¡Buenos Días!…¿Qué tal?…¿Cómo están?. En los blogs anteriores, hemos hablado, sobre gestión de emociones en las niñas y los niños y, sobre regulación de emociones en las niñas y los niños, resultando que, si bien la energía y la fuerza, con las cuales, se manifiestan y se expresan las emociones, en las niñas y los niños, naturalmente, suele estar en el mismo nivel de intensidad, la diferencia entre las niñas y los niños, se concreta en los recursos y los medios, con los cuales, las niñas y los niños, naturalmente, manejan y usan sus emociones, como las palabras, en el caso de las niñas, y, como los silencios, en el caso de los niños. En ese sentido, podemos explicar que, el uso de palabras que describen sensaciones, emociones y sentimientos positivos o favorables, suele ser indicador de un mayor bienestar emocional y físico, mientras que, el uso de palabras que describen sensaciones, emociones y sentimientos negativos o desfavorables, suele ser indicador de un menor bienestar emocional y físico, pues, según leo e investigo, existe un vínculo, directo y concreto, entre las palabras o el vocabulario, que estamos utilizando, las emociones, que estamos viviendo y, el bienestar, que estamos experimentando.
Hablando de, las emociones y el uso de las palabras, como recursos o medios de comunicación asertiva, para manejar y usar nuestras emociones, en relación con nuestros eventuales objetivos, podemos explicar que, los seres humanos, en general, y, las niñas o las mujeres, en particular, por nuestras propias experiencias emocionales, y, por propia naturaleza, solemos vivenciar y experimentar, la necesidad de diálogo o intercambio verbal, oral o escrito, por el cual, compartimos ideas y afectos, haciendo uso de las palabras, que suelen facilitar y favorecer, la comprensión y la regulación de, sensaciones, emociones y sentimientos, y, que suelen estar naturalmente acompañadas de gestos y movimientos corporales.
Hablando de, el diálogo o el intercambio verbal, oral o escrito, por el cual, compartimos ideas y afectos, haciendo uso de las palabras, cabe señalar que, el diálogo, facilita, favorece y promueve, la gestión de emociones en uno mismo y los otros, el conocimiento y la comprensión de uno mismo y los otros, el reconocimiento, la identificación y la integración de los propios puntos de vista y los puntos de vista de otros, la elaboración de normas en grupo y, el desarrollo de proyectos en equipo, con lo cual, logramos mejoras en nuestras relaciones interpersonales y en nuestra calidad de vida social, por lo mismo que, mediante el diálogo, solemos gestionar eventuales dificultades, complicaciones o conflictos, a nivel de grupo y equipo.
Así pues, cuando hablamos de, diálogo o intercambio verbal, oral o escrito, para la gestión de emociones en uno mismo y los otros, al igual que, cuando hablamos de hacer uso de las palabras positivas o favorables, para manejar y usar nuestras emociones, en relación con nuestros objetivos, es necesario e importante que, hablemos de la energía y la fuerza positivas o favorables, con las cuales, idealmente, debemos lograr contener nuestros diálogos o intercambios verbales, orales o escritos, de modo que, naturalmente, podamos lograr y mantener, en el tiempo y el espacio, relaciones interpersonales, positivas o favorables, y, calidad de vida social, sana y saludable, en beneficio de nosotros y los otros, al interior del grupo y el equipo.
Es así como, cuando hablamos de lograr contener nuestros diálogos o intercambios verbales, orales o escritos, con energía y fuerza positivas o favorables, estamos hablando de diálogos positivos o favorables, en los cuales, se ponen en práctica y se ejercitan, los valores y los principios, primarios y básicos, para la comunicación y el intercambio interpersonal, sano y saludable, desde el manejo y el uso de nuestras emociones, en relación con nuestros objetivos, como pueden ser: el aprender a escuchar con atención e interés, el aprender a pensar antes de hablar, el aprender a cuidar el tono de voz cuando hablamos, el aprender a generar confianza, y, el aprender a organizar rutinas de diálogo en grupo y equipo.
De esta manera, cuando hablamos de la comprensión y la regulación de las emociones, en las niñas y los niños, desde el uso de las palabras, positivas o favorables, y, a partir de diálogos o intercambios verbales, orales o escritos, con energía y fuerza positivas o favorables, estamos hablando de formar, educar y acompañar a las niñas y los niños, en el desarrollo y el progreso en los valores y los principios de: escuchar con atención e interés, pensar antes de hablar, cuidar el tono de voz cuando hablan, generar confianza y organizar rutinas de diálogo en grupo y equipo, al interior de la familia y la escuela, por ejemplo, de modo que, las niñas y los niños, naturalmente, puedan lograr una vida social sana y saludable.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, la necesidad y la importancia que tiene, el uso de las palabras, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en el uso de las palabras en las niñas y los niños, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, por lo mismo que, el uso de las palabras, es muy necesario e importante, para su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos, en el trabajo en equipo y grupo de juego.