Educación Emocional, …conexión amistosa y confianza…

¡Hola!…¿Cómo se sienten?…¿Qué tal?. En el blog actual, siguiendo en la línea del tiempo, de la meditación y la reflexión, del blog anterior, acerca de, conexión mutua y amistad, meditaré y reflexionaré, acerca de conexión amistosa y confianza, como consecuencia natural, de la conexión mutua y la amistad, que nace, crece, desarrolla y progresa, entre dos personas. La conexión amistosa, alcanzada y lograda, como consecuencia natural de la conexión mutua, que se manifiesta y se expresa, como amistad, entre dos personas, que vivencian y experimentan, compañía y presencia mutuas, requiere de confianza, amor, sinceridad y lealtad recíprocas, en la medida que, mutuamente, ambos se ocupan y se preocupan, por la felicidad, el bien y, el bienestar del otro. La confianza, alcanzada y lograda, como consecuencia natural, de la conexión mutua, la amistad y, la conexión amistosa, es la creencia en que, en una determinada situación o circunstancia, una persona, tiene la voluntad y la iniciativa de actuar, siendo capaz de comportarse, de una manera conveniente y coherente, conforme sus principios, sus valores, sus pensamientos y, sus ideas, manifiestos y expresos. Y, la consecuencia natural de la confianza, alcanzada y lograda, en la conexión mutua, la amistad y, la conexión amistosa, es la expectativa personal, emocional y afectiva, que se construye y se crea, en relación a, las actitudes y, los comportamientos socio – personales del otro.

Hablando de, conexión amistosa y confianza, como una vivencia y experiencia, personal, emocional y afectiva, necesaria e importante, en el desarrollo, el crecimiento y la maduración, de los niños y las niñas, podemos explicar que, cuando hablamos de conexión amistosa, estamos hablando que, la conexión amistosa, es el vínculo o la relación, espiritual y emocional, que construimos o creamos, con otra persona, y, que motiva y estimula, el contacto y la interacción socio – personal, y, el intercambio interpersonal, mutuo y recíproco, de nuestros afectos, ideas, sensaciones y/o experiencias, personales, emocionales y afectivas, siempre en una forma sincera y, generosa.

Hablando de, conexión amistosa y confianza, como una vivencia y experiencia, personal, emocional y afectiva, necesaria e importante, en el desarrollo, el crecimiento y la maduración, de los niños y las niñas, podemos explicar que, cuando hablamos de vínculo o relación, espiritual y emocional, estamos hablando que, un vínculo o una relación, espiritual y emocional, es en esencia el nexo o el lazo de amor, manifiesto y expreso, como empatía y cuidado, personales, mutuos y recíprocos, que une a las personas entre sí, proporcionando bienestar, tranquilidad y seguridad, como bases y motores, para el desarrollo y el progreso de los seres humanos, en las diferentes etapas y, los diversos momentos de su vida.

Hablando de, conexión amistosa y confianza, como una vivencia y experiencia, personal, emocional y afectiva, necesaria e importante, en el desarrollo, el crecimiento y la maduración, de los niños y las niñas, podemos explicar que, cuando hablamos de empatía y cuidado, personales, mutuos y recíprocos, estamos hablando que, la empatía, es en esencia, la capacidad de comprender las sensaciones, las emociones y los sentimientos de los otros, basados en el reconocimiento de los otros como similares a nosotros, y, el cuidado, es en esencia, la capacidad de contribuir de manera consciente en el logro y el mantenimiento del bienestar y la salud personal, emocional y afectiva, de nosotros mismos y los otros.

Hablando de, conexión amistosa y confianza, como una vivencia y experiencia, personal, emocional y afectiva, necesaria e importante, en el desarrollo, el crecimiento y la maduración, de los niños y las niñas, podemos explicar que, cuando hablamos del bienestar y la salud, personal, emocional y afectiva, estamos hablando que, el bienestar y la salud, como manifestación y expresión de un estado de equilibrio físico, mental y social, es en esencia, la oportunidad y la posibilidad de lograr desarrollo, progreso y crecimiento, y, primordialmente, disfrutar de una vida sana, feliz y plena, todo lo cual, se vincula y se relaciona, con el cómo logramos ser, empáticos y cuidadosos, con nosotros mismos.

De esta manera, hablando de, conexión mutua y amistad, como la experiencia de, construir o crear, un vínculo o una relación, espiritual y emocional, con otra persona, que motiva y estimula, el contacto y la interacción socio – personal, y, el intercambio interpersonal, mutuo y recíproco, de afectos, ideas, sensaciones y/o experiencias, personales, emocionales y afectivas, siempre en una forma sincera y, generosa, en los diferentes ámbitos de la vida diaria o cotidiana, donde contactamos e interactuamos, como son el hogar, la escuela y, la comunidad, en general, y, en los vínculos y las relaciones personales, emocionales y afectivas, con el entorno, compuesto por espacios y personas, en el cual, nos ubicamos como los adultos a cargo, de los niños y las niñas, en las diferentes etapas y, los diversos momentos de su vida, diaria o cotidiana; y, la experiencia de los niños y las niñas de valorar y asimilar, su ser y su hacer, podemos explicar que, en el caso propio y particular, de los niños y las niñas, conexión amistosa y confianza, incluidos los roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas, tiene el significado y el sentido, de motivar e inspirar, el nexo o el lazo, de amor, manifiesto y expreso, como la empatía y el cuidado, personales, mutuos y recíprocos, que proporcionan, bienestar, tranquilidad y seguridad, necesarios para su desarrollo y progreso, en sus diferentes etapas y, sus diversos momentos.

Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, la necesidad y la importancia que tiene, la conexión amistosa y la confianza, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que al igual que, unas circunferencias de cintas de papel de color, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, giros o vueltas, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en la actitud y el comportamiento socio – personal, que se concreta y se proyecta en, la empatía, como la capacidad de comprender las sensaciones, las emociones y los sentimientos de los otros, reconociendo a los otros como similares a sí mismos, y, el cuidado, como la capacidad de contribuir de manera consciente en el logro y el mantenimiento del bienestar y la salud personal, emocional y afectiva, de sí mism@s y los otros.