¡Buenas Tardes!…¿Qué tal?…¿Cómo están?. En esta oportunidad, quiero escribir, sobre la sensibilidad y la voluntad de ayuda, para contarles y compartirles, acerca de mi experiencia personal, emocional y afectiva, con la sensibilidad, y la relación que encuentro, con la voluntad de ayuda, que en forma natural, espontánea e innata, solemos manifestar y expresar, las personas, en nuestro diario caminar, por la vida cotidiana, en contacto e interacción, con nosotr@s mism@s, y, sobre todo, en contacto e interacción, con las personas de nuestro entorno personal, familiar y social. La sensibilidad es, la reacción o la respuesta, natural, espontánea e innata, de nuestro organismo, hacia las sensaciones, las emociones y los sentimientos, propios y particulares, de nosotr@s mism@s, y, hacia las sensaciones, las emociones y los sentimientos, propios y particulares, de las personas, con quienes contactamos e interactuamos, en nuestras experiencias y actividades, diarias y cotidianas. Y, la voluntad de ayuda, es representada y simbolizada, por el personaje de los cuentos, como es, el caballo Rodo, quien va a desarrollar y progresar, como un guía espiritual y emocional, conforme desarrolla y progresa, su sensibilidad.
Hablando de la sensibilidad y la voluntad de ayuda, quiero comenzar manifestando y expresando que, ser sensible es, ser capaz de reconocer e identificar, las sensaciones, las emociones y los sentimientos, en nosotr@s mism@s, y, en las personas de nuestro entorno personal, familiar y social, mediante nuestros sentidos puestos en acción, los cinco sentidos, y, particularmente, un sexto sentido, como es el sentido del corazón o el sentido de la intuición, que nos facilita, el percibir y el recibir, las sensaciones, las emociones y los sentimientos, incluso, a la distancia, independientemente, de las diferencias de espacio y tiempo, que median entre nosotr@s y las personas, con quienes nos mantenemos, en contacto e interacción.
Hablando de la sensibilidad y la voluntad de ayuda, quiero manifestar y expresar también que, cuando hablamos de ser sensibles y, desarrollar y progresar en nuestra sensibilidad, natural, espontánea e innata, estamos hablando de ser capaces de percibir y recibir, la información y los datos, personales, emocionales y afectivos, sobre sensaciones, emociones y sentimientos, involucrando nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra alma, siempre en armonía y en sintonía, con nosotr@s mism@s, y, con las personas con quienes, estamos en contacto e interacción, con el propósito y la finalidad, de reaccionar y responder, ante sensaciones, emociones y sentimientos, para poner en práctica y ejercitar, nuestra voluntad de ayuda.
Hablando, entonces, de nuestra voluntad de ayuda, como una actitud de vida, y, como un potencial comportamiento socio – personal, natural, espontáneo e innato, de acuerdo con mis vivencias y mis experiencias personales, familiares y sociales, puedo explicar que, nuestra voluntad de ayuda, su desarrollo y su progreso, se relacionan en forma natural, espontánea e innata, con el desarrollo y el progreso de nuestra capacidad de estar preparados, ante las sensaciones, las emociones y los sentimientos, de nosotr@s mism@s, y, ante las sensaciones, las emociones y los sentimientos, de las otras personas, es decir que, a mayor desarrollo y progreso de nuestra sensibilidad, mayor desarrollo y progreso de nuestra voluntad de ayuda.
En ese sentido, cuando hablamos de desarrollo y progreso de nuestra voluntad de ayuda, como una consecuencia natural, espontánea e innata, a desarrollo y progreso de nuestra capacidad de estar preparados, para percibir y recibir, la información y los datos, sobre las sensaciones, las emociones y los sentimientos, de nosotr@s mism@s, y, las sensaciones, las emociones y los sentimientos de las otras personas, con quienes contactamos e interactuamos, estamos hablando de, un crecimiento, una evolución y un logro, personal, emocional y afectivo que, nos puede ubicar, como potenciales guías espirituales y emocionales, de otras personas a nuestro cargo y responsabilidad, como pueden ser, nuestr@s niñ@s.
De esta manera, tomando como referencia, representativa y simbólica, el rol y la función que, el caballo Rodo, desempeña en los cuentos, como guía espiritual y emocional inicialmente de María José, con dos cualidades y características, personales, emocionales y afectivas, en progreso y desarrollo, como son, la sensibilidad y la voluntad de ayuda, podemos explicar que, en medida que, María José, cuenta y comparte, sus vivencias y sus experiencias, personales, emocionales y afectivas con sus amig@s, mediante el dialogo y la conversación, con los niños y las niñas, Rodo, tiene la oportunidad y la posibilidad de crecer, evolucionar y tener logros, en su sensibilidad y, su voluntad de ayuda, en bien suyo y de otr@s.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, la necesidad y la importancia que tienen, la sensibilidad y la voluntad de ayuda, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en el desarrollo y progreso de la sensibilidad y, la voluntad de ayuda, sobre todo en los momentos y los lugares de juego, en los cuales, se originan oportunidades y posibilidades, para el contacto y la interacción, natural, espontánea e innata, con el ambiente, l@s compañer@s y, los materiales de juego, por lo mismo que, la sensibilidad y la voluntad de ayuda, son muy necesarias e importantes, en su crecimiento, su evolución y, sus logros, personales, emocionales y, afectivos