Educación Emocional, …el buen – trato…

¡Hola!…¿Qué tal?…¿Cómo están? En el blog anterior, meditamos y reflexionamos, sobre el primer ingrediente de la receta, para formar y educar, a los niños y las niñas, en la construcción de una vida sana y saludable, como es el amor – propio o el amor hacia uno mismo. Como explicamos, en los adultos, el amor – propio y su construcción, comenzando por el amor – propio, hacia sí mismos, que canaliza en el amor – propio y la construcción del amor – propio, de los niños y/o las niñas, hacia sí mismos, como seres humanos y personas, a su cargo, debiera ser la primera tarea, de quien decide, aceptar el reto y asumir la responsabilidad de la crianza, la formación y la educación de, un niño y/o una niña, en el rol de padres o madres, abuelos o abuelas, tíos o tías y, maestros o maestras. Y, entonces, en el blog actual, meditaré y reflexionaré, sobre el segundo ingrediente de la receta, para formar y educar, a los niños y las niñas, en la construcción de una vida sana y saludable, como es el buen – trato, que por lo regular, suele ser socialmente desplazado por el mal – trato, ocupando un equivocado segundo lugar, en razón a que, al interior de los diferentes ámbitos de la sociedad, como pueden ser la familia y la comunidad, en general, el mal – trato, como reacción o respuesta, hacia uno mismo y/o hacia los demás, se normaliza, a todo nivel socio – personal, independientemente del sexo, la edad y la condición socio – económica.

Hablando de, el buen – trato, como una vivencia y experiencia, personal, emocional y afectiva, necesaria e importante, en el desarrollo, el crecimiento y la maduración, de los niños y las niñas, podemos explicar que, cuando hablamos de «el buen – trato», estamos hablando que, el buen – trato, es la actitud y el comportamiento socio – personal que, involucra el ejercicio y la práctica de la empatía, para con uno mismo y con los otros, con el propósito y la finalidad de comprender y valorar las necesidades, de uno mismo y los otros, e, implica el ejercicio y la práctica de la comunicación, para con uno mismo y con los otros, con el propósito y la finalidad de expresar y compartir las necesidades, de uno mismo y los otros.

Hablando de, el buen – trato, como una vivencia y experiencia, personal, emocional y afectiva, necesaria e importante, en el desarrollo, el crecimiento y la maduración, de los niños y las niñas, podemos explicar que, cuando hablamos de la comunicación, para con uno mismo y con los otros, estamos hablando que, la comunicación, es todo comportamiento de transmisión recíproca de información, como puede ser, sensaciones, emociones, sentimientos, pensamientos, actitudes y deseos, entre dos o más personas, entre las cuales, se establece, un contacto y una interacción interdependiente, de secuencias de comportamiento verbal y no verbal, orientado por objetivos, afectos e ideas.

Hablando de, el buen – trato, como una vivencia y experiencia, personal, emocional y afectiva, necesaria e importante, en el desarrollo, el crecimiento y la maduración, de los niños y las niñas, podemos explicar que, cuando hablamos de comportamiento verbal y no verbal, estamos hablando que, el comportamiento verbal y no verbal, como elemento básico o primario de nuestras habilidades interpersonales, es el medio o el lenguaje, por medio del cual, las personas, nos comunicamos con otras personas, de modo tal que, el comportamiento verbal, se concreta en palabras habladas, mientras que, el comportamiento no verbal, se concreta en miradas, sonrisas, posturas, movimientos, entre otros.

Hablando de, el buen – trato, como una vivencia y experiencia, personal, emocional y afectiva, necesaria e importante, en el desarrollo, el crecimiento y la maduración, de los niños y las niñas, podemos explicar que, cuando hablamos de comportamiento verbal y no verbal, estamos hablando que, si bien es oportuno y posible, lograr y mantener, el silencio verbal, con el autocontrol de la emisión de palabras habladas, en el caso de la comunicación no verbal, el silencio no verbal, es imposible de lograr, en razón a que, la comunicación no verbal, como forma de expresión, en la cual, interactuamos, es naturalmente inevitable, en toda situación comunicativa, entre dos o más personas.

De esta manera, hablando de, la cosecha del amor y la identidad, como la experiencia de, ejercitar y practicar la empatía, para con uno mismo y con los otros, para comprender y valorar las necesidades de uno mismo y los otros, y, ejercitar y practicar la comunicación, para con uno mismo y con los otros, para expresar y compartir las necesidades de uno mismo y los otros, en los diferentes ámbitos de la vida diaria o cotidiana, donde contactamos e interactuamos, como son el hogar, la escuela y, la comunidad, en general, y, en los vínculos y las relaciones personales, emocionales y afectivas, con el entorno, compuesto por espacios y personas, en el cual, nos ubicamos como los adultos a cargo, de los niños y las niñas, en las diferentes etapas y, los diversos momentos de su vida, diaria o cotidiana; y, la experiencia de los niños y las niñas de valorar y asimilar, su ser y su hacer, podemos explicar que, en el caso propio y particular, de los niños y las niñas, el buen – trato, incluidos los roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas, tiene el significado y el sentido, de motivar e inspirar, la comunicación, o, la transmisión recíproca, de sus sensaciones, sus emociones, sus sentimientos, sus pensamientos, sus actitudes y sus deseos, estableciendo un contacto y una interacción, con expresiones verbales y, con expresiones corporales, motivadas e inspiradas, por sus objetivos, sus afectos y sus ideas.

Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, la necesidad y la importancia que tiene, el buen – trato, en el proceso de modelar, formar y educar, el mundo interior de los niños y las niñas, que al igual que, una multicolor composición de papeles arcoíris de colores, manifiestan y expresan, diferentes y diversos, colores y matices de colores de sensaciones, emociones y sentimientos, concretados y proyectados, en sus roles, como pueden ser, hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, o, alumnos o alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, personal, emocional y afectivo, de los niños y las niñas, orientado a reconocer, identificar, aceptar y respetar, sus expresiones verbales o su lenguaje verbal, y, sus expresiones corporales o su lenguaje corporal, como elementos, básicos o primarios, de sus habilidades interpersonales, por medio de los cuales, comunican y transmiten, sus sensaciones, sus emociones, sus sentimientos, sus pensamientos, sus actitudes y sus deseos, manifiestos y expresos, en palabras habladas, acompañadas de, miradas, sonrisas, posturas, movimientos, entre otros.