Educación Emocional, …inteligencia emocional y agrado…

¡Hola!…¡Buenas Tardes!…¿Qué tal?. En los blogs anteriores, hablamos de la relación que, encontramos y explicamos, entre dos logros, personales, emocionales y afectivos, como son, el auto – concepto y la auto – estima, y las correspondientes, sensaciones, emociones y sentimientos, vinculadas con el auto – concepto y la auto – estima, como pueden ser, la valentía y la felicidad, cada una, con sus propios y sus particulares, sentido y significado. En ese sentido, cuando hablamos de, auto – concepto, explicamos el auto – concepto, como la idea y la imagen que, construimos sobre nosotr@s mism@s y nuestros entornos, personal, familiar y social, mientras que, cuando hablamos de, auto – estima, explicamos la auto – estima, como la percepción y la valoración que, desarrollamos sobre nosotr@s mism@s y nuestros entornos, personal, familiar y social. Y, cuando hablamos de las emociones, explicamos, la valentía, como la sensación de tranquilidad y seguridad, y la felicidad, como la sensación de gozo que, eventualmente, vivenciamos y experimentamos, y que, naturalmente, estimulan e impulsan, nuestra salida de la zona segura o la zona conocida, para reaccionar y responder, a nuestras vivencias y experiencias, vinculadas con, nuestras emociones de miedo y de tristeza. En el blog actual, entonces, vamos a hablar de la relación entre, inteligencia emocional y agrado, comprendiendo inteligencia emocional, como la habilidad, que heredamos, o, que aprendemos, para comprender y regular, las sensaciones, las emociones, y los sentimientos, en nosotr@s mism@s y en otr@s, con el fin de manejarlos y usarlos, en bien de nosotr@s, y por el bienestar de otr@s.

De esta manera, cuando hablamos de, inteligencia emocional y agrado, estamos hablando que, para vivenciar y experimentar, el agrado o la sensación de gusto, que alerta a nuestros espíritu y mente, para actuar en forma positiva o favorable, ante nosotr@s mism@s y, nuestros entornos, personal, familiar y social, por la percepción de placer, emocional o físico, que nos estimula y nos impulsa, con el cual, logramos salir de nuestra zona segura o nuestra zona conocida, para poder tomar decisiones, que facilitan, favorecen y promueven nuestra adaptación a la realidad, como una vivencia o una experiencia que, por su naturaleza, puede activar y actualizar, la sensación, la emoción y el sentimiento de molestia, es necesario e importante que, desarrollemos la inteligencia emocional, heredada o aprendida, como una habilidad, que una vez desarrollada, puede revelarse como, un recurso o un medio, con el cual, en forma natural, espontánea e innata, podemos tomar conciencia sobre, aquellas vivencias y experiencias personales, emocionales y afectivas que, eventualmente, podrían estar causando y originando, desequilibrios en el espíritu y la mente, tanto de nosotr@s mism@s, como de otr@s

Es así que, cuando hablamos de beneficios, en los niños y las niñas, que resultan de, una inteligencia emocional, o, una toma de conciencia, como una habilidad, heredada o aprendida, que logran desde el desarrollo y el progreso de las capacidades y las habilidades emocionales de, autoconocimiento, autorregulación, empatía y motivación, al interior de sus entornos personal, familiar y social, en los cuales, con el trabajo sobre sus características, sus cualidades, sus fortalezas, sus debilidades, sus virtudes y sus defectos, se da el tránsito de la timidez y el nerviosismo, a la sensación de placer, como manifestación y expresión de agrado, estamos hablando que, una inteligencia emocional positiva, o, una toma de conciencia positivas, vivenciadas y experimentadas, como una propia y una particular apreciación de sí mism@s y, de sus entornos personal, familiar y social, que conduce a la creación de una especie de Yo – interno, con su propia y su particular voz, idealmente, pueden facilitar, favorecer y promover, en las niñas y los niños, un equilibrio positivo, de su espíritu y su mente, y de sus entornos, primaria y básicamente, compuestos por, ambientes, personas, objetos, animales y plantas.

