¡Hola!…¿Cómo se sienten?…¿Qué tal?. En el blog actual, meditaré y reflexionaré, sobre mi vivencia y mi experiencia, personal y familiar, con mis abuelos y mis abuelas, porsupuesto, para compartir con ustedes, pues tengo la bendición y la gracia de haber conocido y compartido, con mis dos abuelos y, con mis dos abuelas. En el caso de mi papá, mi abuelo era Federico y, mi abuela era Leonor. En el caso de mi mamá, mi abuelo era Luis y, mi abuela, era Salomé. Mi familia paterna, con orígenes en Alemania y España, es una familia numerosa, conformada por 6 hij@s, 3 hombres y 3 mujeres. Mi familia materna, con orígenes en España y España, es también una familia numerosa, conformada por 7 hij@s, 2 hombres y 5 mujeres. Evidentemente condicionadas por las culturas que, incidieron e influyeron en la crianza de mis abuelos y mis abuelas, mi familia paterna y mi familia materna, tienen semejanzas, en los valores y las costumbres formativo – educativos, y, tienen diferencias, principalmente, en las formas de expresión del afecto, en los estilos de comunicación de las normas, y, en los modos de vigilancia del comportamiento. Y, de hecho, una característica en común, entre mi familia paterna, en la que somos un total de 23, nietos y nietas, y, mi familia materna, en la que somos un total de 20, nietos y nietas, eran las reuniones de la gran familia, a la hora del té, los días sábados y, a la hora del almuerzo, los días domingos.
Entonces, cuando hablamos de los abuelos y las abuelas y, la crianza de los niños o las niñas, estamos hablando de la crianza del abuelo o la crianza de la abuela, o, ambas crianzas a la vez, pudiendo ser, el abuelo y/o la abuela paternos, o, el abuelo y/o la abuela maternos, como la labor de crianza, que complementa el rol o la función del padre y/o la madre, con el acompañamiento personal, emocional y afectivo, en el proceso de desarrollo, crecimiento y maduración física, mental, emocional y social, de los niños y las niñas, en condición de los nietos o las nietas, para que, los niños y las niñas, puedan lograr, construir y crear, su autoestima, su creatividad, su independencia, su solidaridad, su salud y su felicidad.
Hablando así, de los abuelos y las abuelas, la crianza de los niños y las niñas, y, los estilos de crianza, según leo e investigo, porsupuesto, para compartir con ustedes, de acuerdo con, el modo o la forma, de contacto e interacción, entre el abuelo y/o la abuela, y, los niños y/o las niñas, en condición de nietos o nietas, podemos explicar que, l@s abuel@s y, l@s niet@s, suelen tener, un vínculo y una relación, personales y familiares, físicos, mentales y emocionales, sanos y saludables, basados en un amor estable, tranquilo y seguro, sentido como un amor mutuo, liberado de las responsabilidades y las ocupaciones de la crianza en el hogar, como suelen ser, la supervivencia, el bienestar y el aprendizaje, físicos, mentales y emocionales, que regularmente, son asumidos, en forma personal y directa, por el papá y/o la mamá, como los progenitores o los procreadores, de los niños y las niñas, en el rol y la función, de los adultos a cargo de la crianza, en el hogar.
Es así como, hablando de, los abuelos y las abuelas en la crianza, de los nietos y las nietas, y, el vínculo y la relación sanos y saludables, entre abuel@s y niet@s, podemos explicar que, l@s abuel@s y l@s niet@s, suelen vivenciar y experimentar un vínculo y una relación, naturalmente, más libres y más espontáneos, que en el caso de los papás y/o las mamás, por lo cual, l@s abuel@s, como las personas adultas, de la familia paterna o de la familia materna, que dan su amor, su atención y su cuidado, a los niños y las niñas, pudiendo actuar como amig@s, maestr@s, consejer@s y guías, tienen un rol y una función, complementarios a, los roles y las funciones, de los papás y/o las mamás, con lo cual, l@s abuel@s, como los papás y las mamás, de los papás y las mamás, de los niños y las niñas, tienen el rol o la función intergeneracional de transmitir, a sus niet@s, la herencia familiar, contenida de experiencias, conocimientos y saberes personales, espirituales y emocionales.
