Educación Emocional, …¨abrir «la mochila emocional», es solamente para valientes¨…

¡Hola!…¡Buenas Tardes!…¿Qué tal?. En el blog anterior, hablé sobre, el Corazón y «la mochila emocional», explicando la relación entre, el Corazón, como el órgano de nuestro cuerpo que, diariamente, se hace cargo y es responsable de equilibrar y mantener equilibrada, en el tiempo y el espacio, nuestra carga personal y natural de experiencias, aprendizajes y emociones, y, la mochila emocional, comprendida y definida, como el bolso, personal y natural, equipado con correas, contenido de nuestras experiencias, nuestros aprendizajes y nuestras emociones, que responsablemente carga nuestro corazón, en el día a día. En ese sentido, cuando hablo sobre, el Corazón y «la mochila emocional»comprendo y explico que, si bien es cierto que, por experiencia y aprendizaje socio – culturales, el contenido de la mochila emocional, como tal, se suele vincular y relacionar con nuestras experiencias, nuestros aprendizajes y nuestras emociones, esencialmente, malos o negativos, experimento y aprendo que, el contenido de la mochila emocionalpersonal y natural, de cada uno de nosotros, como personas, originales y autónomasdirectamente, se vincula y relaciona con nuestras historias personales, emocionales y afectivas, que involucran experiencias, aprendizajes y emociones, tanto malos o negativos, como buenos o positivos. Y, asimismo, aprendo y comprendo que, vinculados y relacionados, con nuestras historias personales, emocionales y afectivas, que involucran experienciasaprendizajes y emociones, tanto malos o negativos, como buenos o positivos, el logro de el equilibrio y, el mantenimiento de el equilibrio, en el tiempo y el espacio, entre las experiencias, los aprendizajes y las emociones, esencialmente, malos o negativos y, buenos o positivosdirectamente, va a depender de el modo personal, emocional y afectivo, cómo el Corazón, diariamente, va cargando, valorando y descargando, y, cómo el Corazón, en el día a día, va ordenando, disponiendo y organizando, el contenido de la mochila emocional, personal y natural, de cada uno de nosotros, como personas, originales y autónomas.

En el blog actual, entonces, voy a hablar sobre, ¨abrir «la mochila emocional», es solamente para valientes¨, explicando la relación entre, el Corazón, como el órgano de nuestro cuerpo que, diariamente, se hace cargo y es responsable de equilibrar y mantener equilibrada, en el tiempo y el espacio, nuestra carga personal y natural de experiencias, aprendizajes y emociones, y, la mochila emocional, comprendida y definida, como el bolso, personal y natural, equipado con correas, contenido de nuestras experiencias, nuestros aprendizajes y nuestras emociones, que responsablemente carga nuestro corazón, en el día a día, pues si bien es cierto que, por experiencia y aprendizaje socio – culturales, el contenido de la mochila emocional, personal y natural, como tal, se suele vincular y relacionar con la zona reservada de el mundo interior, y el entorno íntimo, de cada uno de nosotros, como personas originales y autónomas, experimento y aprendo que, comunicar e intercambiar de a dos, y de manera sana y saludable, el contenido de experiencias, aprendizajes y emociones, negativos y positivos, que nuestro corazón, va cargando, valorando y descargando, diariamente, y, va ordenando, disponiendo y organizando, en el día a día, en nuestra mochila emocional, significa y tiene el sentido, personal y natural, de contribuir en el desarrollo de nuestra fortaleza espiritual, y en el crecimiento de nuestra reserva de valentía.

De esta manera, cuando hablo sobre, ¨abrir «la mochila emocional», es solamente para valientes¨, explicando la relación entre, el Corazón, como el órgano de nuestro cuerpo que, diariamente, se hace cargo y es responsable de equilibrar y mantener equilibrada, en el tiempo y el espacio, nuestra carga personal y natural de experiencias, aprendizajes y emociones, y, la mochila emocional, comprendida y definida, como el bolso, personal y natural, equipado con correas, contenido de nuestras experiencias, nuestros aprendizajes y nuestras emociones, que responsablemente carga nuestro corazón, en el día a día, comprendo y explico que, abrir la mochila emocional, comunicando e intercambiando de a dos, y de manera sana y saludable, el contenido de experiencias, aprendizajes y emociones, negativos y positivos, que nuestro corazón, diariamente, va cargando, valorando y descargando, y, en el día a día, va ordenando, disponiendo y organizando, en nuestra mochila emocional, contribuye en el desarrollo de nuestra fortaleza espiritual, y en el crecimiento de nuestra reserva de valentía, de un doble modo, personal y natural, que se concreta y se hace realidad, en dos momentos y lugares, como son, primer momento y lugar personal, cuando somos valientes y, tomamos la decisión de abrir nuestra mochila emocional a el otro, y, segundo momento y lugar social, cuando comunicando e intercambiando de a dos, el contenido, interior e íntimo, de nuestra mochila emocional, en el contacto y la interacción con el otro, ambos, experimentamos y vivenciamos, un sentimiento compartido de valentía, enlazado con felicidad y agrado.