Asimismo, cuando hablamos de beneficios, en los niños y las niñas, que resultan de, un desarrollo de una inteligencia emocional, como una toma de conciencia, de sí mism@s y sus entornos, a partir del desarrollo y el progreso de las capacidades y las habilidades emocionales de autoconocimiento, autorregulación, empatía y motivación, positivos y favorables, al interior de sus entornos personal, familiar y social, en los cuales, se vivencie y se experimente agrado, proyectado en un estado de ánimo de gusto, natural, espontáneo e innato, estamos hablando que, en un intercambio personal, con niños y niñas, un uso de la conversación, incluidos el diálogo y la meditación, en los cuales, se pone atención, interés y concentración en los mensajes de molestia ante la realidad, de un niño o una niña, puede facilitar, favorecer y promover, en los niños y las niñas, logros, necesarios e importantes, como pueden ser, reconocer e identificar, características, cualidades, fortalezas, debilidades, virtudes y defectos, que activen y actualicen su disponibilidad, para afrontar su molestia, de modo que, cada niña o niño, pueda lograr, sus eventuales objetivos, personales, familiares y sociales.

Así pues, cuando hablamos de, una atención, un interés y una concentración en los mensajes de molestia ante la realidad, de un niño o una niña, mediante el intercambio personal, poniendo en práctica y ejercitando una conversación, incluidos el diálogo y la meditación, naturales, espontáneos e innatos, es necesario e importante que, hablemos de la energía y la fuerza, positivas o favorables, con las cuales, niños y niñas, idealmente, logren expresar, las sensaciones, las emociones y los sentimientos, vinculados con su molestia, ante la realidad, comunicados y transmitidos, en contacto e interacción, con los adultos responsables a cargo, como en el caso de María José, Rodo y Lali, conversando en El Establo Mágico, de modo que, naturalmente, puedan lograr y mantener, en el tiempo y el espacio, relaciones interpersonales, positivas o favorables, y, calidad de vida social, sana y saludable, en beneficio de sí mism@s y otr@s, al interior de los grupos de juego.

Es así como, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde un desarrollo de una inteligencia emocional, como una toma de conciencia, positiva y favorable, de sí mism@s y sus entornos, personal, familiar y social, contenidos de sus características, sus cualidades, sus fortalezas, sus debilidades, sus virtudes y sus defectos, que conduce a la creación de una especie de Yo – interno, con su propia y su particular voz, con energía y fuerza, positivas o favorables, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en el desarrollo y el progreso de la práctica y el ejercicio de: contactar visualmente con quien nos habla, sonreír con quien nos habla, asentir mientras habla nuestro interlocutor, elegir un lugar tranquilo y seguro, adoptar una postura corporal receptiva, centrar la percepción en la respiración, auto – controlarse y auto – observarse, aceptar y respetar los mensajes internos, reforzar el discurso del hablante con alguna palabra o frase positiva que valide su mensaje, hacer preguntas relevantes para aclarar la información que recibimos, resumir lo que comunica el hablante y, hacer ver a nuestro interlocutor que entendemos sus sentimientos, por ejemplo, de modo que, niñas y niños, naturalmente, logren reconocer, expresar y comunicar sus sensaciones, sus emociones, sus sentimientos y, sus pensamientos, vinculados con su molestia, ante la realidad, así como, logren reconocer e identificar el cómo experimentan, manejan y usan, su agrado, como un estado de ánimo de gusto, ante la realidad, en relación con sus eventuales objetivos, personales, familiares y sociales.

Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, la necesidad y la importancia que tiene, una inteligencia emocional positiva, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en la inteligencia emocional positiva en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, pues, la toma de conciencia positiva, de sí y otr@s, puede ser muy positiva y favorable, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en los grupos de juego.