¡Hola!…¡Buenos Días!…¿Qué tal?. En los blogs anteriores, hablé sobre, el insomnio y su significado emocional, y, hablé sobre, la lumbalgia y su significado emocional, explicando que, si bien es cierto que, el insomnio, como un desorden del sueño, y, la lumbalgia, como una tensión muscular en la espalda baja, tienen un origen multifactorial, sucede que, el estrés y sus síntomas emocionales, como pueden ser, el miedo y la tristeza, enlazados con la angustia, la desconfianza y la culpa, son el primer y el principal, factor que origina el insomnio, y la lumbalgia, con lo cual, aprendo y comprendo que, miedo y tristeza, enlazados con angustia, desconfianza y culpa, como síntomas emocionales de el estrés, causan el insomnio, y la lumbalgia. En ese sentido, cuando hablo sobre, el insomnio, y la lumbalgia, comprendo y explico que, miedo y tristeza, enlazados con angustia, desconfianza y culpa, activan la segregación de dos hormonas, como son la adrenalina – que participa en el estado de vigilia y alerta, y, el cortisol – que participa en la reacción de lucha y huida, causando el insomnio, como la respuesta del cuerpo, que necesita mantenerse despierto, y, causando la lumbalgia, como la respuesta del cuerpo, que necesita mantenerse reposado, para estar en vigilia y alerta, luchar y huir, y protegerse de «una situación de peligro», evidenciada y advertida, por las emociones de miedo y tristeza, enlazadas con los sentimientos de angustia, desconfianza y culpa. Y, asimismo, cuando hablo sobre, el insomnio, y la lumbalgia, aprendo y comprendo que, las acciones de atención y cuidado, personales, emocionales y afectivas integrales, de la persona con insomnio, y de la persona con lumbalgia, naturalmente, deben estar orientadas y dirigidas, hacia la comprensión y la regulación de sus emociones de miedo y tristeza, normalmente, enlazadas con sus sentimientos de angustia, desconfianza y culpa.
En el blog actual, entonces, voy a hablar sobre, el Corazón y «la mochila emocional», explicando la relación entre, el Corazón, como el órgano de nuestro cuerpo que, diariamente, se hace cargo y es responsable de equilibrar y mantener equilibrada, en el tiempo y el espacio, nuestra carga personal y natural de experiencias, aprendizajes y emociones, y, la mochila emocional, comprendida y definida, como el bolso, personal y natural, equipado con correas, contenido de nuestras experiencias, nuestros aprendizajes y nuestras emociones, que responsablemente carga nuestro corazón, en el día a día, pues si bien es cierto que, por experiencia y aprendizaje socio – culturales, el contenido de la mochila emocional, como tal, se suele vincular y relacionar con nuestras experiencias, nuestros aprendizajes y nuestras emociones, esencialmente, malos o negativos, experimento y aprendo que, el contenido de la mochila emocional, personal y natural, de cada uno de nosotros, como personas, originales y autónomas, directamente, se vincula y relaciona con nuestras historias personales, emocionales y afectivas, que involucran experiencias, aprendizajes y emociones, tanto malos o negativos, como buenos o positivos.
De esta manera, cuando hablo sobre, el Corazón y «la mochila emocional», explicando la relación entre el Corazón, como el órgano de nuestro cuerpo que, diariamente, se hace cargo y es responsable de equilibrar y mantener equilibrada, en el tiempo y el espacio, nuestra carga personal y natural de experiencias, aprendizajes y emociones, y, la mochila emocional, comprendida y definida, como el bolso, personal y natural, equipado con correas, contenido de nuestras experiencias, nuestros aprendizajes y nuestras emociones, que responsablemente carga nuestro corazón, en el día a día, comprendo y explico que, vinculados y relacionados, con nuestras historias personales, emocionales y afectivas, que involucran experiencias, aprendizajes y emociones, tanto malos o negativos, como buenos o positivos, el logro de el equilibrio y, el mantenimiento de el equilibrio, en el tiempo y el espacio, entre las experiencias, los aprendizajes y las emociones, esencialmente, malos o negativos y, las experiencias, los aprendizajes y las emociones, esencialmente, buenos o positivos, directamente, va a depender de el modo personal, emocional y afectivo, cómo el Corazón, diariamente, va cargando, valorando y descargando y, cómo el Corazón, en el día a día, va ordenando, disponiendo y organizando, el contenido de la mochila emocional, personal y natural, de cada uno de nosotros, como personas, originales y autónomas.