En tal sentido, estoy aprendiendo y comprendiendo que, cuando se habla sobre,¨abrir «la mochila emocional», es solamente para valientes¨, es necesario y es importante que, reconozcamos e identifiquemos que, de acuerdo con nuestras historias personales, emocionales y afectivas, que involucran experiencias, aprendizajes y emociones, tanto malos o negativos, como buenos o positivos, en el primer momento y lugar personal, cuando somos valientes y, tomamos la decisión de abrir nuestra mochila emocional a el otro, abrir la mochila emocional, es la experiencia y la vivencia personal, que por sí misma, contribuye en el desarrollo de nuestra fortaleza espiritual, evidenciada en la energía, la fuerza y el poder, personales, emocionales y afectivos, que manifestamos y expresamos, diariamente, por la cual, cada uno de nosotros, como personas originales y autónomas, tomamos conciencia sobre el volumen, el peso y la longitud, que atribuimos a nuestras experiencias, nuestros aprendizajes y nuestras emociones, tanto negativos, como positivos, cargados, valorados y descargados, por nuestro corazón, como contenido, interior e íntimo, de nuestra mochila emocional, personal y natural.

En tal sentido, también, estoy aprendiendo y comprendiendo que, cuando se habla sobre,¨abrir «la mochila emocional», es solamente para valientes¨, es necesario y es importante que, reconozcamos e identifiquemos que, de acuerdo con nuestras historias personales, emocionales y afectivas, que involucran experiencias, aprendizajes y emociones, tanto malos o negativos, como buenos o positivos, en el segundo momento y lugar social, cuando comunicando e intercambiando de a dos, el contenido, interior e íntimo, de nuestra mochila emocional, en el contacto y la interacción con el otro, ambos, experimentamos y vivenciamos, un sentimiento compartido de valentía, enlazado con felicidad y agrado, es la experiencia y la vivencia social, que por sí misma, contribuye en el crecimiento de nuestra reserva de valentía, evidenciada en la energía, la fuerza y el poder, personales, emocionales y afectivos, que manifestamos y expresamos, en el día a día, por la cual, cada uno de nosotros, como personas originales y autónomas, durante la comunicación y el intercambio de a dos, con el otro, tomamos conciencia sobre el color, la forma y el tamaño, que atribuimos a nuestras experiencias, nuestros aprendizajes y nuestras emociones, tanto negativos, como positivos, ordenados, dispuestos y organizados, por nuestro corazón, como contenido, interior e íntimo, de nuestra mochila emocional, personal y natural.

Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, según el aprendizaje y la comprensión sobre, la experiencia y la vivencia, personal y social de abrir su mochila emocional, personal y natural, como una experiencia y una vivencia, personal y social, solamente para valientes, que involucra dos momentos y lugares, que contribuyen en el desarrollo de su fortaleza espiritual, y en el crecimiento de su reserva de valentía, por los cuales, primero, niños y niñas, toman conciencia sobre volumen, peso y longitud, que atribuyen a sus experiencias, sus aprendizajes y sus emociones, tanto negativos, como positivos, y, segundo, niños y niñas, toman conciencia sobre color, forma y tamaño, que atribuyen a sus experiencias, sus aprendizajes y sus emociones, tanto negativos, como positivos, que son cargados, valorados y descargados, diariamente, y, que son ordenados, dispuestos y organizados, en el día a día, por sus corazones, como contenido, interior e íntimo, de sus mochilas emocionales, personales y naturales.

Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, el significado y el sentido que tiene, la mochila emocional, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues lograr conocer y manejar las emociones, puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.