. Y, asimismo, cuando hablo sobre, ¡Todos somos amados!!!, comprendo y explico que, si bien es cierto que, por experiencia y aprendizaje socio – culturales, «el amor», como principio y fin socio – cultural, se tiende y se suele, vincular y relacionar, con la comunicación y el intercambio interpersonal de a dos, que de modo personal y natural, se siembran, se cultivan y se cosechan, en la convivencia personal y social, experimento y aprendo que, «el amor», como energía buena y positiva, es un componente interno, propio y esencial de todo lo creado, a niveles natural, artesanal, técnico e industrial, entre otros.
En el blog actual, entonces, voy a hablar sobre, el miedo a «el fracaso» y la salud, explicando la relación entre, el miedo, como una sensación, una emoción y un sentimiento, personal y natural, vinculado y relacionado, con el fracaso, concebido y definido, como la sensación y el sentimiento de pérdida, producidos por falta de logro de los objetivos y las soluciones, personales, familiares y sociales, y la salud, como un estado de equilibrio, personal y natural, a niveles emocional y físico, vinculado y relacionado, con el desarrollo de una autoestima óptima y la construcción de una autoimagen realista, pues si bien es cierto que, por experiencia y aprendizaje socio – culturales, se tiende y se suele, vincular y relacionar, la salud emocional y física, con el estado orgánico y funcional de la mente y el cuerpo, experimento y aprendo que, la salud emocional y física, como revelación de la actitud positiva hacia nosotros, y la opinión positiva sobre nosotros, se vinculan y se relacionan, con el hecho que, como personas individuales que somos, cada uno de nosotros, tenemos y mantenemos, la originalidad y la autonomía, como resultado de nuestras historias personales, emocionales y afectivas.
De esta manera, cuando hablo sobre, el miedo a «el fracaso» y la salud, explicando la relación entre, el miedo, como una sensación, una emoción y un sentimiento, personal y natural, vinculado y relacionado, con el fracaso, concebido y definido, como la sensación y el sentimiento de pérdida, producidos por falta de logro de los objetivos y las soluciones, personales, familiares y sociales, y la salud, como un estado de equilibrio, personal y natural, a niveles emocional y físico, vinculado y relacionado, con el desarrollo de una autoestima óptima y la construcción de una autoimagen realista, comprendo y explico que, nuestras historias personales, emocionales y afectivas de salud emocional y física, se vinculan y se relacionan, con el cómo logramos, los objetivos y las soluciones, personales, familiares y sociales, y se vinculan y se relacionan, con el cómo manejamos, un eventual fracaso o sensación y sentimiento de pérdida, teniendo y manteniendo, una valoración y una actitud positivas, hacia nosotros, así como, teniendo y manteniendo, una percepción y una opinión positivas, sobre nosotros, incluidas nuestras características y cualidades, personales, emocionales y afectivas.
En tal sentido, estoy aprendiendo y comprendiendo que, cuando se habla sobre, el miedo a «el fracaso» y la salud, es necesario y es importante que, reconozcamos e identifiquemos que, de acuerdo con la percepción y la idea de la salud emocional y física, vinculadas y relacionadas, con el cómo logramos, los objetivos y las soluciones, personales, familiares y sociales, y vinculadas y relacionadas, con el cómo manejamos, un eventual fracaso o sensación y sentimiento de pérdida, teniendo y manteniendo, una valoración y una actitud positivas, hacia nosotros, así como, teniendo y manteniendo, una percepción y una opinión positivas, sobre nosotros, incluidas nuestras características y cualidades, personales, emocionales y afectivas, podemos comprender y explicar que, la comprensión, la regulación y el manejo, valientes y saludables, de un eventual fracaso, personal y natural, en el logro de objetivos y soluciones, personales, familiares y sociales, es oportuno y es posible, cuando aprendemos que, como personas individuales que somos, necesitamos tomar conciencia sobre el hecho que, como seres humanos podemos cometer errores, vinculados y relacionados, con nuestra condición interna, propia y esencial de originalidad, comprendida y definida, como la capacidad y la habilidad personal y natural de pensar, decir y hacer «algo», por uno mismo y de manera especial y valiosa, siempre reconociendo, expresando y comunicando «lo interno, lo propio y lo esencial», como un aporte de singularidad y estilo personal, motivado e inspirado, en nosotros, por los hechos, los conocimientos y las habilidades, que activamos y actualizamos en nuestros contactos e interacciones.
En tal sentido, también, estoy aprendiendo y comprendiendo que, cuando se habla sobre, el miedo a «el fracaso» y la salud, es necesario y es importante que, reconozcamos e identifiquemos que, de acuerdo con la percepción y la idea de la salud emocional y física, vinculadas y relacionadas, con el cómo logramos, los objetivos y las soluciones, personales, familiares y sociales, y vinculadas y relacionadas, con el cómo manejamos, un eventual fracaso o sensación y sentimiento de pérdida, teniendo y manteniendo, una valoración y una actitud positivas, hacia nosotros, así como, teniendo y manteniendo, una percepción y una opinión positivas, sobre nosotros, incluidas nuestras características y cualidades, personales, emocionales y afectivas, podemos comprender y explicar que, la comprensión, la regulación y el manejo, valientes y saludables, de un eventual fracaso, personal y natural, en el logro de objetivos y soluciones, personales, familiares y sociales, es oportuno y es posible, cuando aprendemos que, como personas individuales que somos, necesitamos tomar conciencia sobre el hecho que, como seres humanos podemos cometer errores, vinculados y relacionados, con nuestra condición interna, propia y esencial de autonomía, comprendida y definida, como la capacidad y la habilidad personal y natural de hacer elecciones, tomar decisiones, y asumir las consecuencias de las elecciones hechas y las decisiones tomadas, por uno mismo y de manera especial y valiosa, siempre reconociendo, expresando y comunicando «lo interno, lo propio y lo esencial», como un aporte de singularidad y estilo personal, motivado e inspirado, en nosotros, por los valores, los principios, los hechos, los conocimientos, las habilidades y los recursos, que activamos y actualizamos en nuestros contactos e interacciones.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, conforme con el aprendizaje y la comprensión sobre, la percepción y la idea de la salud emocional y física, vinculadas y relacionadas, con el cómo logran, los objetivos y las soluciones, personales, familiares y sociales, y con el cómo manejan, un eventual fracaso o sensación y sentimiento de pérdida, teniendo y manteniendo, una valoración y una actitud positivas, hacia sí mismos, así como, una percepción y una opinión positivas, sobre sí mismos, incluidas sus características y cualidades, personales, emocionales y afectivas, con la finalidad que, los niños y las niñas, comprendan y expliquen que, la comprensión, la regulación y el manejo, valientes y saludables, de un eventual fracaso, personal y natural, en el logro de objetivos y soluciones, personales, familiares y sociales, es oportuno y es posible, cuando aprenden que, como personas individuales que son, necesitan tomar conciencia sobre el hecho que, como seres humanos pueden cometer errores, vinculados y relacionados, con su condición interna, propia y esencial de originalidad o capacidad y habilidad personal y natural de pensar, decir y hacer «algo», por sí mismos y de manera especial y valiosa, y con su condición interna, propia y esencial de autonomía o capacidad y habilidad personal y natural de hacer elecciones, tomar decisiones, y asumir las consecuencias de las elecciones hechas y las decisiones tomadas, por sí mismos y de manera especial y valiosa.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, el significado y el sentido que tiene, «el fracaso», en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en la comprensión, la regulación y el manejo de «el fracaso», en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues lograr autocontrolar el miedo a «el fracaso», puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.