¡Hola!…¿Qué tal?…¿Cómo están?. En el blog anterior, hablamos sobre el temperamento, como el componente biológico o heredado de la personalidad, comprendido y concebido, como la manera natural, como las personas, de acuerdo con nuestra personalidad y, nuestro contenido, biológico o heredado, contactamos e interactuamos con el entorno, compuesto por espacios, naturales y no naturales, personas, animales, plantas y, objetos, en general, y, que define, nuestras reacciones y/o nuestras respuestas afectivas, atencionales y motoras, en determinadas, situaciones y circunstancias, de vida diaria o cotidiana. Comprendido el temperamento, con su contenido biológico o heredado, en el blog actual, vamos a hablar sobre el carácter, como el componente ambiental o aprendido de la personalidad, comprendido y concebido, como la manera habitual, como las personas, de acuerdo con nuestra personalidad y, nuestro contenido ambiental o aprendido, reaccionamos y/o respondemos, ante determinadas situaciones o circunstancias, de vida diaria o cotidiana, y, que define, nuestras actitudes y, nuestro comportamiento socio – personal, en determinadas, situaciones y circunstancias, de vida diaria o cotidiana. Y, comprendida la personalidad, el temperamento, es el conjunto de inclinaciones fisiológicas, sobre las cuales, se asienta el carácter, como conjunto de disposiciones psicológicas, que nacen del temperamento.
Hablando del carácter, como componente de nuestra personalidad, que contiene nuestras cualidades ambientales o aprendidas, que dan significado y sentido a, nuestras actitudes y, nuestro comportamiento socio – personal, manifiestos y expresos, en el contacto y la interacción, personales, emocionales y afectivos, con el medio exterior o el entorno, es el componente, ambiental o aprendido, de nuestra personalidad, que proyecta o refleja, nuestra tendencia o nuestra disposición, habitual, formada o adquirida, de responder, o, de reaccionar, frente a las situaciones y, circunstancias de la realidad, siempre de acuerdo, con un determinado modo, manera o forma de ser, hacer o actuar, previsibles o predecibles.
Cuando hablo del carácter, como el componente de nuestra personalidad, que contiene un conjunto de cualidades, ambientales o aprendidas, vinculadas o relacionadas con, nuestras actitudes y, nuestro comportamiento socio – personal, que caracterizan nuestra tendencia o nuestra disposición, de responder, o, de reaccionar, frente a situaciones, siempre de acuerdo, con un determinado modo, manera o forma de ser, hacer o actuar, previsibles o predecibles, estoy hablando que, si bien los seres humanos, por nuestras propias y particulares, cualidades y características, somos personas únicas, especiales y valiosas, es oportuno y es posible, referirnos y establecer, tipos o clases de carácter.
En ese sentido, cuando hablo del carácter y, los tipos o las clases de carácter, en relación, personal, emocional y afectiva, con nuestro mundo interior y, con nuestro mundo exterior, o, con nuestro entorno, según leo e investigo, hablo de los ocho, tipos o clases de carácter, como son: carácter sanguíneo, carácter flemático, carácter colérico, carácter melancólico, carácter apasionado, carácter amorfo, carácter nervioso y, carácter sentimental, como nuestros eventuales modos, maneras o formas de ser, hacer o actuar, previsibles o predecibles, determinados por, los niveles o los grados, propios y particulares, de cada persona, de tres factores, que condicionan el carácter, como son la emotividad, la actividad y la resonancia.
De esta manera, cuando hablamos del carácter y, los ocho, tipos o clases de carácter, reconocidos e identificados como nuestros eventuales modos, maneras o formas de ser, hacer o actuar, previsibles o predecibles, determinados por, los niveles o los grados, propios y particulares, de cada persona, de tres factores condicionantes, como son, emotividad, actividad y resonancia, estamos hablando de, reconocer e identificar, los ocho tipos o clases de carácter, según el mayor o el menor nivel o grado de emoción: como emotivo/ no emotivo, según el mayor o el menor nivel o grado de acción: como activo/ inactivo, y, según el mayor o el menor nivel o grado de repercusión: como primario/ secundario.
Así pues, sobre los conceptos iniciales… personalidad y carácter… la representación o la simbolización, de una silueta sobre el círculo de masa de modelar de color azul, tiene el propósito y la finalidad de, explicar que, al igual que, es posible imprimir o grabar una figura, sobre un círculo de masa de modelar de color azul, nosotros los seres humanos, de acuerdo con, los ocho, tipos o clases de carácter, que manifestamos o expresamos, frente a situaciones, podemos formar habitualmente, una personalidad, propia y particular, construida o creada, sobre el contenido biológico o heredado de nuestro temperamento, reconocida e identificada, por sus diferentes niveles o grados de, emotividad, actividad y resonancia.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, la necesidad y la importancia que tiene, la personalidad y el carácter, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que, natural y habitualmente, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en la construcción y la creación de su personalidad, propia y particular, de acuerdo con el tipo o la clase de carácter, manifiesto y expreso, con diferentes niveles o grados de emotividad, actividad y resonancia, como indicador de como son, como hacen o como actúan, en su vida, de manera habitual, formada y adquirida, como seres humanos, en desarrollo y evolución, continua y permanente, en contacto e interacción, con su exterior o su entorno, al interior del hogar, la escuela y, la comunidad, en general.