¡Hola!…¿Cómo se sienten?…¿Qué tal?. Sobre la base de mi vivencia y mi experiencia personal, en lo que se refiere a la amistad, en el blog actual y el siguiente, meditaré y reflexionaré, acerca de, conexión mutua y amistad, y, acerca de, conexión amistosa y confianza, como experiencias claves, que se vivencian y se experimentan, en la línea del tiempo, y, son primarias y básicas, en el logro, el desarrollo y el progreso, de un vínculo y una relación de amistad, tanto en el contexto familiar, como en el contexto social, en general. Desde que puedo recordar, cuando conversaba con mi mamá, en las diferentes etapas de mi vida, en las cuales, he tenido la bendición y la gracia, de escuchar sus consejos, hechos enseñanzas de vida, mi mamá usaba mucho la palabra afinidad, cuando quería referirse a la comprensión mutua entre dos personas. Según, leo e investigo, ahora, la afinidad, a la cual, hacía referencia mi mamá, es la proximidad o la semejanza, que comparten dos o personas, manifiestas y expresas, como sus gustos, sus preferencias, sus pensamientos, sus ideas, sus caracteres y/o sus cualidades. Y, según, leo e investigo, ahora, en lo que se refiere a, conexión mutua y amistad, la conexión mutua, entre dos personas, eventualmente, amigas, se describe como el momento, en el cual, ambas alcanzan reciprocidad de sentimientos, es decir, ambas sienten exactamente igual, una por otra, y, comparten un proyecto en común.
Hablando de, conexión mutua y amistad, como una vivencia y experiencia, personal, emocional y afectiva, necesaria e importante, en el desarrollo, el crecimiento y la maduración, de los niños y las niñas, podemos explicar que, cuando hablamos de conexión mutua, estamos hablando que, la conexión mutua, es el nexo o el lazo, espiritual y emocional, que construimos o creamos, con otra persona, y, que motiva y estimula, en ambos, la sensación, la emoción y el sentimiento de compañía, independientemente de la eventual distancia, entre ambos, por lo cual, podemos sentirnos siempre presentes, en los pensamientos del otro, y, podemos sentir al otro siempre presente, en nuestros pensamientos.
Hablando de, conexión mutua y amistad, como una vivencia y experiencia, personal, emocional y afectiva, necesaria e importante, en el desarrollo, el crecimiento y la maduración, de los niños y las niñas, podemos explicar que, cuando hablamos de nexos o lazos, espirituales y emocionales, estamos hablando que, un nexo o un lazo, espiritual y emocional, es en esencia el amor, concebido y definido, como la afinidad, la semejanza o la proximidad, entre dos personas, que representa todo el afecto y la bondad, propias y particulares, de los seres humanos, manifiestas y expresas, en las acciones, autodirigidas y, dirigidas hacia la otra persona, basadas en el afecto y la bondad, personales, mutuos y recíprocos.
Hablando de, conexión mutua y amistad, como una vivencia y experiencia, personal, emocional y afectiva, necesaria e importante, en el desarrollo, el crecimiento y la maduración, de los niños y las niñas, podemos explicar que, cuando hablamos de afecto y bondad, estamos hablando que, el afecto, como una expresión, es la inclinación o la tendencia natural hacia alguien y, la bondad, como una expresión, es la inclinación o la tendencia natural a hacer el bien, con lo cual, cuando hablamos de acciones, basadas en el afecto y la bondad, estamos hablando de acciones, autodirigidas y dirigidas, con el propósito y la finalidad natural de hacer el bien a alguien, de manera personal, emocional y afectiva.
Hablando de, conexión mutua y amistad, como una vivencia y experiencia, personal, emocional y afectiva, necesaria e importante, en el desarrollo, el crecimiento y la maduración, de los niños y las niñas, podemos explicar que, cuando hablamos de la inclinación o la tendencia natural de hacer el bien a alguien, estamos hablando que, el hacer bien a alguien, como manifestación y expresión, de nuestro afecto y nuestra bondad, hacia los otros, aporta una serie de beneficios, personales e interpersonales, como pueden ser que, aumenta la autoestima, favorece la socialización, fortalece los vínculos, libera el estrés, incrementa el optimismo y, despierta la gratitud.
De esta manera, hablando de, conexión mutua y amistad, como la experiencia de, construir o crear, un nexo o un lazo, espiritual y emocional, con otra persona, que motiva y estimula, en ambos, la sensación, la emoción y el sentimiento de compañía, independientemente de la eventual distancia, entre ambos, por lo cual, ambos se sienten siempre presentes, en los pensamientos del otro, en los diferentes ámbitos de la vida diaria o cotidiana, donde contactamos e interactuamos, como son el hogar, la escuela y, la comunidad, en general, y, en los vínculos y las relaciones personales, emocionales y afectivas, con el entorno, compuesto por espacios y personas, en el cual, nos ubicamos como los adultos a cargo, de los niños y las niñas, en las diferentes etapas y, los diversos momentos de su vida, diaria o cotidiana; y, la experiencia de los niños y las niñas de valorar y asimilar, su ser y su hacer, podemos explicar que, en el caso propio y particular, de los niños y las niñas, conexión mutua y amistad, incluidos los roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas, tiene el significado y el sentido, de motivar e inspirar, el amor, concebido y definido, como la afinidad, la semejanza o la proximidad, entre dos niños y/o niñas, que representa todo el afecto y la bondad, propias y particulares, de los niños y las niñas, manifiestas y expresas, en sus acciones, dirigidas hacia sí mism@s y, hacia sus amig@s.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, la necesidad y la importancia que tiene, la conexión mutua y la amistad, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que al igual que, unas simples composiciones de cintas de papel, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, giros o vueltas, de sensaciones, emociones y sentimientos, conectados entre sí y, conectados con otros, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a desarrollar y progresar, en la actitud y el comportamiento socio – personal, que se concreta y se proyecta en, hacer el bien a alguien, como manifestación y expresión, de su afecto y su bondad, hacia sí mism@s y, hacia sus amig@, y, como oportunidad y posibilidad, de logro de beneficios, personales e interpersonales, vinculados y relacionados, con la autoestima, la socialización, los vínculos, el estrés, el optimismo y, la gratitud.