Educación Emocional, …escuchando a nuestro corazón…

¡Hola!…¿Cómo se sienten?…¿Qué tal?. En el blog actual, meditaré y reflexionaré, porsupuesto, para compartir con ustedes sobre …¿qué significa?… vivir y experimentar, escuchando a nuestro corazón, en un mundo tan cambiante como el actual, en el cual, necesitamos reconocer e identificar, continuamente, los cambios, propios y particulares, del día a día. El año 2020, trajo a la humanidad y, al mundo enteros, el reto y el logro, de tomar conciencia personal, emocional y afectiva, sobre lo que significa y, el sentido que tiene, la vida y el vivir, libremente y, con libertad. El hecho de estar, viviendo y experimentando, a nivel mundial, una pandemia y las consecuentes cuarentenas, ha ocasionado que, los seres humanos, meditemos y reflexionemos, sobre la idea de que, nuestras libertades y nuestros derechos se prolongan, hasta donde se encuentran con las libertades y los derechos de las otras personas, a nuestro alrededor. Y, el recorte personal y social de nuestras libertades y nuestros derechos naturales, a salir y movilizarnos, fuera de nuestros hogares, motiva e inspira, un encuentro, con nuestro mundo interior, que se concreta, en el vivir y el experimentar la vida, escuchando a nuestro corazón.

Hablando de, escuchando a nuestro corazón o escuchar a nuestro corazón, y, un encuentro con nuestro mundo interior, podemos explicar que, cuando hablamos de un escuchar, estamos hablando de un atender, con compromiso personal, emocional y afectivo, percibiendo lo que nuestro corazón dice y, lo que nuestro corazón no dice y, especialmente, comprendiendo lo que nuestro corazón nos quiere decir, como quien dice, entrelíneas, lo cual, por simple y fácil que pueda parecer ser, suele ser complicado y difícil, porque requiere que, las personas sobrepasemos, con valentía, las barreras que construimos, por nuestros miedos naturales, percibiendo y comprendiendo, los mensajes de nuestro mundo interior.

Hablando de, escuchando a nuestro corazón o escuchar a nuestro corazón, y, un encuentro con nuestro mundo interior, podemos explicar que, cuando hablamos de un escuchar, estamos hablando de un hablar, desde el corazón, pues cuando escuchamos a nuestro corazón o cuando escuchamos los mensajes de nuestro mundo interior, nos motivamos, nos inspiramos y nos preparamos, para expresar y comunicar, abriendo nuestro corazón, por la necesidad y la importancia que tiene, contar ideas y compartir afectos, para lograr sentirnos bien, teniendo cerca a las personas, en las cuales, confiamos y, experimentando su acompañamiento, personal, emocional y afectivo, mediante sus gestos corporales y sus palabras.

Es así como, cuando hablamos de, escuchando a nuestro corazón o escuchar a nuestro corazón y, hablar desde el corazón, escuchando los mensajes de nuestro mundo interior, y, reconociendo, expresando y comunicando, nuestras ideas y nuestros afectos, estamos hablando de un proceso de intercambio y correspondencia interpersonal, de corazón a corazón, que requiere que, ejercitemos y practiquemos, nuestra propia y particular actitud, personal, emocional y afectiva, positiva o favorable, para lograr ponernos, en el momento y en el lugar, de la otra persona y, tengamos la oportunidad y la posibilidad de explicar, a la otra persona, nuestro propio y particular, punto de vista, siempre de una manera, sana y saludable.

Así pues, cuando hablamos de, escuchando a nuestro corazón o escuchar a nuestro corazón y, hablar desde el corazón, escuchando los mensajes de nuestro mundo interior, y, reconociendo, expresando y comunicando, nuestras ideas y nuestros afectos, estamos hablando de un proceso de intercambio y correspondencia interpersonal, de corazón a corazón, que requiere que, ejercitemos y practiquemos, nuestra capacidad de escucha activa, personal, emocional y afectiva, logrando hacer las pausas, necesarias e importantes, para que, la otra persona hable con confianza, contándonos, sus ideas y, compartiéndonos, sus afectos, con lo cual, podemos evitar hacer juicios precipitados y, tener reacciones anticipadas.

De esta manera, hablando de, escuchando a nuestro corazón o escuchar a nuestro corazón, como la experiencia de atender con compromiso personal, emocional y afectivo, y, hablar desde el corazón, escuchando los mensajes de nuestro mundo interior, y, reconociendo, expresando y comunicando nuestras ideas y nuestros afectos, y, el contacto y la interacción, en los niños y las niñas, podemos explicar que, en el caso propio y particular, de los niños y las niñas, escuchar a su corazón y hablar desde su corazón, tiene el significado y el sentido, de contactar e interactuar, según la vivencia y la experiencia de sus sensaciones, sus emociones y sus sentimientos de miedo, valentía, tristeza, alegría, molestia y agrado.

Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, reconozcamos e identifiquemos, la necesidad y la importancia que tiene, la representación y el simbolismo, en las experiencias y los aprendizajes de los niños y las niñas, de nuestro entorno, como hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, y, alumnos y alumnas. Y, en ese mismo sentido, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, trabajemos en la experiencia y el aprendizaje, de los niños y las niñas, de escuchar a su corazón y hablar desde su corazón, de pronto a partir de la representación o la simbolización de un gran corazón de tela de seis colores, como pueden ser el rojo, el azul, el amarillo, el verde, el naranja y el morado, relleno de perlas de Tecnopor, que proyecta y canaliza sensaciones, emociones y sentimientos, como pueden ser el miedo, la valentía, la tristeza, la alegría, la molestia y el agrado, combinado con la experiencia y el aprendizaje, de contactar e interactuar, con palabras que conectan y, brazos que unen.