Hablando, entonces, de los abuelos y las abuelas, la crianza de los nietos y/o las nietas, y, un vínculo y una relación, sana y saludable, entre los abuelos y/o las abuelas, y, los nietos y/o las nietas, podemos explicar que, la existencia de un vínculo y una relación, entre los abuelos y/o las abuelas, y, los nietos y/o las nietas, basados en el amor, la atención y el cuidado mutuos, produce bienestar personal, espiritual y emocional, significativo y sentido, en ambas partes, como por ejemplo, cuando l@s abuel@s y l@s niet@s, intervienen y participan juntos de nuevas experiencias, l@s abuel@s, sienten bienestar, por la oportunidad y la posibilidad de enseñar, y l@s niet@s, sienten bienestar, por la oportunidad y la posibilidad de aprender, y, cuando l@s abuel@s y l@s niet@s, intervienen y participan juntos de nuevas experiencias, l@s abuel@s, sienten bienestar, por la satisfacción que experimentan, y l@s niet@s, sienten bienestar, por la diversión que experimentan.
De esta manera, cuando hablamos de, los niños y las niñas, su amor, su atención y su cuidado, los abuelos y las abuelas, y, la crianza, sana y saludable, estamos hablando que, en el caso, propio y particular, de los niños y las niñas, y, el vínculo y la relación, con los abuelos y las abuelas, sus necesidades y sus demandas, de enseñanza, aprendizaje, satisfacción y diversión, se manifiestan y se expresan, exteriorizadas, naturalmente, en sus sensaciones, sus emociones y sus sentimientos, propios y particulares, contenidos en sus palabras que conectan y, en sus brazos que unen. En ese sentido, el simple juego, personal, emocional y afectivo, con los niños y las niñas, acompañado de expresiones verbales y expresiones corporales, básicas o primarias, como una oportunidad y una posibilidad, para reconocer, expresar y comunicar, libremente, su mundo interno, puede ser, una vivencia o una experiencia, para el contacto y la interacción, sanos y saludables, en los cuales, se transmitan y se evoquen, las experiencias, los conocimientos y los saberes, de los abuelos y las abuelas, como la herencia familiar, de los abuelos y las abuelas, para los niños y las niñas, en condición de los nietos y las nietas.
Es entonces que, en mi experiencia y mi conocimiento personal, profesional y laboral como tía y maestra, naturalmente consciente y responsable, por los niños y las niñas de mi entorno, hoy quiero transmitir que, como adultos responsables a cargo de los niños y las niñas, en el rol de padres y madres, abuelos y abuelas, tíos y tías, y, maestros y maestras, es necesario e importante que, tomemos conciencia, sobre el poder del amor en la enseñanza, el aprendizaje, la satisfacción y la diversión de cada niño o niña de nuestro entorno, como hijos o hijas, nietos o nietas, sobrinos o sobrinas, y, alumnos y alumnas. Y, en ese mismo sentido, hablando de los abuelos y las abuelas, o, los adultos a cargo, en el rol y la función de abuelos o abuelas, hoy quiero transmitir que, como adultos a cargo de nuestras vidas y, adultos a cargo de la vida de los niños y las niñas, primeramente, durante la niñez, tomemos conciencia sobre el hecho que, al igual que, la figura de una casa, puede simbolizar o representar el hogar y la enseñanza, y, la figura de un barco, puede simbolizar o representar la aventura y la satisfacción, la figura de una abuela, puede simbolizar o representar el hogar y el aprendizaje, y, la figura de un abuelo, puede simbolizar o representar la aventura y la diversión, logrando la transmisión, la evocación y el intercambio de sensaciones, emociones y sentimientos, con una crianza, contenida de palabras que conectan y, de brazos que unen.