En tal sentido, estoy aprendiendo y comprendiendo que, cuando se habla sobre, el Corazón y «la mochila emocional», es necesario y es importante que, reconozcamos e identifiquemos que, de acuerdo con nuestras historias personales, emocionales y afectivas, que involucran experiencias, aprendizajes y emociones, tanto malos o negativos, como buenos o positivos, el modo personal, emocional y afectivo, cómo el Corazón, como órgano de nuestro cuerpo que, se hace cargo y es responsable de equilibrar y mantener equilibrada, en el tiempo y el espacio, nuestra carga personal y natural de experiencias, aprendizajes y emociones, va cargando, valorando y descargando, diariamente, el contenido de la mochila emocional, personal y natural, de cada uno de nosotros, como personas, originales y autónomas, corresponde y se relaciona, con el volumen, el peso y la longitud, que atribuimos a las experiencias, los aprendizajes y las emociones, que recordamos y conservamos, en la mochila emocional, comprendida y definida, como el bolso, personal y natural, equipado con correas, contenido de nuestras experiencias, nuestros aprendizajes y nuestras emociones.
En tal sentido, también, estoy aprendiendo y comprendiendo que, cuando se habla sobre, el Corazón y «la mochila emocional», es necesario y es importante que, reconozcamos e identifiquemos que, de acuerdo con nuestras historias personales, emocionales y afectivas, que involucran experiencias, aprendizajes y emociones, tanto malos o negativos, como buenos o positivos, el modo personal, emocional y afectivo, cómo el Corazón, como órgano de nuestro cuerpo que, se hace cargo y es responsable de equilibrar y mantener equilibrada, en el tiempo y el espacio, nuestra carga personal y natural de experiencias, aprendizajes y emociones, va ordenando, disponiendo y organizando, en el día a día, el contenido de la mochila emocional, personal y natural, de cada uno de nosotros, como personas, originales y autónomas, corresponde y se relaciona, con el color, la forma y el tamaño, que atribuimos a las experiencias, los aprendizajes y las emociones, que recordamos y conservamos, en la mochila emocional, comprendida y definida, como el bolso, personal y natural, equipado con correas, contenido de nuestras experiencias, nuestros aprendizajes y nuestras emociones.
Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde una toma de conciencia, sobre su realidad, personal, familiar y social, incluidos, los retos, los cambios y los logros, con el propósito de corregir, resolver, e, incluso, mejorar, un comportamiento y, una eventual actitud, como consecuencia de una adaptación a su realidad, personal, familiar y social, vivenciada y experimentada, con agrado, gusto y placer, en la cual, niños y niñas, vivencian y experimentan, una activación y una actualización, de sus sentimientos de valentía y felicidad, y amor por un@ mism@ y, por l@s demás, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, según el aprendizaje y la comprensión sobre, sus historias personales, emocionales y afectivas, que involucran experiencias, aprendizajes y emociones, tanto malos o negativos, como buenos o positivos, como el proyecto de su vida, que construyen y crean, de manera personal, emocional y afectiva, toda vez y cada vez que, diariamente, van cargando, valorando y descargando y, en el día a día, van ordenando, disponiendo y organizando, sus experiencias, sus aprendizajes y sus emociones, de acuerdo con su significado emocional, malo o negativo, y, de acuerdo con su significado emocional, bueno o positivo, así como, según volumen, peso y longitud, y, según color, forma y tamaño, que cada uno de los niños y las niñas, como las personas originales y autónomas que son, les atribuyen a cada una de sus experiencias, sus aprendizajes y sus emociones, cuando se encuentran, contactando e interactuando, consigo mismos, y con otros.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, el significado y el sentido que tienen, las emociones, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en el conocimiento y el manejo de las emociones, en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues lograr y mantener el equilibrio emocional, puede ser muy positivo y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.