¡Hola!…¿Cómo se sienten?…¿Qué tal?. En el blog actual, quiero meditar y quiero reflexionar, sobre mi particular y mi propiamente temprana, vivencia y experiencia, personal, emocional y afectiva, como tía, aproximadamente, a los 6 o 7 años de edad. En un primer momento, mi vivencia y mi experiencia, era como compañera de juego con muñecas y, en el cuarto de juegos, en la casa de muñecas tamaño niñ@ de mi sobrina, a mis 7 años de edad y su 1 año de edad, aproximadamente. Casualmente, mi ubicación entre l@s 5 niet@s menores de mi abuelo Federico y mi abuela Leonor, papá y mamá, de mi papá, me daba la oportunidad y la posibilidad de jugar, como la prima o la hermana mayor de mi sobrina, quien se ubicaba como la primera bisnieta, hija de la primera nieta y prima hermana, en mi familia paterna. Conforme fui transformándome en una adolescente, más primos hermanos y más primas hermanas, de mi familia paterna, se fueron casando y se fueron haciendo, papás o mamás, con lo cual, yo fui transformándome, en tía menor, que como prima hermana menor, esperaba y disfrutaba mucho el jugar a cuidar a mis sobrinos y a mis sobrinas. Y, aproximadamente, un año después que termino de estudiar la carrera de educadora infantil, mi hermana, me hace tía y madrina, del primero de mis cuatro sobrin@s, hij@s de mi hermano y mi hermana, con lo cual, se iniciaba para mí, una etapa como tía y maestra.
Entonces, cuando hablamos de los tíos y las tías y, la crianza de los niños o las niñas, estamos hablando de la crianza del tío o la crianza de la tía, o, ambas crianzas a la vez, pudiendo ser, el tío y/o la tía paternos, o, el tío y/o la tía maternos, como la labor de crianza, que complementa el rol o la función del padre y/o la madre, con el acompañamiento personal, emocional y afectivo, en el proceso de desarrollo, crecimiento y maduración física, mental, emocional y social, de los niños y las niñas, en condición de los sobrinos o las sobrinas, dando el amor, la atención y el cuidado, necesarios e importantes, de modo tal que, se orientan hacia el logro de su supervivencia, su bienestar y su aprendizaje, en cada etapa de su vida.
Hablando así, de los tíos y las tías, la crianza de los niños y las niñas, y, los estilos de crianza, según leo e investigo, porsupuesto, para compartir con ustedes, de acuerdo con, el modo o la forma, de contacto e interacción, entre el tío y/o la tía, y, los niños y/o las niñas, en condición de los sobrinos y/o las sobrinas, podemos explicar que, un tío y/o una tía, puede intervenir y participar en el amor, la atención y el cuidado, de los niños y las niñas, en el hogar, así como pueden actuar como amig@s, consejer@s, maestr@s y/o guías, de los niños y las niñas. La ubicación de los tíos y la tías, es muy especial y muy valiosa, pues siendo herman@s, del papá o la mamá, pueden tener, vivencias semejantes y, particularmente, diferentes a los papás y/o las mamás, por lo cual, pueden tener visiones diferentes sobre la vida, que pueden proporcionar una información, necesaria e importante, acerca de las oportunidades, que los niños y las niñas, pueden tener según su edad.
Es así como, hablando de, los tíos y las tías en la crianza, de los sobrinos y las sobrinas, y, el amor, la atención y el cuidado, hacia los sobrinos y las sobrinas, podemos explicar que, los vínculos y las relaciones entre l@s tí@s y l@s sobrin@s, se forman de acuerdo con los vínculos y las relaciones entre hermanos y/o hermanas, con lo cual, un mayor y un mejor, vínculo y relación, entre los hermanos y las hermanas, eventualmente, en el rol y la función de papás o mamás, y/o, tíos o tías, de los niños y/o las niñas, facilitan, favorecen y promueven, una mayor y una mejor, intervención y participación, de los tíos y/o las tías, en las tareas y las responsabilidades de logro, de la supervivencia, el bienestar y el aprendizaje, de los niños o las niñas, en condición de sobrinos o sobrinas, con lo cual, los tíos y/o las tías, se transforman en confidentes y cómplices, y, los sobrinos y/o las sobrinas, construyen, crean y registran, los mayores y los mejores, recuerdos de su infancia.
Hablando, entonces, de los tíos y las tías, la crianza de los sobrinos y/o las sobrinas, y, un vínculo y una relación, sanos y saludables, entre los tíos y/o las tías, y, los sobrinos y/o las sobrinas podemos explicar que, la existencia de un vínculo y una relación, entre los tíos y/o las tías y, los sobrinos y/o las sobrinas, basados en el amor, la atención y el cuidado mutuos, que combine los roles y las funciones, características de los papás y las mamás, como son la supervivencia, el bienestar y el aprendizaje, y, los roles y las funciones, características de los abuelos y las abuelas, como amig@s, consejer@s, maestr@s y/o guías, es necesario e importante, para la formación, el desarrollo y el logro de, una autoestima y un amor propio, positivos o favorables, en los niños y las niñas, por lo cual, los tíos y/o las tías, son responsables con los sobrinos y/o las sobrinas, de construir y crear, lazos interpersonales de amor, acompañamiento, comprensión, apoyo, aceptación y respeto.
De esta manera, cuando hablamos de, los niños y las niñas, su amor, su atención y su cuidado, los tíos y las tías, y, la crianza, sana y saludable, estamos hablando que, en el caso, propio y particular, de los niños y las niñas, y, el vínculo y la relación, con los tíos y las tías, sus necesidades y sus demandas, de confidencia y complicidad, sanas y saludables, se manifiestan y se expresan, exteriorizadas, naturalmente, en sus sensaciones, sus emociones y sus sentimientos, propios y particulares, contenidos en sus palabras que conectan y, en sus brazos que unen. En ese sentido, el simple juego, personal, emocional y afectivo, con los niños y las niñas, acompañado de expresiones verbales y expresiones corporales, básicas o primarias, como una oportunidad y una posibilidad, para reconocer, expresar y comunicar, libremente, su mundo interno, puede ser, una vivencia o una experiencia, para el contacto y la interacción, sanos y saludables, en los cuales, se construyen y se crean, los lazos interpersonales de amor, acompañamiento, comprensión, apoyo, aceptación y respeto, con los niños y las niñas, en condición de los sobrinos y las sobrinas.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, tomemos conciencia, sobre el poder del amor en la confidencialidad y la complicidad de cada niño o niña de nuestro entorno, como hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, y, alumnos y alumnas. Y, en ese mismo sentido, hablando de los tíos y las tías, o, los adultos a cargo, en el rol y la función de tíos o tías, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, tomemos conciencia sobre el hecho que, al igual que, un cojín de color rosado, puede simbolizar o representar la calidez y la emoción, y, un cojín celeste, puede simbolizar o representar la frialdad y la razón, la figura de una tía, puede simbolizar o representar la emotividad y la expresión de los sentimientos, y, la figura de un tío, puede simbolizar o representar la racionalidad y la expresión de los pensamientos, logrando la construcción y la creación de los lazos interpersonales, con una crianza, contenida de palabras que conectan y, de brazos que unen.