¡Hola!…¿Cómo están?…¿Qué tal?. En esta oportunidad, a partir de una pregunta personal, sobre la confianza y la necesidad y la importancia de confiar, meditaré y reflexionaré, porsupuesto, para compartir con ustedes, sobre el porque necesitamos y, el porque nos es importante, confiar y encontrar, alguna o algunas personas, en quién o quiénes confiar, en las diferentes etapas y, los diversos momentos, de nuestra vida diaria y cotidiana. Si bien es cierto, mi papá falleció, cuando yo había cumplido 33 años de edad, y, mi mamá falleció, cuando yo iba a cumplir 35 años de edad, yo era soltera, vivía con mis papás y, mi trabajo, como educadora infantil, estaba en la casa de mis papás, todo lo cual, motivó a que, yo, transitara por una eventual experiencia de inestabilidad emocional, mientras que recuperaba la confianza, en mi misma y, en mi entorno personal, emocional y afectivo. Hasta antes de la enfermedad y la muerte de mi papá y mi mamá, mi estabilidad emocional y, esencialmente, mi confianza, se alimentaba y se nutría del vínculo y la relación con mis papás, mi mama de crianza, mis sobrin@s y, mis amig@s, con quienes, lograba alcanzar y mantener, un equilibrio personal, emocional y afectivo, durante las vivencias y las experiencias, diarias o cotidianas. Y, es con las consecuencias naturales, de la enfermedad y la muerte de mi papá y mi mamá que, tanto en el plano personal, como en el plano familiar, mi confianza, se afecta, significativamente.
Hablando de la confianza, como la motivación o la inspiración, que percibimos y recibimos de alguien, para simplemente ser, hacer o actuar, de acuerdo con nuestro corazón y nuestra intuición, para la humanidad del siglo XXI, es un bien espiritual y emocional, difícilmente accesible, y, primariamente, necesario e importante, para lograr y mantener, en el espacio y en el tiempo, la tan especial y la tan valiosa, vivencia y experiencia de felicidad, sobre la cual, a lo largo de la historia de la humanidad, muchos especialistas, hablan y escriben, sin lograr encontrar, la fórmula de la felicidad, por la cual, siento y pienso, muchos seres humanos, pagarían lo que fuera necesario, con tal de tenerla, trabajarla y, usarla.
Cuando hablo de confianza, como un bien espiritual y emocional, necesario e importante, para lograr y mantener, en el espacio y en el tiempo, la felicidad, estoy hablando que, cuando siento y sé que, me dan y recibo confianza de alguien, tengo la tranquilidad y la seguridad, de que siendo, haciendo o actuando, conforme quién soy, qué hago o cómo actúo, voy a encontrar, la reacción o la respuesta, positiva y favorable, de la otra persona, o, las otras personas, a quién o a quiénes, me dirijo, natural y habitualmente, siendo, haciendo o actuando, abiertamente y con sinceridad, de acuerdo con mi corazón y, con mi intuición, siempre con empatía, aceptación y respeto, mutuos y recíprocos.
En ese sentido, cuando hablo de confianza, hablo de la confianza como un allanador o un aplanador del camino, hacia el logro y, el mantenimiento de la felicidad, en el espacio y en el tiempo, lo cual, significa y tiene el sentido que, cuando contamos con alguien y, cuando compartimos el camino con alguien, quien nos expresa y nos comunica confianza, y, de quien percibimos y recibimos, motivación e inspiración, natural y habitual, vivenciamos y experimentamos, la motivación y la inspiración, para ser quienes somos, hacer como hacemos y, actuar como actuamos, allanando o aplanando, el camino hacia, nuestros sueños y metas, contados y compartidos, con quienes confiamos y confían en nosotros.
De esta manera, cuando hablamos de lograr y mantener la felicidad, en el espacio y en el tiempo, estamos hablando que, la felicidad, como vivencia y experiencia, personal, emocional y afectiva, se concreta y se proyecta, en ser quienes somos, en hacer como hacemos y, en actuar como actuamos, en el día a día, siempre con la voluntad y la iniciativa de allanar o aplanar, el camino, hacia nuestros sueños y metas, contados y compartidos, con quienes confiamos y confían en nosotros, mutua y recíprocamente, como compañeros de camino de vida, pues como compañeros de camino de vida, de manera natural y habitual, nos motivamos y nos inspiramos, a seguir adelante, con amor, paz, calma y paciencia.
Así pues, a la pregunta inicial…¿por qué necesitamos y es importante confiar?… la respuesta, natural y habitual, desde mi experiencia personal, emocional y afectiva, es que necesitamos confiar y es importante confiar, porque la sensación, la emoción y el sentimiento de, sentir confianza, por alguien, y, que alguien sienta confianza, por nosotros, es como, percibir y recibir, una imagen en el agua cristalina del río, que corre tranquila y segura, por su cauce o su camino, en la cual, se concreta y se proyecta, nuestro ser, hacer y actuar, de cada día, orientado y dirigido, por nuestra felicidad, como vivencia y experiencia, personal, emocional y afectiva, que nos complementa, en el logro y la realización, de nuestros sueños y metas.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, la necesidad y la importancia que tiene, la confianza, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que al igual que, María José, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, tiempos y momentos, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en la confianza, como una vivencia y una experiencia, espiritual y emocional, que se concreta y se proyecta en, el percibir y el recibir, en el entorno, compuesto por espacios, naturales y no naturales, personas, animales, plantas y, objetos, en general, la motivación y la inspiración, para ser, hacer y actuar, en el día a día, escuchando a su corazón y siguiendo su intuición, y, vivenciando y experimentando, la felicidad, en su camino de vida, hacia el alcance y el logro, de sus sueños y sus metas.